Tegucigalpa – Más de 21 meses pasaron desde que la Comisión de Depuración de la Policía comenzó el proceso de certificación en ese cuerpo del orden, desde donde muchos de sus oficiales y agentes utilizaron el uniforme y la chapa dada por el Estado para cometer una gama de ilícitos e incluso servían como brazo de algunas organizaciones criminales.
– Es prioritario garantizar la permanente examinación de la idoneidad, confianza, capacidad, habilidad, aptitud, competencia, disposición y lealtad de integrantes de los diferentes organismos policiales.
– Presidente Hernández pide una Policía referente en la región y se pone como meta bajar este 2018 el índice de homicidios en 10 puntos más.
Actualmente 17 mil agentes forman parte de la Policía hondureña, todos certificados mediante procesos de evaluación y confianza. Casi cinco mil efectivos salieron de la institución en los últimos 19 meses, unos guardan prisión, otros fueron extraditados a Estados Unidos y algunos enfrentan acusaciones en los tribunales de la República.
A los logros de la depuración se suman una nueva Ley Orgánica y otra Ley de la Carrera Policial.
Este lunes una nueva cúpula tomó posesión del cargo. El general José David Aguilar Morán en lugar de Félix Villanueva destaca entre los movimientos.
Expertos consultados por Proceso Digital aseguran que entre los principales desafíos del cuerpo del orden está sostener los pasos dados en la depuración, certificación y selección de personal, asimismo la puesta en marcha de la Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (Didapol) y mejorar la currícula de los miembros de la carrera policial.
Policía referente en la región
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, afirmó que “lo que hemos ganado hasta el momento no es suficiente”, por lo que la depuración y el fortalecimiento de la Policía continuarán. Así se manifestó el gobernante durante el traspaso de mando de la nueva cúpula de la Policía Nacional, que liderará el comisionado general José David Aguilar Morán.
Recordó que la seguridad del país viene de un antecedente extraordinario de casi 90 muertes por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, destacó que “ahora, después de una participación decidida de los órganos de justicia, hoy estamos llegando a 42”.
“Quiere decir que en aquel momento más difícil (hace unos 20 años), era un promedio de 20 muertes diarias y ahora es alrededor de 10”, destacó para luego rematar: “Pero no es suficiente y ustedes (policías) y yo lo sabemos”.
Puntualizó que “queremos una Policía Nacional que se convierta en referente en la región”.
Mejores condiciones
Enfatizó que “en estos próximos pasos tiene que ver la investigación criminal, el uso de la tecnología, la nueva manera de educar y formar nuestro recurso humano, no solamente oficiales, sino que personal administrativo y nuestros agentes”.
Pero también citó que “eso pasa por un compromiso de la sociedad por mejorar las condiciones de vida del hondureño, más empleo, más y mejor ingreso, más oportunidades”.
El presidente Hernández destacó que la Policía cuenta con oficinas y equipo de apoyo de primera, entre ellos, laboratorios de investigación criminal referentes en Centroamérica.
“También mi aspiración es que cada hombre y mujer de nuestra Policía tenga la oportunidad de vivir en una casa digna”, añadió.
Dijo que se tiene que llevar el bienestar social de la mano con el desempeño de los policías.
Desafíos a corto plazo
Uno de los grandes desafíos de la nueva cúpula policial es garantizar la sostenibilidad de las reformas que se han puesto en marcha por la Comisión Especial para la Depuración y Transformación de la Policía Nacional de Honduras.
En esos términos se expresó Omar Rivera, miembro de esa instancia depuradora.
“Por ejemplo implementar las disposiciones emanadas de la nueva Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad y de la Policía Nacional, y la Ley de la Carrera Policial”, dijo.
Asimismo, Rivera indicó que es fundamental “garantizar que continúe funcionando -como hasta ahora- el sistema renovado de Educación Policial y fortalecer las capacidades de investigación criminal”.
