Cuántos han acumulado riqueza y hoy están presos fuera del país: Cardenal Rodríguez

Tegucigalpa – Durante la eucaristía celebrada este domingo en la catedral San Miguel Arcángel de esta capital, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, recriminó que cuántas personas han acumulado riqueza y han adquirido bienes mal habidos con dinero proveniente del narcotráfico y el dinero sucio y hoy están presos fuera del país.

“El odio, la envidia, los celos, todos esos sentimientos negativos son como las serpientes que envenenan a nuestra sociedad. Cuántos lo leemos casi todos los días tristemente en los medios de comunicación; cuántos son capturados porque han hecho una transacción fraudulenta, porque se han robado dinero público o dinero privado, esos son los escorpiones, esos son las serpientes que hay que pisotear porque son antivalores”, expresó el prelado.

En ese sentido, pidió que por muy grandes que sean dificultades que se atraviesan en la vida, se tiene la fuerza para superar todo eso, porque Dios ha dado poder y fuerza para pisotear esos valores negativos.

“Nos dice Jesús, nuestra alegría no está en vencer esos males, nuestra alegría está en que nuestros nombres estén escritos en el cielo, qué significa eso, no es que Jesús tiene un gran libro donde está escribiendo hoy voy a poner a la fulanita o voy a poner al fulanito…No es de una manera simbólica, estas palabras quieren decirnos que la verdadera alegría está en el Señor y que fuera de Él no hay verdadera alegría”, acotó Rodríguez.

Señaló que no será auténtica la alegría de aquellos que se quieren apoyar en cosas exteriores que de la noche a la mañana se pueden perder.

“Cuántas personas han acumulado enormes cantidades de dinero, propiedades mal habidas o con dinero de la droga y del negocio sucio y lo ha perdido todo y está quizá en una cárcel fuera de nuestro país; y de qué le sirve al hombre, dice el evangelio, tener todo el mundo si pierde su vida, los valores no están en lo que uno puede poseer, los valores están en lo que uno es”, reflexionó.

En ese sentido, el purpurado pidió a los fieles abrir su corazón a Cristo que es capaz de transformar verdaderamente los corazones. “Hoy sería un día bien bonito para ponernos delante de Dios y preguntarnos: Es así mi fe, es una fe fuerte, una fe incluso de resistir las pruebas; muchas personas dicen yo soy un gran creyente, pero cuando viene una dificultad, cuando viene una prueba, como que esa fe se derrumba”, cuestionó.

“La droga, el alcohol, la superficialidad, eso de pensar…ah esa gente si es feliz, miren como van a los moles a comprar todo los que les ofrece la sociedad de consumo; uno se puede llenar de cosas y no tener ninguna felicidad porque no tiene amor en el corazón”, agregó.

Destacó que por eso es importante no quedar atrapado hipotecando la libertad, porque solo el que se siente amado y ama, puede saborear la alegría del evangelio.

El cardenal también cuestionó que “uno ya no puede caminar serenamente sino que tiene que estar a la defensiva sin que lo asalten, sin que lo maten, sin que lo extorsionen; ese no es el plan de Dios para la sociedad, y si hemos dejado que esas cosas entren, ha sido muchas veces por la indiferencia”.

Recalcó que Honduras no es un país de criminales, Honduras es un país de gente buena, pero no es posible que un puñado de criminales tengan sometida a la sociedad y no se puede vencer al mal sino se empiece a vencer en nosotros mismos.

“Es muy triste cuando se nos olvida que todos somos corresponsables los unos de los otros, es el síndrome de Caín del que hemos hablado tantas veces; soy yo acaso el guardián de mi hermano, si lo soy, tengo que preocuparme por el bien común, tengo que cuidar a los demás, no puedo ser indiferente, no puedo encerrarme en mi egoísmo, les mando como ovejas en medio de lobos, dice el Señor”, comentó.

En ese sentido, cuestionó a las personas que lanzan insultos y ataques que hacen casi imposible que pueda haber diálogo y entendimiento y convivencia. “Tenemos que preguntarnos podemos vivir de otra manera que no sea estar a la defensiva, al ataque de otro o a la rivalidad; si, si se puede, no confíen dice el Señor, en los recursos materiales ni se apoyen en los poderes de este mundo, eso quiere decir no lleven alforjas ni sandalias”, puntualizó el líder religioso.

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