Tegucigalpa – Un nuevo brote de COVID-19 revive fantasmas del pasado en Honduras cuando el sistema de Salud Pública colapsó a causa del alto número de casos positivos y de decesos por este virus.
Autoridades de diversos centros de atención han reportado un aumento de los casos positivos de COVID-19, lo que mantiene en alerta a las autoridades que no quieren que la historia se vuelva a repetir cuando el país se vio superado por la enfermedad.
El COVID-19 sigue presente. Quienes están enfermando actualmente son personas no vacunadas, parcialmente vacunadas o inmunodeprimidas, como adultos mayores y menores de edad con defensas bajas, señaló el infectólogo Tito Alvarado.
Reflexionó que el virus “vino para quedarse” y continuará circulando, afectando especialmente a personas que no han completado su esquema de vacunación y a quienes tienen sistemas inmunológicos debilitados.
En marzo de 2020, Honduras confirmó sus primeros casos de COVID-19, marcando el inicio de una batalla que transformaría la vida de millones. Dos mujeres, una embarazada proveniente de España y otra de Suiza, fueron los primeros casos registrados, según la Secretaría de Salud.
Desde entonces, el virus se extendió por los 18 departamentos del país, con Cortés y Francisco Morazán como los más afectados.
El sistema sanitario hondureño enfrentó desafíos colosales desde el inicio. Hospitales como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en Tegucigalpa reportaron saturación extrema en 2020, con pasillos abarrotados y pacientes en colchonetas.
La vacunación marcó un punto de inflexión, sin embargo, actualmente los menores índices de vacunación, no solo contra este virus sino contra varias enfermedades en Honduras.
La reciente alerta sobre una posible nueva ola, recordó que el virus sigue activo.
La combinación de vacunación, vigilancia epidemiológica y medidas de prevención será clave para evitar retrocesos. En un país donde la pandemia expuso profundas desigualdades, la recuperación no solo es sanitaria, sino también social y económica, un esfuerzo que demanda la colaboración de todos los sectores, reflexionó el especialista.
Lo anterior revive fantasmas del pasado entre los hondureños que no quieren volver a vivir lo que se vivió en los últimos años con una paralización casi total del país, lo que costó vidas humanas y un profundo impacto a la economía. (RO)