Tegucigalpa – Sara, una inmigrante hondureña en España, señaló que «en la construcción se gana muchísimo mejor que trabajando de interna».
Aunque su vida en España inició como la de muchas mujeres migrantes, en un hogar como interna o doméstica, dio un salto al mundo de la construcción.
En el mundo de la construcción su sueldo base es de mil 200 euros, pero con horas extra puede llegar a los mil 500 euros, unos 45 mil 735 lempiras, moneda local de Honduras.
El principal desafío -dijo- es que la construcción es un trabajo dominado por hombres.
“A veces creen que por ser mujer no puede hacer el trabajo”, señaló.
Recordó que cuando trabajaba de interna debía dormir en la casa de los ancianos que cuidaba.
Sin embargo, en la construcción trabaja en un horario de las ocho de la mañana hasta la seis de la tarde, con dos descansos, el primero a las 10 de la mañana y el segundo a las dos de la tarde, debiendo regresar a trabajar a las tres de la tarde.
No obstante, el tiempo no es la única ventaja de este cambio, el salario también es mayor, comentó la migrante hondureña.
En España, aproximadamente el 41% de las trabajadoras del hogar son inmigrantes. RO









