Tegucigalpa – El escultor hondureño Mario Zamora Alcántara murió el pasado domingo en México, donde residía desde algún tiempo, informó esta noche el telenoticiero TN5.
El escueto reporte no detalla las causas de la muerte del escultor nacional, quien nació en el oriente de Honduras (Danlí), en 1920, siendo sus padres Cornelio Zamora y Dolores Alcántara Valle.
El destacado hondureño realizó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde, entre otros maestros, tuvo la guía del español Alfredo Ruiz Barrera.
Zamora Alcántara colaboró con Ruiz Barrera en el esculpido de dos leones que se encuentran en la Avenida Lempira, también conocida como la Avenida de los Leones, de San Pedro Sula, la segunda ciudad en importancia de Honduras.
Su obra magistral destaca hoy en Honduras: «El Cristo del Picacho», una réplica erigida hace 18 años de Cristo con los brazos abiertos, que recibe a propios y extraños en Tegucigalpa y les invita a tener una comunión espiritual, muy cercana con lo alto.
Pero también figuran otras obras no menos importantes, como las que resaltan en los bajos del Congreso Legislativo de Honduras: cuatro estatuas en mármol que representan la Industria, el Trabajo, la Agricultura y el Comercio; así como una estatua en bronce del prócer Francisco Morazán, alzado frente a la sede del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), la diosa Temis, el monumento a la Madre ubicado en Danlí, y otras de gran magnitud e historia.
En México, las contribuciones más destacadas de Mario Zamora Alcántara fueron el monumento a los Niños Héroes en San Miguel de Allende, y obras dedicadas a Netzahualcóyotl, Benito Juárez, Amado Nervo y Adolfo López Mateos, entre otras.
¡Descanse en paz el ilustre Mario Zamora!
