Renacer cultural impregna aires esperanzadores a la cumpleañera Tegucigalpa

Tegucigalpa – La agenda cultural, la gastronomía y los sitios religiosos forman parte del conjunto vital en el centro histórico de Tegucigalpa, la capital hondureña. Son en su dimensión los componentes que mantienen viva la esperanza de una ciudad reminiscente, cargada de legados históricos.

– Tegucigalpa celebra 438 años de fundación y seduce a descubrir su urbe a través de oferta cultural, religiosa y gastronómica.

– El repique de campanas, festivales, bandas de guerras y música folclórica acompañan este día la celebración de esta pequeña metrópoli.

– Tegucigalpa proviene de la palabra nahua Taguz-galpa que significa “cerro de plata”.

En medio de las cotidianas vivencias urbanas que se protagonizan en el centro histórico de la ciudad, la vida cultural se encarna allí, en las permanentes actividades artísticas que desarrollan organizaciones y ciudadanos interesados en mantener espacios que reconforten el espíritu de la población.

La recuperación de los espacios públicos en la zona histórica de la ciudad ha devuelto a los capitalinos sitios para departir y disfrutar en el Parque Central, la Iglesia Catedral y el Paseo Liquidámbar y, aunque queda mucho para lograr el remozamiento y salubridad en el área, las iniciativas ciudadanas por devolverle vida al corazón capitalino no se detienen.

Un poco de todo para todos

La iniciativa “Vuelve al Centro” conjuga el esfuerzo de organizaciones y ciudadanos que buscan recobrar la belleza de las joyas citadinas y especialmente sus tradiciones culturales, combinadas con la oferta cultural innovadora aunada a atractivos, tanto gastronómicos, de diversión y de arte.

También se busca elevar la plusvalía de los inmuebles de la zona e incrementar la afluencia de visitantes atraídos por cafés, restaurantes, museos, parque e Iglesias.

En entrevista con Proceso Digital la directora ejecutiva de “Vuelve al Centro”, Adriana Sandoval, analizó que el centro histórico de Tegucigalpa ofrece “un poco de todo para todos”.

“Hay arte, baile, cine, gastronomía, escritores, poetas y gastronomía, la verdad que hay un poco de todo para las personas de diversos gustos”, expresó al tiempo que señaló que la iniciativa está en proceso de convertirse en una fundación con el propósito de orientarse a la gestión de proyectos en el centro histórico de la capital hondureña.

A criterio de la entrevistada “siempre hay algo que hacer” en el centro de Tegucigalpa, razón por la que esta iniciativa promociona las diferentes actividades que se realizan no solo los fines de semana sino todos los días.

Aceptó que, existe una percepción de la población hacia el centro histórico como un mercado más por el alto número de comercios que existen en el Paseo Liquidámbar, pero ella dice que la apuesta es lograr convertirlo en un verdadero espacio cultural.

El MIN, la cultura en permanente ebullición

El Museo para la Identidad Nacional (MIN) es uno de los impulsadores más potentes para lograr que la ciudadanía retorne al centro de la ciudad y recupere el sabor de su cultura, su arte y su comida.

El MIN mantiene de manera permanente una oferta cultural que busca llegar a la ciudadanía, sin exclusión alguna. Su ubicación, al final del Paseo Liquidámbar, en el imponente edificio conocido como El Palacio de los Ministerios es, de por sí, un deleite arquitectónico que se complementa con las muestras permanentes en su interior.

La portavoz del MIN, Milka Meza, es del criterio que, en Tegucigalpa, al igual que en otras zonas hondureñas, la actividad cultural es constante. “Hay una oferta cultural permanente en el país y de forma específica en la capital en donde el Comité de Centros Culturales presidido en la actualidad por el MIN ha logrado que surja una vorágine artística en la ciudad”, expresó.

Recalcó, que en el caso del MIN se ofrece de martes a domingo conciertos, cine independiente, talleres de arte, exhibiciones artísticas y show de baile. Los estudiantes y maestros de escuelas públicas ingresan de forma gratuita al MIN, mientras que el resto de visitantes ingresa por un costo de 80 lempiras y 40 si son estudiantes y muestran su carné, agregó.

