Tegucigalpa – El psiquiatra Juan Carlos Munguía hizo un llamado urgente a los actores políticos y a la ciudadanía para preservar la confianza en el próximo proceso electoral, advirtiendo que la difusión de mensajes de miedo, incertidumbre y presunto fraude afecta no solo la estabilidad democrática del país, sino también la salud emocional de los hondureños.
Munguía subrayó que es indispensable garantizar a la población que las elecciones serán libres, democráticas y transparentes, recordando que los ciudadanos “deben tener la confianza y el derecho de ir a ejercer su voto y que esa voluntad soberana del pueblo sea respetada”.
El especialista cuestionó la narrativa promovida por “algunos malos políticos”, quienes —según dijo— buscan instalar la percepción de fraude o violencia antes de los comicios. Esta retórica, explicó, activa en el cerebro áreas relacionadas con el miedo y la memoria emocional.
“Con esa narrativa lo que hacen es activar una zona fundamental del cerebro, la membrana cerebral, donde se almacenan nuestras emociones más primitivas. Eso es irresponsable de parte de ellos”, señaló.
Llamado a la razón: votar con criterio y sin temor
Munguía insistió en la necesidad de que los hondureños utilicen su corteza prefrontal, región cerebral involucrada en el razonamiento, la toma de decisiones y el análisis consciente.
“Hay que hacer que el hondureño ejerza su voto en base a las propuestas de los candidatos, no al miedo ni a mensajes que buscan manipular sus emociones”, expresó.
El psiquiatra destacó que Honduras ha construido su democracia con gran esfuerzo, y que la población ha demostrado ser resiliente, pacífica y capaz de superar dificultades. Por ello, pidió fortalecer la confianza en el proceso electoral y rechazar discursos que siembran duda o inestabilidad.
“La recomendación que puedo dar a los hondureños es que tengamos confianza. Los hondureños somos resilientes y somos personas de paz. Hemos soportado tantas cosas, pero seguimos creyendo en la democracia”, afirmó.
Finalmente, Munguía reiteró que el compromiso de todos debe ser proteger la voluntad soberana expresada en las urnas, evitando la manipulación emocional que amenaza con fracturar la convivencia social y la credibilidad en las instituciones.LB









