Lima – El ingeniero y empresario Martín Vizcarra juró hoy como nuevo presidente de Perú, en la culminación de la sucesión constitucional que se produjo en su país tras la dimisión de Pedro Pablo Kuczynski en medio de una grave crisis política.
Vizcarra, que hasta hoy fue primer vicepresidente y embajador peruano en Canadá, recibió la banda presidencial y juró al cargo, que deberá ejercer hasta el 28 de julio de 2021, ante el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta.
El flamante presidente peruano ingresó al hemiciclo del Congreso acompañado por la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, y fue recibido con aplausos de todas las bancadas parlamentarias, que han ofrecido apoyar la gobernabilidad del país.
Vizcarra, quien este jueves cumplió 55 años de edad, recibió poco antes el «Gran Collar» de la Orden «El Sol del Perú» y la Orden «Al Mérito por Servicios Distinguidos» en el grado de «Gran Cruz Especial», según informó la Presidencia peruana.
La condecoración le fue otorgada por la canciller Cayetana Aljovín, por las labores que cumplió como embajador peruano en Canadá, cargo que ocupó hasta que el jueves tuvo que volver al país para asumir el Gobierno tras la renuncia de Kuczynski, que fue aceptada hoy por el pleno del Congreso.
Kuczynski dimitió presionado por el Congreso, ante las evidencias, en video y audio, de los intentos de sus aliados políticos, y al menos un funcionario y un ministro, por comprar el voto de un legislador opositor para impedir su destitución por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht.
Martín Vizcarra, de gobernador El ingeniero civil Martín Vizcarra asumió hoy la Presidencia de Perú tras protagonizar una vertiginosa carrera política que comenzó en 2010 al ser elegido gobernador de la pequeña región sureña de Moquegua y en los últimos días lo llevó, en medio de una crisis política, desde una embajada a la jefatura del Estado. La renuncia que presentó este miércoles el presidente Pedro Pablo Kuczynski, precipitó un escenario que muchos avizoraban posible desde hace meses, ya que la situación política bien podía desencadenar en la destitución parlamentaria del gobernante por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht o bien una dimisión, como finalmente ocurrió. En esas circunstancias, la sucesión constitucional siempre contempló que Vizcarra era el llamado a reemplazar a Kuczynski y culminar un mandato que ha sido fijado hasta julio de 2021. De esa manera, el ahora mandatario juró hoy al cargo después de que el Congreso aceptara la renuncia de Kuczynski, quien lo llevó en su fórmula presidencial de 2016 junto a Mercedes Aráoz, la segunda vicepresidenta y presidenta del Consejo de Ministros en los últimos meses del gobierno de Kuczynski. Vizcarra, hijo de un antiguo militante del Partido Aprista Peruano (PAP) y de una maestra, arribó a Lima durante la noche de este jueves, el mismo día en que cumplió 55 años de edad, procedente de Canadá, donde se desempeñaba como embajador desde octubre pasado. En las últimas semanas se había convertido en el político más buscado del país para conocer si renunciaría al cargo, tal como anunció Aráoz que haría ella en el caso de que Kuczynski fuera destituido por el Congreso. Una renuncia hubiera desencadenado una crisis constitucional que hubiera forzado en último término unas nuevas elecciones generales. Antes de asumir la embajada, Vizcarra fue ministro de Transportes y Comunicaciones, cargo al que renunció en mayo pasado para evitar su casi segura destitución impulsada por el fujimorismo en el Congreso, que lo acusó de haber permitido una adenda irregular al contrato firmado para la construcción del nuevo aeropuerto internacional del Cuzco.
