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No era el TREP

Abg. Ruth M. Lafosse

Lo que ha sucedido en Honduras desde la convocatoria a elecciones primarias, no es un simple episodio dentro de un proceso electoral tenso. Es el reflejo de una estrategia estructurada de cooptación institucional, desde que se tomo el poder por la fuerza de la presidencia del Congreso Nacional, desde el cambio legales para el nombramiento de Magistrados de la Corte Supema de Justica, y donde el aparato del Estado ha sido utilizado para obstaculizar la libre expresión de la voluntad popular. Congreso, Ministerio Público y otras entidades del Estado han operado como herramientas de poder partidario, no como garantes del orden democrático.

El boicot al Consejo Nacional Electoral (CNE) fue sistemático. Se bloqueó su funcionamiento con el fin de manipular la arquitectura técnica del sistema TREP el único canal de comunicación rápida de los resultados preliminares. Un consejero se negó a presentarse a las sesiones sin justificacion alguna, las hubiera expresado asistiendo a ella, una consejera presentó una renuncia condicionada de manera abrupta haciendo un cambio de conciencia juridica, sin cambio a la ley pero si con cambio al esquema politico,  y la presidenta que permanecio en el cargo enfrentó un asedio institucional sin precedentes. El propósito era claro: paralizar al árbitro electoral y forzar una reconfiguración no solo del sistema  que permitiera al oficialismo controlar el resultado, sino el control absoluto desarticulando la integridad del CNE.

Mientras el CNE era desmantelado desde dentro, cosa que no era sufiente para el boicot,  las instituciones del Estado completaban la operación desde fuera. Colectivos bloquearon físicamente no como manifestantes sino como fuerza de choque al serivicio del poder  la entrega de pliegos del TREP. El Congreso Nacional, excediendo sus atribuciones, sin someterla al Confreso decidio unilateralmente calificarla no como renuncia sino como denuncia. Y el Ministerio Público, en tiempo récord, pasó de citar a los consejeros como testigos a investigarlos formalmente.

En ese contexto oscuro y peligroso cuando todo parecia desbordarse, con la presión al límite, los tres consejeros del CNE incluido quien había boicoteado las sesiones se sentaron a la mesa. Y por unanimidad decidieron aprobar nuevos controles del TREP, más estrictos, más verificables, más aceptables para los partidos y la ciudadanía, según dijo la Consejera Presidente. Ese momento no fue fruto de reconciliación interna. Fue el resultado directo de la presión nacional e internacional, del acompañamiento firme y silencioso de la OEA, de la Union Europea, del Instituto de la Democracia, y de la diplomacia estadounidense que observaban de cerca el deterioro acelerado del orden institucional electoral en Honduras, y que la intimidacion tanto del Congreso como del Ministerio Publico no pasarian inadvertidos. Y ultimamente la firma de los candidatos ante el CNA de su compromiso en la lucha contra la corrupcion.

La decisión fue significativa, en la publicación del CNE resolvieron que sobre la forma de verificar los datos  transmitidos, la verificación visual del 100% de las actas y validaciones automáticas con trazabilidad. Estos cambios son técnicamente relevantes y jurídicamente necesarios, pero no suficientes frente al poder que intenta deslegitimarlos desde otras instituciones.

Esta no es una victoria, no significa que el peligro ha desaparecido, el oficialismo está ultimando detalles, no se da por vencido, La presidenta del CNE ha dicho que tiene una pistola en la sien. Esa expresión lo resume todo y esa metafora es más que una frase aislada es el retrato excacto de la presion bajo la que opera no sola la Consejera presidente sino toda la institucionalidad electoral en Honduras se ha quebrado la independencia del árbitro electoral. Y lo que el poder no logró controlar desde el TREP, puede intentar capturarlo por otras vías como las judiciales, legislativas o incluso militares. Sera suficiente este nuevo flujo del TREP? ¿ que otras jugadas vendran desde el poder?  Mientras tanto el Jefe de las Fuerzas Armadas hoy observa un cambio en la estrategia?  Un indicio de division interna?

La reciente citación a la presidenta del CNE, Cosette López, justo después de que el pleno alcanzara un acuerdo unánime para avanzar con el nuevo flujo del TREP, no es un acto casual ni aislado. Se trata de una nueva fase del complot institucional,  ahora el poder pretende quebrar, desde el ámbito judicial, lo que no pudo frenar con el boicot interno. Citar a Cosette como investigada busca aislarla, debilitar su legitimidad y enviar un mensaje al interior del CNE, que cualquier acción fuera del control del oficialismo será castigada. Además, con ello se prepara el terreno para cuestionar la legalidad del acuerdo alcanzado, sembrando dudas que podrían usarse más adelante para impugnar el proceso electoral. Es, en esencia, un nuevo intento por desacreditar la única figura que logró sostener la independencia institucional frente a la sistematica intimidacion y amenazas personales. Esta jugada no apunta a la justicia, sino a la restauración del control político total sobre el órgano electoral.

La Constitución garantiza el derecho a elegir y ser electo, y consagra que la soberanía reside en el pueblo (Art. 2). Toda conspiración para impedir el ejercicio libre y transparente del sufragio constituye una violación estructural al orden constitucional, es traicion a la patria. No hay legalidad donde el aparato estatal es usado para fines partidarios, como instrumentos de poder. No hay democracia si el voto está bajo asedio.

Por eso, la convocatoria de las iglesias a la marcha del 16 de agosto no es solo un acto simbólico. Es un punto de inflexión moral. Es el despertar de la conciencia ciudadana ante un régimen que amenaza con cerrar todos los caminos institucionales para que la poblacion vaya a votar. Esa marcha representa la entereza ética frente al cinismo del poder. No responde a partidos: responde a principios.

Lo que está en juego no es el software del TREP. Es el derecho a decidir, el acto sagrado del sufragio. El oficialismo no se ha rendido. Solo ha cambiado de estrategia. La ciudadanía no puede dormirse,  debe mantenerse en alerta máxima. Porque lo que se ha logrado hasta ahora no es garantía de transparencia, sino apenas un muro de contención frente a una embestida que continuará. Y porque el pueblo, frente a todo, ha dicho con firmeza, es nuestro pais, es nuestra libertad, y es nuestra decisión.

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