La madrugada del 13 de mayo de 2012, un total de 49 cadáveres (43 hombres y seis mujeres), fueron abandonados en el kilómetro 47-200 de la carretera libre a Reynosa, a 40 kilómetros al oriente de Monterrey, Nuevo León.
Los restos estaban mutilados, carecían de cabeza y extremidades, lo que en su momento dificultó la identificación por parte de las autoridades.
En el lugar fueron encontradas mantas y pintas en donde el grupo de «Los Zetas» se adjudicaron la matanza.
A principios de este año y a solicitud de autoridades del Gobierno de México, se realizó un doble cotejo de pruebas de ADN, a fin de que las mismas sean totalmente fidedignas y garanticen la identificación plena de los cuerpos de los hondureños que ya fueron exhumados y trasladados al Distrito Federal. Leer nota completa