Antes de ocupar los cargos en el Ejecutivo, Vizcarra tuvo una destacada gestión en el gobierno regional de Moquegua entre 2011 y 2014, cuando su región alcanzó los indicadores más altos en desarrollo social, especialmente en educación escolar, y el mejor índice de desarrollo humano. Estos logros le dieron notoriedad nacional y en 2015 recibió las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta (maestro). Durante la pasada campaña electoral, la entonces candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, lo acusó de haber sido procesado durante su gestión regional y dijo que, por ese motivo, era un «reo contumaz». Vizcarra respondió que las acusaciones se referían a una investigación contra un funcionario de su gobierno regional, que no tenía título profesional, del cual resultó absuelto. Fujimori también acusó a Vizcarra de haberse apropiado de terrenos en la localidad de Acora, en la región Puno, pero el exgobernador respondió que se trató de la ejecución, hace 27 años, de una represa en esa zona. Vizcarra rechazó en ese momento el retorno de «las costumbres del pasado» de «destruir honras», por lo que mantuvo un enfrentamiento con el fujimorismo que, sin embargo, en los últimos días ha manifestado su apoyo para que asuma la Presidencia. Muchos recuerdan que en plena campaña electoral de 2016, Kuczynski se refirió a sus vicepresidentes como sus «pólizas de seguro», en el caso de que alguna enfermedad o algún incidente le impidiera concluir su gestión, ya que entonces tenía 78 años. «Si me pasa algo, tengo dos pólizas de seguro: Martincito y Mechita», dijo Kuczynski en alusión a Vizcarra y Aráoz, sin saber que sus palabras se harían realidad tan solo 20 meses después de asumir el Gobierno.
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Vizcarra ofrece un Gobierno
con estabilidad económica
y énfasis en educación
El nuevo presidente de Perú, Martín Vizcarra, afirmó hoy que los principales objetivos de su Gobierno serán recuperar la gobernabilidad y la confianza en las instituciones, lograr la estabilidad económica y convertir a la educación en «un pilar central» del desarrollo.
«Nuestro proyecto económico es conducir al Perú por la senda de la credibilidad y la estabilidad», remarcó en su primer mensaje ante el Congreso tras asumir el cargo, donde dijo que se «mantendrá lo que está bien, modificará lo que puede mejorarse y emprenderá lo que no se ha hecho hasta ahora».
Vizcarra agregó que «la educación será pilar central» de su gestión y que considera que «el desarrollo del Perú no es otra cosa que la mejora de la calidad de vida de cada uno de los peruanos».
Tras jurar hoy como nuevo presidente de Perú, en la culminación de la sucesión constitucional que se produjo tras la dimisión de Pedro Pablo Kuczynski en medio de una grave crisis política, Vizcarra dijo que en los próximos días presentará «un gabinete completamente nuevo».
«Él o la presidenta del Consejo de Ministros dará detalles de la política de Estado que emprenderemos», enfatizó.
Adelantó, sin embargo, que, además del «mayor esfuerzo en la lucha contra la corrupción», se tiene que «recuperar la gobernabilidad, la confianza de los peruanos, en un marco de respeto de la Constitución y las leyes».
«Tengo la fuerza y determinación para emprender el reto», sostuvo antes de decir que este desafío tienen «que asumirlos todos juntos» hasta alcanzar un «horizonte de país estable, con crecimiento».
Agregó que, para crecer, su país «tiene que ser cada vez más competitivo», por lo que anunció que se «fomentará la inversión privada, la iniciativa de los emprendedores» y se apoyará a las pequeñas y medianas empresas.
«Hay mucho por hacer en nuestro país con el fin de hacerlo más competitivo y más justo en la distribución regional, más aún cuando tenemos una reconstrucción pendiente y es urgente emprenderla», acotó en referencia a los daños que causó el año pasado el fenómeno climático de El Niño Costero.
Propuso, en ese sentido, a los congresistas «un pacto social» que comprometa a todos a «luchar sin distingo alguno contra la corrupción y e impulsar el desarrollo equitativo».
«Por mi parte, juro ante Dios que me dedicaré plenamente a trabajar por todos los peruanos, en especial por los más necesitados, el Perú primero», concluyó.
Vizcarra, que hasta hoy fue primer vicepresidente y embajador peruano en Canadá, recibió la banda presidencial y juró al cargo, que deberá ejercer hasta el 28 de julio de 2021, ante el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta.
Kuczynski dimitió presionado por el Congreso, ante las evidencias, en video y audio, de los intentos de sus aliados políticos, y al menos un funcionario y un ministro, por comprar el voto de un legislador opositor para impedir su destitución por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht.