Tegucigalpa/San Salvador/Miami – Honduras y El Salvador iniciaron una ofensiva diplomática esta semana a fin de lograr convencer al gobierno de Estados Unidos a que apruebe otra extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que beneficie a cientos de miles de personas.
El Salvador hace lo propio pero el presidente Sánchez Cerén no acudió a la cita por estar afectado de una gripe
La estrategia fue anunciada en las capitales de ambos países de cara a la Cumbre de Prosperidad y Seguridad que se celebra en Miami, Estados Unidos hoy miércoles, jueves y viernes. A la conferencia acuden altos responsables del gobierno norteamericano, incluyendo al vicepresidente Mike Pence.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció que aprovechará la cumbre de Miami para hacer gestiones que permitan que el gobierno estadounidense vea la importancia de extender el TPS. De hecho, sus reuniones también incluyen a las organizaciones pro defensa de los inmigrantes y a los líderes de la comunidad hondureña en los EEUU con quienes conversará la tarde de este miércoles.
Una baja sensible en esta avanzada es la del presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén quien, según la casa de gobierno de ese país, no viajará a los EEUU porque enfrenta problemas de salud, una situación que a menudo deprime sus actividades de Estado.
El Gobierno de El Salvador anunció que el vicepresidente, Óscar Ortiz, sustituirá al presidente, Sánchez Cerén, en la «Conferencia para la prosperidad y la seguridad en Centroamérica», debido a un «cuadro gripal severo» diagnosticado al mandatario.
Según explicaron fuentes de la Casa Presidencial, el presidente, quien había anunciado su viaje a Miami, «encomendó esta responsabilidad» a Ortiz y al canciller, Hugo Martínez, «en vista de no poder asistir a ese encuentro de carácter oficial por presentar un cuadro gripal severo, dando así cumplimiento a una indicación médica».
El mandatario «se mantendrá en comunicación constante» con la delegación «para asegurar que la participación del país en esta importante conferencia sea exitosa, en el marco de las buenas relaciones que se mantienen con EE.UU. y el desarrollo de grandes apuestas, como la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte».
El gran tema, más allá de la inversión, empleo y otras aristas del Plan Alianza, es la actual vigencia del TPS que caduca en enero del 2018 y funcionarios norteamericanos, como el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, han enviado mensajes que el mismo no seguirá prorrogándose indefinidamente.
Kelly dijo que el instrumento tenía un carácter temporal debido a la tragedia natural que fue el huracán Mitch, pero que los beneficiados deberían irse preparando para regresar a casa.
La cumbre de Miami también reúne al secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, cuya dependencia es otra de las instancias que influyen en la prórroga del TPS.
El presidente Hernández asiste a la Cumbre y en el preludio dijo que “aprovecharemos para realizar una serie de reuniones con hondureños que están en Estados Unidos, algunos son líderes de nuestros compatriotas en el tema migratorio y otros que son partes del TPS”, dijo Hernández.
Agregó que las reuniones serán porque “seguiremos haciendo nuestra incidencia a través de los hondureños que son beneficiados para argumentar porque los hondureños acogidos con el TPS, ellos producen a la economía de Estados Unidos, tienen una trayectoria intachable, ejemplares y lo más importante, tienen familia”.
El presidente Hernández consideró que con esos argumentos van a demostrar que los hondureños amparados con el TPS son ciudadanos con trabajo y familia. “Estos argumentos serán importantes en esta cumbre con el vicepresidente Michael Pence”, declaró.
Son más de 57 mil hondureños los que están acogidos a dicho beneficio. Igualmente, Nicaragua fue beneficiada con esta medida, junto a los hondureños, pero Managua no ha anunciado que hará gestiones para proteger a sus ciudadanos.
Mientras el gobierno salvadoreño, cuyos ciudadanos tuvieron un TPS tras los terremotos que golpearon el país vecino a inicios del siglo XXI, también anunciaron que aprovecharán la cumbre de Miami para poner en la agenda bilateral con Estados Unidos el tema de la protección migratoria, esta vez sin la fuerza presidencial.
El canciller salvadoreño Martínez dijo que además del TPS, que depende de la administración del presidente Donald Trump, también están pensando en “medidas alternativas, incluso de carácter legislativo”.
Son unos 190 mil salvadoreños que están acogidos al TPS, el cual vence en marzo del 2018, por lo que el gobierno de San Salvador busca mantener esa protección a los suyos.