Duterte sigue su sangrienta campaña, llama “hijo de puta” al embajador de EEUU y amenaza con ley marcial

Tegucigalpa – El mundo está atónito ante lo que ocurre en Filipinas. Las muertes extrajudiciales de presuntos criminales, traficantes y usuarios de drogas, ya superan las 800, en medio de una cruenta jornada de la mano del propio presidente filipino, Rodrigo Duterte, que ha causado pavor.

– El presidente de Filipinas tiene una popularidad superior al 90 por ciento en medio de más de 800 muertes, en una clara violación a los derechos humanos.

Sus desatinos e insultos diplomáticos le llevaron este jueves a tener que reafirmar su fuerte alianza bilateral con los Estados Unidos, tras causar un incidente al llamar “gay” e “hijo de puta” al embajador de EEUU en Manila.

Y como si fuera poco el mandatario amenazó en las últimas horas con declarar ley marcial si la justicia obstruye su controvertida campaña contra el narco.

Duterte respondió a una carta que la presidenta del Tribunal Supremo, Maria Lurdes Sereno, le escribió después de que el mandatario incluyera a siete jueces en una lista de cargos públicos acusados de colaborar con el narcotráfico y les diera 24 horas para entregarse.


Sereno dijo que los jueces no tienen la obligación de entregarse sin que haya una orden judicial de arresto contra ellos, y recordó que la lucha contra la droga debe seguir los cauces de la legalidad.


«Si esto continúa y si siguen intentando detenerme, bien. ¿Prefieren que declare la ley marcial?», cuestionó Duterte  en un discurso ante militares en la isla de Mindanao, en el sur del país.

«Por favor, no creen una confrontación, una guerra constitucional, perderemos todos», añadió.
ley marcial
Tras las declaraciones un portavoz presidencial quiso matizarlas y señalar que Duterte conoce los límites de su poder ejecutivo.

«El presidente hizo una mera pregunta retórica y lo dijo en el contexto de que su campaña contra la droga no puede esperar a la lenta rueda de la justicia», afirmó el secretario de la Oficina de Comunicaciones Presidenciales, Martin Andanar.

«Tenemos como presidente un hombre de acción que cree que la justicia demorada es justicia denegada», añadió Andana en declaraciones recogidas por la televisión GMA.

El portavoz insistió en que Duterte «cree en el imperio de la ley» y en la separación de poderes, y negó que con la denuncia de los jueces haya creado una crisis constitucional.

«El presidente ha hecho uso de los poderes ejecutivos a su disposición sabiendo sus límites y sin socavar la separación de poderes constitucional ni infringir los derechos de los ciudadanos», aseguró Andanar.

Duterte anunció el fin de semana una lista con los nombres de 159 congresistas, alcaldes, vicealcaldes, jueces, policías y militares, en activo o retirados, a los que acusa de estar vinculados con el narcotráfico y les dio 24 horas para entregarse.

Esta campaña presidencial ha recibido numerosas críticas de organizaciones como la ONU, tanto por la elevada cifra de muertos, como por lo que consideran violaciones de derechos y libertades fundamentales.

Duterte, de 71 años y quien juró el cargo el 30 de junio, respondió a las críticas con que «le da igual» los derechos humanos y la cantidad de muertos, porque se trata de una medida necesaria.

campaña

Violenta campaña no mella su popularidad que supera el 90 por ciento

Pese a la violenta campaña, Duterte mantiene su popularidad, que se sitúa en el 91 por ciento en las encuestas, la puntuación más alta recibida jamás por un jefe de Estado filipino.

La ley marcial fue declarada por última vez en Filipinas en 1972 por Ferdinand Marcos y estuvo vigente hasta 1981, período durante el cual miles de disidentes y opositores fueron detenidos, encarcelados y torturados.

La violación de los derechos humanos allí es a toda luz terrorífica, denuncian activistas.

La campaña contra los narcotraficantes ha dejado hasta hoy más de 800 muertos que supuestamente son vendedores, traficantes y consumidores de drogas a toda escala.

Unos 4,400 arrestados desde que Duterte asumió el poder el 30 de junio. Cerca de 600,000 personas se han entregado a las autoridades, con la esperanza de que no los maten. Los arrestos han repletado las cárceles del país, que ya estaban deterioradas y hacinadas.

cartel

Presencia de cartel de Sinaloa

Pero el presidente Duterte, no solo se ha quedado en su campaña de terror, sino que denunció la presencia en el país del cartel mexicano de Sinaloa.

«El cartel de Sinaloa opera aquí (…) Somos un punto de transito», indicó el mandatario, investido el 30 de junio, en un acto público en Manila, según el diario local «Inquirer».

Duterte explicó que la presencia del grupo narcotraficante mexicano en territorio filipino se debe a que Estados Unidos ha aumentado la lucha contra el narcotráfico.

Casos como las seis personas que fallecieron hace esacasos días en una operación policial en la residencia del Rolando Espinosa, alcalde de la localidad de Albuera, en la provincia de Leyte (centro), son comunes.

Duterte acusó públicamente al alcalde y a su hijo Kerwin de estar involucrados en el tráfico de drogas y les dio 24 horas para entregarse.

El regidor se entregó al día siguiente, pero su hijo sigue en paradero desconocido.

embajador

“Homosexual… hijo de puta”

Pero el presidente filipino no se queda allí, su disparatada campaña ahora llega a puntos tan inapropiados y hasta vulgares al calificar al embajador estadounidense en su país como “homosexual” e hijo de Puta.

Duterte se pronunció de forma homófoba al hablar en un dialecto filipino, refiriéndose en la televisión al embajador de Washington en Manila, Philip Goldberg.

El departamento de Estado reaccionó el lunes llamando a consultas al jefe diplomático de la embajada filipina en Washington para abordar lo que calificó como comentarios «inapropiados» del mandatario filipino.

Goldberg, junto al embajador australiano, había criticado a Duterte por haber bromeado sobre la violación y asesinato de una misionera australiana en una cárcel del sur del país durante un acto de la campaña electoral.

En un nuevo discurso ante las tropas en una base del sur, el mandatario filipino insistió anoche en que el embajador de EEUU no debería haber hecho ese comentario.

«Dejemos pasar mi comentario sobre el embajador porque a fin de cuentas es verdad. ¿Por qué haría un comentario como ese cuando hay unas elecciones en marcha?», dijo Duterte según el diario «Phil Star».

Pese a la polémica por sus declaraciones, Duterte insistió en que las relaciones entre los dos países siguen siendo fuertes.

«No tienen nada que ver con esto. Esto es asunto nuestro. Es la campaña. Pero quiero reiterar nuestra fuerte alianza con EEUU», indicó.

Los insultos al embajador añaden controversia a la presidencia de Duterte, marcada por una campaña contra el tráfico de drogas en la que el mandatario se comprometió a matar miles de delincuentes si fuera necesario y que hasta el momento ha costado la vida a unos 800 supuestos traficantes.

La portavoz del departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, dijo que EEUU ha ofrecido 32 millones de dólares a Filipinas para ayudar en la lucha contra la droga, pero recordó que este dinero debe utilizarse con respeto a los derechos humanos y la legalidad.

EEUU tiene firmado con Filipinas un acuerdo de cooperación militar que le permite utilizar bases filipinas y aumentar su presencia en la región inmersa en una disputa territorial en el Mar de China Meridional.

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