Redacción deportes – Un arreón de última hora, en los veinte minutos finales, un arrebato de orgullo unido al talento del portugués Bruno Fernandes y al acierto del uruguayo Manuel Ugarte, evitaron la derrota en Goodison Park del Manchester United con una desventaja de dos goles, que no acabó con las dudas ni la mala imagen que dio en gran parte de un encuentro que mantuvo la incertidumbre al final ante un penalti señalado en contra de los visitantes que definitivamente el VAR anuló.
El árbitro Andrew Madley señaló como penalti, en el minuto 93, con el marcador ya empatado, un presunto doble agarrón de Matthijs de Ligt y Harry Maguire a Ashley Young al acudir a un rechace a un disparo desde fuera del área que desvió Andre Onana. La sanción suponía una clara ocasión para el Everton de recuperar la ventaja que perdió en ocho minutos y una decepción para el equipo ‘red’ después de todo el esfuerzo por enmendar un marcador claramente adverso.
El videoarbitraje aclaró la acción y no pasó nada. El duelo acabó con empate, igualado, sin ganadores. En el que el equipo de Ruben Amorim alargó las malas vibraciones de sus últimos compromisos, de sus dos partidos seguidos perdidos en la Premier que le han alejado lo impensable de la parte alta de la tabla, de una zona europea para la que no cuenta. Fue sometido muchos minutos por el Everton, en un gran nivel y en clara mejoría desde que cambió la dirección de su banquillo.
Sin embargo, tiene tanto talento el cuadro ‘red’ que se desperezó al final, cuando sintió de verdad la amenaza de un nuevo revés y su imagen estaba por los suelos, y resucitó cuando menos se esperaba. Pudo hasta ganar y también perder. Pero la sensación final fue de malestar. Se salvó gracias al balón parado.
Se quedó a medias en su reacción el Manchester United, que sigue sin ganar en una trayectoria dolorosa, incapaz de superar a un Everton que no hace mucho parecía un candidato al descenso pero revitalizado con la vuelta a su banquillo de David Moyes.
No va a tener tiempo el Everton de llegar a pujar por los puestos europeos pero se ha asentado como el mejor de la Premier desde que Moyes acudió al rescate ‘toffee’. Con la obtenida ante el Manchester United, el club de Merseyside acumula dieciséis puntos. Cinco partidos ganados, uno empatado y solo uno perdido.
Está cada vez más lejos de la parte baja y se distancia del Manchester United, anclado en el ecuador. Le salva de una zozobra mayor al conjunto de Ruben Amorim la falta de capacidad de reacción de los que le siguen en la clasificación y los puntos acumulados en la primera parte del curso. El Southampton, el Leicester y el IPswich no levantan cabeza y no puntúan. Por eso, los reds cuentan con doce de distancia respecto al antepenúltimo lugar.
Porque el Manchester United sufrió en Goodison Park más de lo necesario Y peor, careció de arrojo e intención de dar un giro a la situación. El daño sufrido pudo ser mayor, sobre todo en la primera parte, cuando el maliense Abdoulaye Doucouré dejó en evidencia a sus adversarios.
El atacante africano se bastó para poner a prueba a la zaga visitante. Solo su falta de acierto en algunos momentos impidió que el Everton tuviera un marcador sonrojante para su rival antes del intermedio. Doucouré fue el que asistió a Beto para anotar el primer gol en una acción, pasado el cuarto de hora, que pareció no tener fin. La pelota fue de un lado a otro por el aire, de una cabeza a otra, del atacante al defensa. Hasta que el maliense, en la frontal, cabeceó hacia el área pequeña donde estaba Beto, sin oposición, y batió a Onana.
Deambulaba el equipo de Amorim, que pudo encajar el segundo en el 32, en una ocasión de Jack Harrison que salvó Onana. Pero el 2-0 llegó un minuto después, en un contraataque que acabó con un centro desde la banda derecha de Beto al área, donde estaba Harrison. El atacante disparó y Onana salvó. Pero Doucouré, atento, recogió el rechace y llevó la pelota a la red.
En pleno caos red el africano pudo provocar el tercero justo antes del descanso pero se interpuso oportunamente la defensa.
Después no mejoró el panorama del Manchester United. Al revés. Sin encontrar solución alguna y sin recursos desde el banquillo, Doucouré pudo marcar otra vez pasada la hora de juego cuando de volea remató un centro servido desde la derecha. Onana respondió bien y evitó el tanto.
Se agitó el partido y el United se encontró metido en el partido gracias a una individualidad. De la mano de Bruno Fernandes, en una acción a balón parado. Un golpe franco que el luso ejecutó, en la media luna y que Jordan Pickford no pudo ver.
Empezó el partido para el United, que resucitó con el gol de Fernandes y comenzó a creer. Le metió una marcha más y empezó a cercar el área de su rival, cada vez más firme. No tardó en encontrar el empate en otra jugada a balón parado que nación enlas botas, otra vez, de Fernandes. Un saque de falta, un balón al área que que despeja de cabeza la defensa local y el balón cae a Manuel Ugarte que con un tiro certero lleva la pelota a la red. Era el empate.
Todo podía ocurrir porque el partido se abrió. El United creyó en la remontada final y el Everton enrabietado por un partido que tenía ganado y que se le iba. Pickford y Onana evitaron el gol y después, el VAR impidió en el añadido un penalti que hubiera desequilibrado el duelo. Que hubiera premiado el esfuerzo local y agrandar la frustración del United.
— Ficha técnica:
2 – Everton: Jordan Pickford; Jake O’Brien, James Tarkowski, Jarrad Branthwaite, Vitaly Mykolenko; Idrissa Gana Gueye, James Garner (Tim Iroebunam, m.81); Jesper Lindstrom (Ashley Young, m.54), Abdoulaye Doucoure (Carlos Alcaraz, m.81), Jack Harrison; y Beto.
2 – Manchester United: Andre Onana; Matthijs de Ligt, Harry Maguire, Noussair Mazraoui (Leny Yoro, m.71); Diogo Dalot, Manuel Ugarte, Casemiro (Alejandro Garnacho, m.62), Patrick Dorgu; Joshua Zirkzee, Bruno Fernandes y Rasmus Hojlund (Chidozie Obi, m.70).
Goles: 1-0, m.19: Beto; 2-0, m.33: Abdoulaye Doucouré; 2-1, m.72: Bruno Fernandes; 2-2, m.80: Manuel Ugarte.
Árbitro: Andrew Madley. Mostró tarjeta amarilla a Jake O’Brien, James Garner y Ashsley Young, del Everton y a Chidozie Obi, del Manchester United.
Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésima sexta jornada de la Premier League disputado en el estadio Goodison Park de Liverpool ante unos 38.000 espectadores.