Robarle espacios a la violencia

Consideró que, al ofrecer una agenda cultural permanente se le “roban espacios a la violencia”. Adelantó que para el próximo año ya existen dos propuestas de montaje para el espacio en el Paseo Liquidámbar que en primera instancia fue adornado con sombrillas y actualmente con “Pixeles” conformados por 60 mil botellas de plástico recicladas.

Asimismo, informó que a partir del año 2017 el MIN dará un “salto tecnológico” ya que las exhibiciones permanentes serán tecnificadas con pantallas táctiles lo que permitirá la interacción entre el arte y los visitantes.

“Estamos reinventando la forma de hacer museo en nuestro país y nos convertiremos en el primer museo 2.0, queremos seguir sorprendiendo a la ciudadanía al ofrecerles un museo de primer mundo”, apuntó.

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Desde el Centro Cultural España…

Así, el turismo cultural en la parte antigua de la ciudad se extiende desde el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) hasta el Museo para la Identidad Nacional (MIN), pasando por la sede de Mujeres en las Artes “Leticia de Oyuela” (MUA). El solo nombre de Leticia Oyuela recuerda a una insigne escritora que tantas cuartillas emborronó desmenuzando a la capital hondureña.

Además, en esta ruta cultural se puede visitar el Redondel de Los Artesanos, la Fundación Para el Museo del Hombre Hondureño (FMHH), La Biblioteca Nacional “Juan Ramón Molina”, El Museo de Historia Republicana Villa Roy -actualmente en restauración-, El Correo Nacional de Honduras, la antigua Casa Presidencial, convertido en Museo de la República y el Teatro Nacional Manuel Bonilla.

Se suman a esta ruta cultural siete parques: La Concordia, en el Barrio Abajo; el parque El Obelisco, en el barrio La Bolsa; el parque Finlay, en el barrio La Ronda; y el parque Herrera, en la calle Fabio Díaz. Remozar estos parques es otro desafío.

Como hilo conductor fundamental, el parque Central, la plaza Morazán, el Paseo Liquidámbar, la avenida Cervantes y las hermosas y antiguas calles capitalinas.

De un lado la plaza y el mercado Los Dolores, la fuente del patrono San Miguel de Arcángel, a quien este jueves Tegucigalpa le celebra su fiesta. La Iglesia Los Dolores con su colonial arquitectura y su virgen sobre el sol y la luna y el mercado con su alegría multicolor. Todo al pie de las calles que hacen ascender a los antañones barrios Buenos Aires y La Leona.

Cambiar el centro comercial por el museo

La mayoría de las actividades culturales que se realizan en el centro histórico de la capital hondureña son gratuitas y en las que se pide alguna contribución suele ser mínima, detalló el director del Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) Joaquín Benito.

“Yo creo que con estos costos es mejor que la gente que prefiere pasarse la tarde en un mall debería visitar algunos de los centros culturales, vale la pena”, apostilló.

Con lo anterior, coincidió Verónica Romero, coordinadora de comunicaciones de Mujeres en las Artes “Leticia de Oyuela” (MUA), quien además arguyó que, aunque existe apoyo de la empresa privada y la cooperación internacional el arte requiere más.

“No podemos quejarnos porque hemos recibido apoyo de la empresa privada y la cooperación internacional, obviamente el presupuesto gubernamental de Cultura es insuficiente”, acotó.

Los templos

El recorrido por el centro histórico de Tegucigalpa no estaría completo sin visitar sus tradicionales templos religiosos incluida la Catedral Metropolitana “San Miguel”, lugares donde tanto los capitalinos como los visitantes pueden conectarse con su lado espiritual y gozar de momentos de paz y tranquilidad.

Dentro del centro histórico de Tegucigalpa se ubican cinco iglesias que vistas desde el aire se aprecia como juntas conforman una cruz, símbolo por excelencia de la religión, ilustró el historiador Nelson Carrasco, quien en la actualidad realiza una investigación de los detalles iconográficos de las iglesias más emblemáticas de capital hondureña.

“Tegucigalpa fue fundado en base a aspectos religiosos en el periodo de la colonización y hoy en día se ha convertido en la ciudad que cuenta con más monumentos religioso de Honduras”, zanjó el historiador, quien acompañó a Proceso Digital en un recorrido por estos monumentos históricos.

