Extradiciones, prueba de fuego para justicia hondureña

Tegucigalpa – Como una guillotina pende la acción de la justicia sobre los potenciales extraditables hondureños. Temen el encierro en cárceles de los Estados Unidos, un país que solicita su deportación por tener allá, cuentas pendientes con la justicia.
 

El pasado 16 de enero, el pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) nombró a los cinco altos jueces que ventilarán los casos de extradición.

Una lista en poder de las autoridades incluye al menos una decena de nombres de presuntos capos de la droga y de otros rubros del crimen. No todos son hondureños se ha confirmado oficialmente.

Estados Unidos ha mostrado su optimismo por el ritmo con que avanza el accionar de autoridades hondureñas.

Por ahora no se cuenta con el caso concreto de un hombre detenido pendiente de extradición.

El “zar antidrogas” de los Estados Unidos William Brownfield dijo a periodistas, durante su reciente visita a Tegucigalpa, que “yo tengo optimismo porque las conversaciones en este momento son totalmente y netamente positivas en términos de extradición”.

Haciendo un parangón en lo ocurrido en Colombia con la situación actual que se vive en Honduras con el tema de las extradiciones de hondureños involucrados en narcotráfico y crimen organizado, el Secretario Adjunto para Asuntos Internacionales Antinarcóticos y Justicia estadounidense, citó una frase que se hizo popular entre los miembros de los carteles de la droga en esa nación sudamericana en el sentido que “es mejor una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos”.

En una entrevista televisiva, Brownfield manifestó que no solamente es un deseo de Estados Unidos sino de Honduras también, sacar de sus comunidades de sus calles a las personas más peligrosas y ponerlas en un lugar seguro donde no puedan hacer más daño a la comunidad por los años que vienen.

Prueba de fuego para el sistema

Honduras ya cuenta con cinco altos jueces que ventilarán los casos de extradición contra igual número de acusados por crimen organizado, narcotráfico y otros.

Pese a que ha trascendido un listado de cinco nombres de extraditables, no hay una fuente oficial que confirme el dato.

Fuentes diplomáticas han informado que entre Honduras y Los Estados Unidos hay conversaciones donde se ha hablado de personas específicas en la búsqueda de coincidencia de posiciones de ambos países sobre quienes son verdaderamente extraditables.

Los casos de los extraditables asignados a magistrados no solo corresponden a hondureños sino que también enlistan a extranjeros.

El viernes, el juez natural, Carlos David Cálix, dio trámite a la extradición de un ciudadano nicaragüense identificado como William Sosa Pérez, quien es reclamado por el delito de asesinato por Estados Unidos y este día fue capturado en la ooriental ciudad de Danlí, tras el libramiento de una orden de captura. Sosa Pérez fue trasladado a una celda de máxima seguridad en Támara.

William Sosa Pérez también es solicitado por México, según trascendió y el gobierno le asignó una defensa pública en la figura de la abogada Rosa Isabel Carías, en vista que el ciudadano nicaragüense no presentó un defensor privado.

La próxima semana se tiene prevista la primera audiencia inicial de imputado para ver si se le otorga o no la extradición solicitada por Estados Unidos.

Brownfield fue explícito al detallarle al periodista Renato Álvarez de Televicentro, lo que a su juicio representa un ganar en ambas vías en el caso de las extradiciones: “Si tenemos ese tipo de conversaciones, pero en este momento no tenemos un caso de alguien que está detenido provisionalmente pendiente de extradición; esa va a ser la prueba de la nueva ley y del sistema; si eso permite la extradición, pero repito, la extradición no es unilateral ofrece algo de valor para ambos países, justicia en Estados Unidos, pero también seguridad en Honduras y eso es lo que buscamos, una solución en la que ganan ambas partes”, arguyó.

Para las autoridades estadounidenses el drama de la extradición incluye identificar en donde están los extraditables, proceder a detenerlos, abrirles el proceso y enviarlos al país que les ha solicitado.

Honduras demanda el cumplimiento de los requisitos estipulados en la Constitución de la República y demás leyes para proceder a las extradiciones, han asegurado autoridades judiciales de este país centroamericano.

Sobre el acuerdo de extradición entre Honduras y Estados Unidos, Brownfield argumentó que «la extradición es un arma que permite a los países combatir juntos el narcotráfico. Con extradición podemos sacar a las peores personas de Honduras y tenerlas 20 años de «vacaciones» en las cárceles de Estados Unidos».

Recursos

Presuntos extraditables han recurrido a los tribunales hondureños donde presentan acciones para impugnar su expulsión del país.

El primer caso que salió a relucir fue el del señor Carlos Arnoldo Lobo, alias “El Negro Lobo”, quien a través de apoderados ha interpuesto varios recursos de amparo ante la Sala de lo Constitucional contra las reformas constitucionales y el auto acordado.

La Corte Suprema de Justicia aprobó un auto acordado que establece el procedimiento que se seguirá para la extradición de hondureños a solicitud de otros gobiernos.


Solicitudes de EE UU y México están confirmadas


En diciembre del año pasado, la CSJ reveló que recibió 10 solicitudes de extradición de hondureños y extranjeros por parte de las autoridades de Estados Unidos y México.

“El número es mayor. Es probable que andemos en unos nueve o 10, entre nacionales y extranjeros”, informó el presidente de la CSJ, Jorge Rivera Avilés.

“Tenemos solicitudes de extradición de México y Estados Unidos”, agregó al consultarlo periodistas, pero no dio mayores detalles.

Los jueces hondureños asignados a resolver las extradiciones han solicitado garantías y seguridad para resolver los casos pendientes.

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