Tegucigalpa – Honduras debe prepararse para una segunda oleada de casos de COVID-19, lo que podría ocurrir en los próximos 14 a 20 días, además de que el virus se cuela en todos los rincones del país y llega a comunidades donde tradicionalmente no ha habido condiciones sanitarias adecuadas.
– La doctora Elsa Palou, advierte que, con la situación actual, Honduras tiene toda la posibilidad de entrar a una segunda oleada porque hay una población susceptible bastante alta.
Esa preparación pasa por aumentar el número de pruebas y tener una claridad sobre el comportamiento de la pandemia que ya abarca a todo el territorio nacional.
Para el infectólogo hondureño, doctor Tito Alvarado, si bien es preocupante como el coronavirus se está expandiendo hacia el interior del país, también intranquiliza lo que sucede en el corredor urbano que incluye a por lo menos 3.5 millones de habitantes que se ubican en el zanjón central del país que abarca a Choluteca, el Distrito Central y San Pedro Sula.
Insuficientes pruebas
“Me preocupa mucho porque la nueva decisión de salir que inició de forma paulatina, ahora se le dio rienda suelta al 100 por ciento en el transporte urbano”, acotó el profesional de la medicina.
Indicó que los ítems de hospitalización que se estaban estabilizando empiezan a subir como en el caso del Instituto Nacional Cardiopulmonar tanto de pacientes procedentes de la capital como casos nuevos que llegan referidos de otros departamentos donde la pandemia está aumentando como en El Paraíso.
En ese sentido, advirtió que puede venir una segunda ola de casos de COVID-19, ya que “la gente y el gobierno dan la impresión de que creen que la enfermedad está bajando, y no es así”.
Añadió que hay razones para que eso ocurra, uno es que se mantiene una meseta y que no hay forma de diagnosticarla porque no se procesan suficientes pruebas de PCR.
Señaló que, en términos de la morbilidad y mortalidad de la enfermedad en Honduras, basta ver los datos que manejan las funerarias que obtienen la información de los familiares y muchos que son sepultados sin practicarles la prueba PCR, y por lo tanto existe un subregistro mínimo en relación a la cifra oficial misma que podría ser del doble.
“Existe un dilema terrible con esto de la pandemia en nuestro país, no tenemos una verdadera proyección de la enfermedad con prevalencias bien establecidas por distritos porque nunca se han hecho las pruebas necesarias para estar computando adecuadamente la epidemia”, cuestionó Alvarado quien apuntó que en la plataforma “Todos contra el COVID”, estiman que mínimo deben procesarse tres mil pruebas PCR diarias para darse cuenta aproximadamente de cómo está el panorama”, sostuvo.
Previó que Honduras puede llegar a no saber cómo se comporta la pandemia, además, aseveró que la contención está disminuyendo, el confinamiento está saliéndose de las manos, el gobierno cedió ante los empresarios del transporte que en lugar de ir paulatinamente abriendo, lo hicieron de un solo.
En ese sentido, avizora que es posible que se venga una segunda oleada y se reedite la tragedia con potenciales hospitales atestados. Recordó que en la insular Roatán los casos estaban controlados al inicio, pero se dio rienda suelta a la circulación y el pequeño centro asistencial de esa isla está lleno.
Refirió que esa situación también les ha ocurrido a otros países como España e Israel que han vuelto al confinamiento, después de hacer una reapertura no muy bien pensada, porque la gente piensa que la enfermedad ya va a salir y se relaja con las medidas de bioseguridad.
Ante esa situación, el doctor Alvarado considera que es urgente que la Secretaría de Salud haga una campaña para lograr contener el avance de casos ya que el virus está diseminado en el país.
Población susceptible al rebrote
La experta en infectología Elsa Palou, recalcó que en la situación actual, Honduras tiene la posibilidad de entrar a una segunda oleada porque existe una población susceptible bastante alta. Actualmente se ha contagiado menos del tres por ciento de la población total del país, pero hay más de un 90 por ciento que es susceptible de contagiarse.
Agregó que igualmente hay un gran número de personas que portan el virus, pero no presentan síntomas y pueden diseminar la enfermedad o tienen indicios muy leves y esparcen la enfermedad.
Por otro lado, tampoco se está haciendo el suficiente número de pruebas de COVID-19 y en la medida que la economía se reabra más, van a haber más contagios.
Para ella, la pregunta es ¿de qué manera el Estado podría tratar de evitar que la segunda ola sea más fuerte? Y luego se respondió: podría hacerlo haciendo pruebas masivas en la población y todo aquel que salga positivo se coloca en aislamiento y se le da tratamiento y de esa manera se podría contener la diseminación de la infección, pero no se está procesando el número de pruebas suficientes, y ese es el problema, acentuó.
Confió en que el anuncio que hizo la ministra de Salud, Alba Consuelo Flores sobre que Honduras ha adquirido un buen lote de pruebas rápidas de antígeno porque el país requiere de procesar al menos tres mil muestras diarias de COVID-19.
Destacó que es importante también concientizar a la población mediante campañas masivas de educación para continuar con el uso de la mascarilla y el distanciamiento social entre otras medidas.
No hay una meseta franca
Por su parte, la exministra de Salud, la epidemióloga, Roxana Araujo, indicó que en base a los datos que proporciona el Sinager, en las últimas cuatro semanas respecto a los exámenes de laboratorio, no es que haya una meseta de la pandemia, se puede decir que el pico más alto de la pandemia, se alcanzó en la segunda semana de julio y a partir de ahí, ha habido un leve descenso, pero no una meseta franca sino una situación con subidas y bajadas con poca marcación.
Agregó que “no tenemos un descenso franco, no tenemos una meseta y estamos ante una enfermedad respiratoria de fácil contagio”
No obstante, advirtió que los hondureños deben aprender a convivir con la enfermedad, porque esta llegó para quedarse por lo que se debe ser responsable con el autocuidado.
Araujo coincidió con Alvarado respecto a que, con la reapertura del transporte urbano e interurbano, se corre el riesgo de que los municipios que han tenido una baja incidencia de casos, puedan sufrir un incremento de contagios y por eso es que los gobiernos locales deben crear o fortalecer sus centros de triaje.
Circulación desenfrenada
¿Dos dígitos?
Araujo considera que, al autorizar la circulación de dos dígitos por día, solamente se estará oficializando ya que la población salió en una mayor cantidad desde hace unas tres semanas y eso no se puede negar porque todo mundo lo ha visto.
Resumió que en un período de 14 a 20 días se podría ver un aumento en aquellas localidades donde la incidencia de casos ha sido baja, pero que, debido a la reapertura del transporte, se puede prever un incremento de casos.