Explicó que, contrario a lo que popularmente se piensa, la Catedral Metropolitana es la más nueva de las iglesias, pero la que cuenta con más detalles iconográficos, – la iconografía engloba todo lo referente a la descripción de cuadros, pinturas, monumentos, estatuas y retratos-, en 1916 se declaró como catedral de Honduras. La edificación mide unos 60 metros de largo, 11 de ancho y 18 de altura, tiene una sola nave abovedada y su cúpula alcanza los 30 metros de altura.

La iglesia San Francisco que se ubica al este de Tegucigalpa fue la primera construida en el casco histórico de la ciudad, en 1578, narró el historiador quien agregó a esta gama de monumentos se agrega la iglesia La Merced construida a finales del XVII y cuya ubicación es a un costado de la Cámara Legislativa, Los Dolores actualmente la iglesia con más simbolismo, y finalmente la iglesia El Calvario ubicada en el barrio Abajo de la capital.

Todas las iglesias mencionadas, a excepción de Los Dolores están construidas con su parte frontal hacia el oeste, en concordancia hacia donde se oculta el sol, esto corresponde a un sentido geográfico para aprovechar la luz en las misas matutinas, comentó Carrasco, quien precisó que la iglesia Los Dolores fue construida por una cofradía opuesta a Corona Española por lo que en un acto de rebeldía decidieron edificarla con su fachada hacia el sur.

La gastronomía

El centro histórico de la capital de Honduras también ofrece una amplia oferta gastronómica en la que se pueden disfrutar tanto de platos autóctonos como de otras culturas de la región.

Así lo indicó la directora del Centro Global de la Diplomacia Gastronómica (CGDG) en Honduras, Anabella Hedman, en conversación con Proceso Digital y destacó que la oferta gastronómica del centro histórico de Tegucigalpa es vasta, aunque aún sigue siendo desconocida por muchos ciudadanos.

“A propósito de la fecha en el centro histórico de Tegucigalpa se ubica el Mercado San Miguel, un mercado donde termina la profesión religiosa y tiene propuestas gastronómicas bastantes tradicionales”, expresó.

Dicho mercado se ubica en el popular Barrio Guanacaste y cuenta con una pequeña capilla dedicada al arcángel San Miguel.

“Este mercado ofrece platos autóctonos como es el caso de la enchilas de espaguetis que es un plato que nació, creció y solo se comercializa en este mercado, razón por la que turistas lo visitan”, aludió la entrevistada.

A su criterio, existe una percepción errónea en cuanto a seguridad y nutrición sobre los mercados capitalinos, pero aseguró que en el caso del mercado San Miguel han pasado meses sin que se registre un asalto y han constatado el tema de higiene en la preparación de alimentos.

“Yo voy a diario y nunca he sentido una situación en la que estoy en peligro, luego hay una percepción que se cocina con mucha manteca, hemos constatado que ya no utilizan manteca, la cual han sustituido por aceite de buena calidad”, comentó.

Además, sumó que los locatarios han recibido capacitación y manejan reglas de higiene que aún en un porcentaje de los hogares hondureños no se manejan.

Sopas de torta de pescado, de cangrejo, mondongo, garrobo, nacatamales, baleadas, pastelitos, tajaditas de plátano y una variedad de postres como atol, arroz con leche, torreja y las famosas macheteadas, son parte del menú que se ofrece a diario en este mercado capitalino, añadió.

Detalló que los precios son asequibles ya que los precios de cada plato varían desde los 20 hasta los 50 lempiras, razón por la instó a capitalinos y turistas a visitar este mercado en casco histórico de la capital.

Los cafés, restaurantes de comidas internacionales y locales son parte de los componentes gastronómicos que pueden visitarse en el paseo Liquidámbar y sus arreadores.

De tal suerte que el abanico cultural, artístico, religioso, de esparcimiento y del buen comer, son otra parte de la vida de Tegucigalpa, una ciudad que hoy cumple 438 años y en la que el renacer de las artes al alcance de la gente, es un esfuerzo que convida a todos los sectores a hacer participar en el intento.