Tegucigalpa – Aceptar el fallecimiento de un ser querido siempre es doloroso, difícil, pero en una situación como la de la pandemia de COVID-19 existen factores que convierten la muerte en un acontecimiento aún más trágico.
-La pandemia pone en relieve los problemas de salud mental y los suicidios pueden incrementarse
Algunos investigadores ya anotan que la pandemia del COVID-19 tendrá peores consecuencias psicológicas que otros eventos catastróficos anteriores, ya que en una situación de confinamiento incrementan los problemas psíquicos.
El coronavirus es catalogado como la enfermedad de la soledad, pues el paciente una vez que es hospitalizado, queda completamente aislado y si fallece la familia no le vuelve a ver: Luego el terraje, se da de manera relámpago, sin ningún ritual tradicional y muchas veces en cementerios aislados.
En el caso del duelo se incrementa la percepción de soledad y de abandono, la solidaridad se percibe distante, digital, extraña. el subdirector del Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza, doctor Mario Aguilar, explica que esto se da porque los actos culturales ante la pérdida física de un ser querido son muy importantes para superar un proceso que es sumamente doloroso y trabajar el duelo, no obstante, en las actuales circunstancias esos actos tradicionales son imposibles ante el distanciamiento social impuesto por la pandemia.
Y al no realizarse estos actos “desde el punto de vista religioso y social queda un vacío, esto no lo habíamos visto nunca, todo está generándose en este momento, la verdad es que en medio de todas las distancias que tenemos que guardar, es necesario la compañía y el contacto la comunicación por los medios audiovisuales que pueden ser posible”.
Por favor estén en contacto con esos seres que están dolidos por la pérdida de un familiar, procurar escucharlos con cierta frecuencia, no dejarlos solos si es necesario se sugiere un apoyo psicológico, recomendó el profesional.
La licenciada en psicología, Ana Luisa Núñez Juárez, coincidió que en las actuales circunstancias las personas no tienen la oportunidad de despedirse de sus seres queridos y eso agrava el desarrollo en el proceso de afrontamiento del duelo y la persona puede llegar a presentar muchos síntomas de un duelo no resuelto.
En las actuales circunstancias al no poder compartir el dolor de la pérdida de un ser amado siguiendo los patrones culturales “obviamente se dificulta el proceso para desarrollar más rápidamente o para afrontar el duelo”.
“Recordemos que el abrazo, la solidaridad, la compañía, las palabras de ánimo, una mano sobre el hombro, el estar con alguien que realmente nos quiere de alguna manera hace que el dolor sea más soportado, y que nosotros podamos afrontar esa carga emocional de una manera más ligera, al menos esto en las primeras etapas, que es lo que sucede cuando nosotros tradicionalmente hemos tenido una pérdida”, agregó.
La pandemia pone en relieve el duelo colectivo
El luto durante la pandemia es un duelo colectivo, ¿quién, a estas alturas, puede decir que no ha sentido pena y dolor por el fallecimiento de un conocido, un amigo, un vecino, un compañero de trabajo o en el peor de los casos un familiar cercano?
Es frecuente que se vean a diario imágenes traumáticas en los medios de comunicación y redes sociales, que se han hecho habituales como: personas enfermas, hospitales al punto del colapso, personal sanitario muriendo y otros agotados, sepelios sin familiares y aumento de la mendicidad y desempleo; todo ello ha producido que la población se enfrente a sentimientos y emociones tan novedosas como desconcertantes que se pueden traducir en un duelo traumático no solo a nivel individual sino colectivo.
En cuanto al duelo comunitario, el doctor Mario Aguilar, expresó a Proceso Digital que, “en estos casos la población entera padece ansiedad, ya en el país a nivel profesional estamos tratando de ver cómo manejamos la situación, se ha propuesto un abordaje escalonado, porqué esto es tan grande que ha rebasado la capacidad de respuesta de todo, no hay suficientes psicólogos para este dolor, no hay suficientes psiquiatras para este dolor”.
Añadió que el abordaje escalonado significa que, no se tiene que olvidar la comunidad, y cada región, barrio o colonia debe mostrar su solidaridad y dar un acompañamiento de “primera línea de apoyo antes de que la persona tenga que llegar a un psicólogo”.
Ante la escasa atención primaria que es la que se encuentra en los centros, porqué estos también están rebasados, la comunidad debe jugar ese papel fundamental de acompañamiento “para poder sanar las heridas de toda la población, pues no está herida una persona, el país está herido, todos estamos sufriendo mucho y necesitamos que todos nos apoyemos en esto” remarcó el doctor Aguilar
En la misma línea respecto al duelo comunitario, la especialista Ana Luisa Núñez, sugiere que todos en la sociedad deben hacer su aporte para ser apoyo unos de otros durante y después de la pandemia y particularmente a los tomadores de decisiones que el cuidado de la salud mental debe ser prioritario.
“Porque si no se atiende esta situación en este momento, y no se prevén acciones concretas y puntuales, vamos a tener un problema de salud mental de dimensiones insospechadas, un alto número de suicidios, personas depresivas, personas que pueden inclusive perder el juicio, al no poder manejar el dolor producto de sus pérdidas” advierte la especialista.
La ciencia demuestra lo que se advertirte
Un estudio de la Escuela Bloomberg de Salud Pública y de la Universidad Johns Hopkins concluyó el pasado mes de junio que los encuestados presentaron mayores indicios de ansiedad y soledad durante la pandemia.
De igual forma, en 46 de 58 estudios científicos del Hospital Germans Trias i Pujol, el Instituto Catalán de Oncología (ICO), el instituto de investigación del Sida IrsiCaixa, la Facultad de Medicina de la Universidad de Vic y la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) que analizan el impacto psicosocial de la población por la pandemia, se encontró padecimiento de ansiedad, estrés severo, insomnio y percepción de soledad.
La falta de comunicación y de interrelación con otras personas puede favorecer el padecimiento de complicaciones psicológicas o psiquiátricas que van más allá de los síntomas aislados (estrés, irritabilidad, miedo, confusión, enfado, frustración y aburrimiento, entre otros) anotan los estudios.
Medidas de afrontamiento en el duelo
Existen medidas que pueden ayudar en el duelo, entre ellas, la intervención tele psicológica, rituales de despedida alternativos, como escribir una carta, videollamadas y reuniones familiares en línea haciendo uso de la tecnología.
En la parte espiritual aunque no se pueda hacer un velatorio y entierro tradicional, se puede hacer una despedida simbólica, encender una vela, hacer una oración, las iglesias tanto católicas como evangélicas están ofreciendo orientación en línea e incluso desarrollan misas o cultos entre otras acciones para orientar y apoyar a su feligresía. Estas pequeñas pero significativas acciones ayudarán a superar el duelo que es la respuesta normal y saludable de una persona frente a una pérdida.
La imposibilidad del acompañamiento durante el dolor por la pérdida de un ser querido sin duda alguna agrava un proceso ya duro de por sí, pero tanto a nivel individual como colectivo es importante recordar que, en medio de la incertidumbre, la vida sigue y aun en situaciones excepcionales como la del coronavirus, el apoyo entre todos es fundamental y ser resilientes es necesario para reorganizarse y enfrentar la denominada nueva realidad. (PD)