Tegucigalpa– Las potentes pandillas que operan en Honduras viven una especie de incertidumbre y caos en sus mandos, tras los movimientos en las cárceles que han desarticulado parte de sus reinos.
-Los pandilleros buscan un norte porque sus jefes están aislados en cárceles de mayor seguridad, mientras otras células de sus organizaciones se movilizan al interior del país donde se constituyen en amenazas para poblados tradicionalmente pacíficos.
Las estructuras de las maras y pandillas dudan, y no logran la conexión efectiva para mantener su supremacía en parte de las acciones criminales a lo largo y ancho del país y especialmente en las grandes ciudades.
Así lo analiza el ministro de Seguridad Julián Pacheco Tinoco, quien dijo a Proceso Digital que ese repliegue obligado les ha ocasionado un descontrol, pero a la vez, hace que resurja una guerra interna por lograr las nuevas posiciones de mando en las organizaciones mafiosas, mayormente integradas por jóvenes pandilleros o mareros.
El hecho de que sus jefes y cabezas estén aislados en cárceles como El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara y La Tolva, en el Paraíso, les ha afectado en la cadena de mando y les descontrola en su actuar criminal.
Por ello, dijo el general Pacheco, se han recrudecido acciones cruentas, incluidas muertes de jóvenes mujeres, donde la saña ha sido un factor relevante. El funcionario vinculó la crueldad y el horror puestos en algunos crímenes con mensajes entre delincuentes, entre otras causas encaminadas a mantener la supremacía en la pandilla o mara.
La organización criminal trasnacional conocida como la MS-13, tiene en Honduras una potente base, especialmente en la zona norte, en San Pedro Sula, Choloma y en las ciudades satélites del Valle de Sula, recordó el general Pacheco.
Movilidad
El ministro hondureño de Seguridad además refrescó que, en una de las últimas modalidades, los mareros están extendiendo sus guaridas y centros de operación a comunidades del interior del país.
Ejemplifico el caso ocurrido en El Negrito, Yoro, donde hace algunas semanas las fuerzas del orden neutralizaron una banda pandilleril que operaba desde una zona montañosa de esa región y que permitió 14 capturas mediante una operación conocida como “Olomán”que se realizó con el esfuerzo interagencial.
Además de las capturas se decomisaron 23 armas y tres para ello se realizaron más de una veintena de allanamientos. A los sicarios se les señala de por lo menos una decena de crímenes cometidos en la zona.
En medio de sus guerras, los pandilleros siguen siendo una fuerza temida, con contactos de todo nivel. Otro caso significativo ocurrió en el atlántico puerto de Tela, donde un operador de la MS, conocido como “El capataz”fue capturado hace apenas unos días. A él se le liga a operaciones financieras de la organización.
También hay una permanente movilidad de pandilleros salvadoreños, con mayor jerarquía, que llegan a Honduras a instruir a sus compinches y a extender en este país sus brazos asesinos.

La Salvatrucha, una organización transnacional
En Estados Unidos, la MS 13 es incluso uno de los objetivos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en ingles), a través de una fuerza de trabajo especial contra esa organización, creada desde 2004. Allí se le considera una de las estructuras criminales más extendidas, de acuerdo con el fiscal de Massachusetts.
Constituidos inicialmente por inmigrantes salvadoreños que llegaron a los EEUU huyendo de la guerra interna, a inicios de los años 80, actualmente sus estructuras también se integran con inmigrantes y descendientes de otras comunidades hispanas, pero también a estadounidense.
Informes de autoridades estadounidenses indican que la MS 13 está presente en por lo menos 46 estados de la unión americana y que poseen unos seis mil integrantes dentro de esa nación, mientras que entre México y el Triángulo Norte centroamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador), la MS 13 o Mara Salvatrucha, cuenta con más de 30 mil elementos.

Golpeada, pero viva
En Honduras los golpes más fuertes a la MS han sido propiciados debilitando a su estructura financiera, con operaciones denominadas Avalancha, en varias fases, mismas que han sido coordinadas por el Ministerio Público de este país.
Pero San Pedro Sula y las regiones norte y occidental del país siguen siendo sus fuertes.
Sus modalidades van desde la extorsión, el narcomenudeo, la trata humana y el sicariato entre otros delitos.
El general Pacheco Tinoco dijo que la MS 13 es la más violenta y la que tienen miembros con una alta formación profesional en comparación con la pandilla 18, otra de las organizaciones criminales que actúan en Honduras.
La pandilla 18 opera especialmente en la zona central del país, en la capital Tegucigalpa, pero sus ramificaciones se extienden a otras regiones, dijo Pacheco quien insistió en que la movilidad de las pandillas se encuentra activa y germina a cada momento en Honduras.









