México- El narcotraficante mexicano Joaquín «el Chapo» Guzmán montó un emporio criminal que se valió de 288 empresas repartidas por más de una decena de países para desviar fondos y ganancias generadas por sus delitos, entre los que se incluye personajes y negocios específicos en Honduras.
– En Honduras, los vínculos del líder criminal mexicano conducen hasta el cártel de Los Cachiros y al de José Miguel «Chepe» Handal Pérez, con otro grupo de empresas. El diario El Universal reproduce hoy una «línea de tiempo» facilitada por la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros estadounidense (OFAC) que describe cómo el líder criminal y sus aliados se valieron de hoteles, inmobiliarias, mineras, gasolineras e incluso de negocios de «crianza de avestruces» en su ingeniería financiera.
El análisis comienza en 2007 y liga a Guzmán, arrestado el pasado 22 de febrero en Mazatlán (noroeste de México), con Ismael «el Mayo» Zambada, dueño de seis empresas que incluyeron «la lechería Santa Mónica, un negocio de arte y hasta una estancia infantil (guardería) en Sinaloa».
Con el cártel de Sinaloa se vincula también a 19 negocios entre los que hay inmobiliarias, comercializadoras y restaurantes en los estados de Jalisco, Baja California y Sinaloa, incluyendo en este último estado el autódromo «Race Park» de Culiacán, indica el diario.
En 2009, los investigadores estadounidenses ligaron al cártel de Sinaloa con nuevos negocios en México pero también con empresas de Colombia, entre ellas, presuntamente, el Criadero Las Cabañas y Agroecuaria La Cruz.
En 2010 se hallaron 19 empresas más, una en Colombia y varias en México, entre ellas tres aeronáuticas y un club deportivo, Ojos Negros, en el estado de Baja California.
Empresas farmacéuticas como Geofarma y Distribuidora Médica Hospitalaria están también ligadas presuntamente con el cártel de Sinaloa, al que se le encuentran entonces los primeros contactos en Panamá.
Ese mismo año aparecieron rastros de 12 empresas ligadas con Juan José Esparragoza Moreno, alias «el Azul», y con sus hijos.
En los años siguientes, hasta 2014, la OFAC identifica además al empresario mexico-colombiano Hugo Cuéllar Hurtado con 11 empresas «fachada», entre las que hay criaderos de caballos y avestruces, repartidas por México y Colombia.
A este empresario se le relaciona presuntamente con casas de empeño y con el Hotel Paraíso Resort en Colombia, señala el diario mexicano.
El entorno de Rafael Caro Quintero, prófugo desde agosto del pasado año, también tendría nexos con «el Chapo» a través de 37 empresas ubicadas en los estados de Jalisco y Sinaloa, en el oeste y el noroeste de México.
Entre estas había gasolineras, inmobiliarias y la empresa Minerales Nueva Generación.
Según estos mismos datos, en Colombia el socio de Guzmán sería supuestamente Jorge Milton Cifuentes Villa, que presuntamente gestiona 54 empresas que incluyen una red financiera con filiales en Ciudad de México, Miami (EE.UU,), Madrid, Panamá, y con una línea aérea, Lincandisa, en Quito.
Aparte de empresas se mencionan algunas fundaciones filantrópicas como Salva la Selva y Bienestar para el Porvenir, cuya sede no se especifica, y también presuntamente una empresa en Uruguay, Genética del Sur.
En Guatemala, la OFAC identificó como supuestos aliados de Guzmán Loera a Marllory Dadiana Chacón Rossell, al frente de 28 empresas, algunas de las cuales tendrían presencia en Panamá.
Además como socio criminal en ese país las autoridades de EE.UU. identifican a Waldemar Lorenzana Lima, bajo cuyo control estarían por lo menos «ocho constructoras, empresas de bienes raíces y una exportadora».
En Belice, el rastro del cártel de Sinaloa conduce hasta John Ángel Zabaneh, un líder criminal local que controlaría cinco empresas turísticas y de productos químicos.
En Honduras, los vínculos del líder criminal mexicano conducen hasta el cártel de Los Cachiros y al de José Miguel «Chepe» Handal Pérez, con otro grupo de empresas.
El análisis comienza en 2007 y liga a Guzmán, arrestado el pasado 22 de febrero en Mazatlán (noroeste de México), con Ismael «el Mayo» Zambada, dueño de seis empresas que incluyeron «la lechería Santa Mónica, un negocio de arte y hasta una estancia infantil (guardería) en Sinaloa».
Con el cártel de Sinaloa se vincula también a 19 negocios entre los que hay inmobiliarias, comercializadoras y restaurantes en los estados de Jalisco, Baja California y Sinaloa, incluyendo en este último estado el autódromo «Race Park» de Culiacán, indica el diario.
En 2009, los investigadores estadounidenses ligaron al cártel de Sinaloa con nuevos negocios en México pero también con empresas de Colombia, entre ellas, presuntamente, el Criadero Las Cabañas y Agroecuaria La Cruz.
En 2010 se hallaron 19 empresas más, una en Colombia y varias en México, entre ellas tres aeronáuticas y un club deportivo, Ojos Negros, en el estado de Baja California.
Empresas farmacéuticas como Geofarma y Distribuidora Médica Hospitalaria están también ligadas presuntamente con el cártel de Sinaloa, al que se le encuentran entonces los primeros contactos en Panamá.
Ese mismo año aparecieron rastros de 12 empresas ligadas con Juan José Esparragoza Moreno, alias «el Azul», y con sus hijos.
En los años siguientes, hasta 2014, la OFAC identifica además al empresario mexico-colombiano Hugo Cuéllar Hurtado con 11 empresas «fachada», entre las que hay criaderos de caballos y avestruces, repartidas por México y Colombia.
A este empresario se le relaciona presuntamente con casas de empeño y con el Hotel Paraíso Resort en Colombia, señala el diario mexicano.
El entorno de Rafael Caro Quintero, prófugo desde agosto del pasado año, también tendría nexos con «el Chapo» a través de 37 empresas ubicadas en los estados de Jalisco y Sinaloa, en el oeste y el noroeste de México.
Entre estas había gasolineras, inmobiliarias y la empresa Minerales Nueva Generación.
Según estos mismos datos, en Colombia el socio de Guzmán sería supuestamente Jorge Milton Cifuentes Villa, que presuntamente gestiona 54 empresas que incluyen una red financiera con filiales en Ciudad de México, Miami (EE.UU,), Madrid, Panamá, y con una línea aérea, Lincandisa, en Quito.
Aparte de empresas se mencionan algunas fundaciones filantrópicas como Salva la Selva y Bienestar para el Porvenir, cuya sede no se especifica, y también presuntamente una empresa en Uruguay, Genética del Sur.
En Guatemala, la OFAC identificó como supuestos aliados de Guzmán Loera a Marllory Dadiana Chacón Rossell, al frente de 28 empresas, algunas de las cuales tendrían presencia en Panamá.
Además como socio criminal en ese país las autoridades de EE.UU. identifican a Waldemar Lorenzana Lima, bajo cuyo control estarían por lo menos «ocho constructoras, empresas de bienes raíces y una exportadora».
En Belice, el rastro del cártel de Sinaloa conduce hasta John Ángel Zabaneh, un líder criminal local que controlaría cinco empresas turísticas y de productos químicos.
En Honduras, los vínculos del líder criminal mexicano conducen hasta el cártel de Los Cachiros y al de José Miguel «Chepe» Handal Pérez, con otro grupo de empresas.