También, blindar los cambios efectuados en el Instituto Tecnológico Policial (ITP) en La Paz y en la Academia de Investigación Criminal (AIC) en Comayagua, que han implicado una inversión mayor a 18 millones de dólares provenientes de empréstitos y donaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y el Gobierno de los Estados Unidos de América; como complemento a estos importantes avances es fundamental transformar la Academia Nacional de Policía (Anapo) y la Universidad Nacional de la Policía (UNP), modificando los planes de estudios, renovando sus cuerpos de docentes y mejorando la infraestructura, con la intención que los oficiales egresados de esos centros académicos tengan el mismo enfoque que los agentes de escala básica que están siendo formados en el ITP.
Otra importante línea de trabajo tiene vínculo con el diseño de un integral Sistema de Capacitación Continua para todos los policías y oficiales en áreas estratégicas para la operatividad policial y la administración de los recursos.
Además, es fundamental que el nuevo liderazgo policial consolide los procesos de reforma institucional, elevar el desempeño en los servicios que presta y ampliar la cobertura territorial de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) de acuerdo a modelos internacionales; utilizar de forma adecuada los dos nuevos Laboratorios de Criminalística en Tegucigalpa y San Pedro Sula, en los cuales se invertirán más de 12 millones de dólares en la construcción de obra gris y la dotación de moderno equipamiento; y generar una mejora en la coordinación, armonización y complementariedad con otras recién creadas agencias de investigación criminal y unidades inteligencia, como la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) del Ministerio Público (MP) y la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia (DNII) del Estado.
Mejorar currícula
De su lado, el coordinador de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), Carlos Hernández, detalló que entre los grandes desafíos está consolidar la reforma policial. “Tenemos las leyes que entran en vigencia el 22 de enero, pero hay que poner en práctica esa Ley, se debe instalar la Didapol, la Dirección de Evaluación de Asuntos Policiales como un ente independiente”.
Asimismo, mencionó que quedó pendiente la modernización del sistema educativo a nivel de oficiales y que hay que modernizar el currículo de los oficiales. También modernizar la Universidad de la Policía Nacional para verificar que responde al contexto que vive el país.
“Como retos puedo decir que se debe afianzar la reforma, poner en práctica la ley, consolidarse como una institución transparente y con fuerza de enfrentar el crimen organizado”, reiteró.
Fortalecer entes creados bajo nueva normativa
Por otra parte, el experto en seguridad, el general en retiro, Luis Maldonado, aseguró que lo que viene ahora en la Policía Nacional es fortalecer todas las instituciones que fueron creadas o mejoradas por la nueva Ley Orgánica de la Policía Nacional y la Ley de la Carrera Policial.
“Viene la reglamentación de las nuevas leyes, de tal manera que ahora la Carrera Policial tenga evaluación, seguimiento de certificación de los policías y que esto pueda certificar que el ascenso o promoción de un cargo se fomente en conducta y viendo su desempeño profesional”, dijo Maldonado.
Agregó que “la otra parte es ir viendo como la Policía va ir reinventando la movilidad de su servicio a la Policía Comunitaria y como va fortalecer su sistema de investigación y de inteligencia para que sean un gran soporte en los casos de judicialización”.
El general en retiro analizó que como reto los oficiales necesitan desarrollar su perfil profesional en torno a las escuelas de capacitación, los centros de estudios superiores y todo lo que ofrecen las universidades.
“La Didapol requiere de una estructura fundamental que fomente la aplicación de la disciplina, porque la Policía debe aplicar la autodisciplina porque es lo mejor. No esperemos más depuraciones, sino el fortalecimiento de la disciplina”, detalló.
Analizó que “desde el punto de vista práctico podemos decir que es más difícil lo que pasó, pero lo que viene es complicado, fortalecer lo que quedó y tener una plataforma de normativa para iniciar un proceso de mayor fortalecimiento”.
