Tegucigalpa – Un grupo de mujeres productoras de cacao en Honduras está revolucionando la sostenibilidad con el primer prototipo de bioenvases 100% biodegradables, fabricados a partir de cáscaras de cacao, un residuo agrícola que antes se desechaba.
Este innovador proyecto, desarrollado en los municipios de Jutiapa y Balfate, es resultado de una alianza entre la Fundación Ayuda en Acción, cooperativas locales (CHOCOMERS y COMPROASERSO), científicos del Instituto «La Mayora» (CSIC, España) y la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), del Gobierno regional de Andalucía, que cofinanció la iniciativa.
De residuo a recurso: la innovación hondureña
Las cáscaras de cacao, que antes se quemaban o acumulaban en las fincas, ahora se transforman en bioplásticos ecológicos gracias a un proceso que comenzó en laboratorios españoles. Las científicas Susana Guzmán y Rocío Muñoz realizaron los primeros análisis con mazorcas enviadas desde Honduras y, tras meses de investigación, desarrollaron el prototipo. Posteriormente, capacitaron a las productoras hondureñas para replicar el proceso de manera autónoma.
“Ver cómo las propias productoras empiezan a reproducir el proceso en sus comunidades, nos llena de orgullo”, explico Susana.
Norely Romero, cacaocultora de Jutiapa, comparte: «No imaginaba que la cáscara de cacao pudiera convertirse en bioplástico. Esto significa un planeta más limpio y un futuro mejor para nuestros hijos».
Alianzas que impulsan el cambio
El proyecto fue presentado en la sede de Canal Sur en Sevilla, en un evento que reunió a representantes de la administración andaluza, organismos internacionales como ONU-Hábitat, universidades, empresas, Ayuda en Acción y medios de comunicación.

Jorge Cattaneo, director general de Ayuda en Acción, resaltó: «Esto demuestra que la cooperación internacional genera innovación y empleo desde los territorios».
Celia Rosell Martí, directora de la AACID, destacó: «Andalucía apuesta por alianzas multiactor para mejorar las condiciones de vida y avanzar hacia sociedades más sostenibles. Con nuestra nueva Política de Cooperación, reforzamos el compromiso con proyectos que unen ciencia, empoderamiento y cuidado del medio ambiente».
Las jornadas se enmarcaron en la antesala de la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, que tendrá lugar en Sevilla.
Un modelo replicable para el futuro
Este proyecto no solo es un ejemplo de economía circular, sino también de cómo las prácticas sostenibles pueden mejorar la resiliencia territorial, crear empleo verde y promover la innovación social. Los bioenvases permitirán a las productoras comercializar sus productos de manera más ecológica, cerrando el ciclo de producción y reduciendo la contaminación.
Honduras marca así un precedente en innovación ambiental con impacto social, demostrando que la unión entre ciencia, cooperación y comunidad puede transformar realidades.