Tegucigalpa.- Las autoridades hondureñas informaron que la detención del sacerdote católico estadounidense, Joseph Maurizio Jr, en Estados Unidos, fue parte de una operación coordinada con las autoridades de ese país del norte, en respuesta a una orden de captura emitida por un tribunal de la ciudad de El Progreso, Yoro, desde hace más de un mes.
Elvis Guzmán, portavoz de la fiscalía en la región norte, dijo en declaraciones al noticiero TN5 estelar de Televicentro, que luego de denuncias hechas por niños de un centro de menores que se localiza entre Tela y El Progreso, la fiscalía investigó el caso y comprobó la implicación del sacerdote en el delito de abuso sexual de menores.
Las pesquisas de los fiscales determinaron que el sacerdote estadounidense habría abusado de al menos unos diez menores a quienes pagaba cien lempiras a cambio de que cedieran a sus propuestas sexuales.
Este día, la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas, (ICE, por sus siglas en inglés), informó de la acusación que pende sobre el religioso a quien se le sindica de presuntos actos de pedofilia en contra de menores hondureños durante los viajes que por varios meses realizaba a Honduras.
El sacerdote Joseph D. Maurizio, Jr., de 69 años es acusado por denuncia penal de conducta sexual ilícita y posesión de pornografía infantil, indica el ICE en un comunicado publicado en su página web.
El religioso asignado a la diócesis de Altoona-Johnstown viajaba todos los años del 2009 hasta el 2011 desde Pensilvania a Honduras, según una investigación realizada por el ICE.
De acuerdo a otra investigación realizada por la Seguridad Nacional de Investigaciones de Pittsburgh, (HSI por sus siglas en inglés), establece que después de la conducta sexual ilícita cargada ocurrida en marzo de 2009, Maurizio no participó en ningún viaje al extranjero de nuevo hasta julio de 2011. A partir de esa fecha hasta el presente, los registros de viajes extranjeros indican que el acusado ha hecho unos 10 viajes separados a varios países de América Central.
En Honduras, líderes religiosos dijeron desconocer las andanzas del religioso, pero indicaron que se debe investigar a fondo y que el hecho coincide con la nueva política del Vaticano que promueve el Papa Francisco de iniciar una depuración de la iglesia de cualquier acto de pedofilia.
