Tegucigalpa – Varios exfuncionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del desaparecido Tribunal Supremo Electoral (TSE) expresaron este martes su preocupación y rechazo ante el ataque sistemático que sufren las actuales autoridades de los órganos electorales.
Expusieron que Honduras enfrenta una alarmante tendencia de politización de la justicia, la judicialización de lo electoral, como mala práctica y la consecuente instrumentalización del Ministerio Público y acciones intimidatorias dirigidas a quienes actualmente ejercen funciones constitucionales para garantizar la integridad electoral.
Señalaron que la democracia hondureña exige la existencia de autoridades electorales independientes y libres de presiones políticas o judiciales, en contraposición a las recomendaciones de las misiones de avanzada de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y del Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés).
Los exfuncionarios electorales advirtieron que el empleo del aparato estatal para perseguir, desacreditar o coaccionar a autoridades electorales constituye una amenaza directa al orden constitucional, al pluralismo político y a la voluntad popular.
“Este tipo de acciones no sólo pone en riesgo el funcionamiento autónomo de las instituciones, sino que deteriora la confianza ciudadana y nos acerca a escenarios conocidos en la región donde se han quebrado las democracias”, cita el escrito.
Rechazaron cualquier intento de criminalizar decisiones administrativas o técnicas que, por mandato de ley, que corresponden exclusivamente a las autoridades electorales en ejercicio.
También reprocharon toda forma de persecución, hostigamiento o presión política contra autoridades del CNE y del TJE.
Igualmente, condenaron cualquier injerencia en el funcionamiento autónomo de los órganos electorales constitucionales por parte del Ministerio Público y demás instituciones del Estado.
Finalmente, hizo un llamado a la sociedad, organismos nacionales e internacionales, a las misiones de observación electoral de la Unión Europea (UE), la de la OEA y a la comunidad democrática para que acompañen y vigilen este proceso para evitar un retroceso institucional. AG









