Tegucigalpa – El vicario de la Iglesia Catedral de Tegucigalpa, sacerdote Carlos Rubio, calificó como lamentable y dolorosa la acusación contra el sacerdote Joseph Maurizio por abuso sexual en perjuicio de unos cuatro menores de edad en Honduras.
El vicario de la Iglesia Catedral de Tegucigalpa, Carlos Rubio, manifestó en una entrevista realizada por un canal de televisión local que la Iglesia Católica hondureña no tenía información del sacerdote Joseph Maurizio acusado de viajar a Honduras para involucrarse en actos sexuales con niños mientras promovía trabajo misionero entre los pobres.
Rubio indicó que no se conoce a esa persona. “Cuando llega un sacerdote a ejercer ministerio, misión, conferencia o cursos debe contar con el permiso del arquidiócesis de Tegucigalpa, debe contar con todos sus documentos y la comprobación de ser un sacerdote legítimamente ordenado y de estar en el goce de sus derechos y el ejercicio de sus facultades, de lo contrario no puede ingresar al país por parte de la iglesia”, acotó.
Por un sacerdote que falló no quiere decir que todos sean iguales afirmó Rubio quien reflexionó que “hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece, siempre hay manzanas podridas”.
“Si existen pruebas este delito debe ser juzgado por la justicia porque en ocasiones pueden presentarse “chismes” rumores, intención de dañar la imagen de una persona. Lo importante es que cada caso se compruebe y si resulta culpable debe ser juzgado con lo que demande la ley”, comentó el prelado.
Por su parte, el portavoz de la Iglesia Católica hondureña, Juan Ángel López, manifestó que este caso hay que llamarlo como es y que debe de ser presentado ante las autoridades y debe de ser retirado de la diócesis a la que servía.
El especialista en comunicaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Héctor Espinal, confirmó que Maurizio estuvo en el país de 2006 a 2009.
Espinal dijo que espera que las autoridades estadounidenses tomen en cuenta todas las pruebas que fueron enviadas sobre los delitos cometidos por el reverendo.
El sacerdote Joseph Maurizio de Pennsylvania, acusado de viajar a Honduras para involucrarse en actos sexuales con niños mientras promovía trabajo misionero entre los pobres, fue arrestado el jueves por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y deberá comparecer en la audiencia programada para el lunes, según un comunicado de ese organismo.
Maurizio de 69 años, permanecerá bajo custodia hasta una audiencia el lunes ante un magistrado federal en Pittsburgh. El juez debe decidir entonces si el clérigo continuará encarcelado hasta que sea juzgado.
La diócesis de Altoona-Johnstown dijo sentirse «profundamente perturbada por las acusaciones contra el padre Maurizio». Indicó que él ya no ha ejercido sus funciones pastorales en la parroquia Nuestra Señora Reina de los Ángeles desde que las autoridades federales allanaron la casa parroquial el 12 de septiembre.
Agentes del ICE (siglas en inglés del Servicio de Inmigración) también revisaron una granja donde Maurizio vivía en Windber. Cuatro días después el obispo Mark Bartchak anunció que el sacerdote fue suspendido.