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Sorpresiva victoria de Ted Cruz sobre Donald Trump en el primer acto electoral del partido Republicano

Miami, (EEUU)- El senador Ted Cruz logró el lunes una sorpresiva victoria sobre el magnate Donald Trump en el “caucus” del estado de Iowa, el primer acto electoral del Partido Republicano para elegir a su candidato presidencial para las elecciones de noviembre en Estados Unidos.

 

Cruz, nacido en Canadá de padre cubano y una madre americana, criado en Texas, dio un salto importante al vencer a Trump, el hasta ahora favorito por cuatro puntos porcentuales, por 28 a 24 por ciento.

 

Otro candidato de origen cubano, el senador Marco Rubio de Florida, logró un honroso tercer puesto, con un 23 por ciento, en lo que ha sido el pistoletazo de salida del largo proceso electoral norteamericano y mantiene grandes posibilidades para las próximas primarias, el 9 de febrero en New Hampshire.

Por el lado del Partido Demócrata, Hillary Clinton, ex Secretaria de Estado y ex Primera Dama, ganaba, aun provisionalmente, una victoria pírrica por un estrecho margen sobre el senador Bernie Sanders, de Vermont, por 49.8 por ciento a 49.6 por ciento. Un empate técnico, que en realidad, es una victorial moral para Sanders, a pesar que los resultados no son finales aún.

 

Este reducido margen pone a Sanders, un candidato que se identifica como “socialista moderado”, como un serio rival de Clinton, quien era hasta ahora la favorita para ganar la nominación ´presidencial demócrata.

 

El resultado del “caucus” (asambleas de ciudadanos) de Iowa no significa necesariamente que el triunfador de anoche tenga en sus manos la candidatura presidencial de su partido, pero si es un buen barómetro del pensar del ciudadano medio norteamericano.

 

En este estado del medio oeste del país tiene una gran importancia el voto del cristianismo evangélico, el que ha apoyado en su mayoría a Cruz, de tendencia ultra conservadora y el único candidato que ha visitado los 99 condados.

 

En el lado republicano, Trump ha monopolizado el protagonismo de la pre- campaña electoral y ha llevado siempre la delantera sobre sus nueve rivales y ha arrinconado, especialmente, a Jeb Bush, hijo y hermano de ex presidentes y hasta hace poco el candidato del ala tradicional del partido republicano.

 

Queda claro que las primarias republicanas será de ahora en adelante una lucha entre Cruz, Trump y Rubio. Cualquiera de ellos puede tomar una clara ventaja a partir de New Hampshire.

Falta por ver si la campaña de Trump se desinfla con esta derrota, que se ha producido más que todo porque Rubio se ha llevado gran parte del voto que le hubiera correspondido al magnate inmobiliario neoyorquino.

 

Por otro lado, la victoria de Cruz aumenta sus posibilidades de ser candidato a la vice presidencia en el caso hipotético que Trump sea eventualmente el candidato presidencial republicano.

 

Hasta ahora, Trump parecía imparable aunque sigue sin convencer al “establishment” republicano que hubiera preferido a Bush. Y en su ausencia, podría ser Rubio.

 

En el camino, el populista Trump se ha ganado enemigos por todas partes por sus voraces comentarios, su arrogante prepotencia, su fanfarronería y desprecio con que trata a sus rivales políticos, a las mujeres y a las minorías étnicas.

 

Sus simpatizantes le aplauden cuando amenaza con deportar a los once millones de inmigrantes indocumentados que existen en este país (en su gran mayoría hispanos), o cuando calumnie a los mexicanos como “delincuentes y violadores”.

 

La lista de salidas de tono es larga y las ofensas innumerables. Entre ellas, la de que Estados Unidos debería prohibir la entrada a todos los musulmanes. Y a pesar de esto, o tal vez por lo mismo, Trump sigue adelante sin importarle las controversias que originan sus comentarios.

 

Dentro de su arrogancia, el mismo lo ha dicho: “Si me paro en una calle transitada de Nueva York y disparo a la gente, no perderé “ni un solo voto”.

 

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