Transporte público en Honduras, entre el caos vial y el oscuro laberinto del delito

Tegucigalpa – Autobuses repletos de pasajeros; carreras desenfrenadas de unidades en servicio, compitiendo en los corredores de diversas rutas; asaltos a pasajeros; muertes violentas de choferes y cobradores, historias de extorsiones y presunto tráfico de influencias son parte del menú que rodea la anárquica situación del trasporte urbano e interurbano en Honduras.
 

– En la capital circulan mil 400 buses amarillos, mil 500 buses rapiditos y ocho mil taxis, así como una preocupante nube de mototaxis que representan un peligro latente.

Reordenar el caos en que funciona el transporte en el país, constituye un gran desafío que la nueva administración del presidente Juan Orlando Hernández.

Durante muchos años, el transporte colectivo de pasajeros en el país ha venido funcionando desordenadamente. La gobernabilidad en el sistema es casi inexistente. La autoridad ha sido incapaz de lograr que se preste un buen servicio a los usuarios que a diario son víctimas de vejámenes y abusos que en muchos casos han representado hasta la muerte.

Adiós a las mordidas

Otro problema es la presunta forma irregular que ha prevalecido ancestralmente en la Dirección General de Transporte (DGT), especialmente en la forma en que se extienden los permisos de explotación que han sido otorgados indiscriminadamente y donde predomina la famosa “coima” o “mordida” que ha producido ganancias para funcionarios e intermediarios conocidos como “coyotes” que se han dedicado a esa actividad ilícita.

En ese sentido, el nuevo titular de Transporte, Geovanny Dubón, aseguró en las últimas horas, que “los transportistas del país, harán fiesta porque ya no se les cobrará mordida de parte de los inspectores de esta dependencia”, y advirtió que cualquiera que ejecute esos cobros ilegales, tendrá que ser sancionado drásticamente.

Refirió que en el corto lapso que tiene de estar al frente de esa dependencia, son centenares de denuncias de parte de los transportistas que están siendo objeto de abuso por parte de algunos inspectores de la DGT.

“A pocos días de haber asumido el cargo, he tenido miles de denuncias tanto de los transportistas, como de los usuarios, porque no sólo hacen señal de parada para regular, sino para morder”, aseveró.

Es por esa razón, Dubón reveló que anda buscando con “pinzas” al nuevo jefe de Inspectores de esa dependencia. “Hemos recibido al menos seis solicitudes ya que todo mundo quiere ejercer ese cargo, pero les garantizo que se elegirá a la persona en un proceso transparente”, afirmó el nuevo funcionario en declaraciones a periodistas.
Apuntó que los cobros para permisos y renovación a los empresarios del transporte, será trasladado al manejo de instituciones bancarias.

Podredumbre en los subsidios

Otro problema que deberá resolver Dubón, es el manejo en el otorgamiento del subsidio que reciben los autobuses amarillos para mantener la tarifa actual en cuatro lempiras, pero que desde el inicio del gobierno del presidente Porfirio Lobo, comenzaron a desaparecer y comenzó a emerger una impresionante cantidad de unidades más pequeñas conocidas como servicio ejecutivo o “rapidito”.

Los subsidios en el caso del transporte urbano de Tegucigalpa, son considerados injustos por partida doble y se han convertido en otra burla para los usuarios y para los contribuyentes y siempre han existido dudas respecto a la forma que se entregan esos dineros porque nunca se ha conocido como se manejan y distribuyen.

Otro entuerto, a lo largo del tiempo, en el manejo de trasporte en Honduras es que quien ha ejercido la titularidad de la DGT, ha sido un transportista o alguien a fin a ese gremio, una decisión reñida con la ética.

En junio de 2012, las autoridades del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) anunciaron que se había abierto una investigación por supuestas irregularidades en el subsidio que se entrega por parte del gobierno al sector transporte de la capital hondureña.

El magistrado Miguel Mejía, detalló que hay una denuncia de supuestas irregularidades, “esperemos que se haga la investigación completa, cuántos autobuses son, cuántos reciben el subsidio, si están en servicio o no lo están”, pero hasta el momento no se conocen los resultados de esa investigación.

No habrá aumento a tarifas

El nuevo director de Transporte ha afirmado que no habrá aumento a las tarifas del transporte público, decisión que se tomó luego de sostener una reunión en Casa Presidencial, con el ministro sectorial de Infraestructura y Energía, Roberto Ordóñez.

El funcionario dijo que en su plan de trabajo contempla no sólo el ordenamiento del sector en cuanto a las actividades administrativas en la DGT, sino escuchar las demandas de mayor seguridad de los transportistas, quienes la semana pasada paralizaron sus unidades debido a que ya no aguantan el cobro del mal llamado “impuesto de guerra” o extorsión de parte de grupos delincuenciales.

A criterio de Dubón, esa demanda es justa, por lo que el gobierno busca garantizar la seguridad no sólo de ellos como sector que presta un servicio, sino para toda la población usuaria y en eso están trabajando los responsables en materia de seguridad ciudadana.

Reiteró que el incremento a las tarifas, es un tema que no está en agenda del gobierno, sino que se mantendrán y si los transportistas deciden tomarse las calles para protestar por esa razón, se aplicarán las sanciones que corresponden.

Dubón sostuvo reuniones durante el fin de semana con todos los responsables tanto de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), así como de la DGT y representantes de los transportistas a fin de determinar las primeras acciones para poner orden en el sistema.

Al borde del colapso

La invasión de buses, microbuses, rapiditos, taxis y una impresionante flota de mototaxis, tienen al borde del colapso a la ciudad a tal grado que en horas pico conducir un vehículo por la capital “es como andar en una jungla llena de salvajes”, como apunta don Carlos Escoto, quien tiene más de tres décadas de manejar y ha sido testigo de cómo se ha ido fomentando el desorden y el caos en la capital hondureña.

El señor Escoto apunta que a vista y paciencia de las autoridades, los conductores de autobuses y taxis, se paran donde quieren y lo que menos hacen es utilizar las bahías construidas para bajar y subir pasajeros.

Todo eso acontece, mientras el parque vehicular en las ciudades gemelas crece a pasos agigantados, según el informe del Plan de Movilidad Urbana Sostenible elaborado por la Alcaldía Municipal (PMUS) en el que se establece que en un tramo de mil 200 kilómetros que comprende la red vial, circulan más de 500 mil vehículos.

Se estima que en Tegucigalpa circulan mil 400 buses amarillos, mil 500 buses ejecutivos o rapiditos y ocho mil taxis, mientras que la invasión de mototaxis en barrios y colonias es preocupante por el peligro que representan.

Según el PMUS, los buses ocupan el 45 por ciento de la red vial, el servicio de taxi el 14 por ciento y apenas el 41 por ciento de las calles le corresponde al parque vehicular independiente.

En la capital operan 103 rutas de transporte; 83 urbanas y 20 interurbanas, en cuanto al servicio de taxis, operan 54 puntos en Tegucigalpa y 47 en Comayagüela.

Sin embargo, la realidad indica una sobre operación de esos puntos, pues de manera ilegal invaden aceras y calles.

Pese a la elevada demanda en la capital la DGT, apenas realiza operativos móviles en 16 puntos a cargo de un promedio de 200 agentes, mientras que la vigilancia del parque vehicular es cubierta por menos de 180 agentes.

Así el panorama, la tarea de recobrar la gobernabilidad es una asignatura pendiente.

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