Honduras/Nueva York – A ritmo de mariachi, este martes centenares de personas residentes en El Bronx, Nueva York, dieron el último adiós al “Rey de los Helados”, Alfredo Thiebaud.
Familiares del empresario quien en vida fundó la empresa Deliciosos Coco Helados recibieron el apoyo de autoridades, medios de comunicación y amigos del Bronx quienes se hicieron presentes a la multitudinaria ceremonia de sepelio.
Thiebaud falleció el pasado el viernes cuando una puerta de su negocio cayó sobre él mientras abría el local a las 5:40 de la mañana como usualmente lo hacia todos los días.
Dentro de los asistentes al funeral como al entierro destacan miembros del Departamento de Policía de Nueva York, oficiales de Bomberos, y el presidente del Bronx, Rubén Díaz.
Sin embargo, fueron cientos los concurrentes entre empleados, amigos, conocidos, hispanos y norteamericanos que este día brindaron el último adiós al empresario hondureño.
“El Rey de los Helados” se ganó ese título tras fundar la empresa Delicioso Coco Helado en la que en la actualidad se emplean a cientos de inmigrantes, la mayoría de nacionalidad hondureña.
Tras la vela del cuerpo de Thiebaud la cual duró cuatro días fueron múltiples los actos de reconocimiento y apoyo a la familia del hoy occiso entre los que destacan la interpretación musical de la canción Amor Eterno por parte de un grupo de mariachis quienes con su atuendo y su música rindieron honores al empresario.
Los asistentes también degustaron helados ya que al parecer habría sido una disposición del empresario hondureño.
Las redes sociales también fueron otra vía por la que los hondureños que no residen en el país norteamericano expresaron palabras de aliento y fortaleza para los familiares.
Entre los primeros que utilizaron esta vía de comunicación se encuentra el presidente Juan Orlando Hernández quien es su cuenta Twitter: «Solidarios con la familia y amigos de Alfredo Thiebaud, un hondureño cinco estrellas, residente en New York, que vivirá por su gran legado».
Así como el mandatario, propios y extraños dedicaron algunas líneas al interfecto que emigró desde territorio hondureño hacía Estados Unidos cuando apenas tenía 19 años.
De esta forma se le rindió homenaje y cristiana sepultura a quien en vida fue considerado un ciudadano ejemplara del Bronx, según autoridades locales.