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Estados Unidos “reanaliza” política antidroga en Guatemala y Honduras

Tegucigalpa.- La recién concluida visita a Guatemala y Honduras del zar antidrogas de Estados Unidos, William Brownfield, tuvo entre muchos propósitos, “reanalizar” las políticas de lucha contra el narcotráfico en la región, donde según el funcionario estadounidense, “es posible que la comunidad internacional tenga un debate para lograr una mezcla sobre el consumo de la droga y el trabajo para erradicar a los grupos criminales”.
 

Al menos eso expresó Brownfield al término de su visita en Guatemala, donde fue un poco más explícito en los objetivos de su gira por estos dos países centroamericanos considerados entre los más inseguros, así como las zonas de descanso preferido por los carteles mexicanos del narcotráfico ante la guerra que libran en México.

A diferencia de Honduras, Brownfield ofreció una rueda de prensa en los medios guatemaltecos, les anunció una ayuda adicional que puede oscilar entre los 5 y 10 millones de dólares, según las autoridades guatemaltecas.

Esa ayuda, dijo el ministro guatemalteco de Gobernación, Mauricio López Bonilla, sería destinada, entre otros motivos, para instalar la Fuerza de Tarea Chortí (policía y ejército) en la frontera con Honduras, similar a la Tecún Umán que opera desde el año pasado en el departamento suroccidental de San Marcos, fronterizo con México.

Precisamente a la Fuerza Tecún Umán, Estados Unidos donó varios vehículos blindados que son utilizados para la lucha antinarcóticos y el contrabando. Días antes de la visita de Brownfield a Guatemala, la administración del presidente Otto Pérez creó una comisión de alto nivel para replantear la estrategia contra las drogas y comenzar a dar resultados en los próximos ocho meses.

«Nos anunció ayuda y coincidimos en que Guatemala puede ser un ejemplo regional», agregó el ministro al explicar que hay un interés también por conocer el avance del Viceministerio de Antinarcótico de Guatemala.

Asimismo, una vez que concluyó la visita del zar antidrogas, trasciende que el presidente Otto Pérez tiene en su escritorio para firma la extradición de otro presunto narcotraficantes guatemalteco, algo que ese país ha efectuado en forma sostenida en los últimos cuatro años, además de desarticular fuertes bandas del crimen organizado ligadas a los carteles mexicanos y a la trata de personas. Eso es al menos lo que recogen los diarios guatemaltecos.

Las entrelíneas en Honduras

En Honduras, Brownfield no fue tan específico. Apenas dio declaraciones a seleccionados medios hondureños. La política oficial de comunicación fue un boletín emitido por la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, en donde subraya la importancia de las fuertes relaciones bilaterales entre los Estados Unidos y Honduras, tras reconocer el interés mutuo por trabajar en temas de seguridad, prosperidad y derechos humanos.

En Honduras, el zar antidroga llegó en un momento en donde el país aprobó una ley para derribar aviones que transporten presuntamente droga en altas horas de la noche por diversos puntos del país. La ley para ser efectiva debe ser publicada en el diario oficial La Gaceta, algo que aún no ocurre.

Trascendió que Washington no estaría de acuerdo con esta medida hondureña en vista que sus agentes especializados a veces logran infiltrarse en estos vuelos y podrían perecer si se produce un derribo. Pero el presidente Juan Hernández ha sido claro en indicar que este país es soberano de sus decisiones y al parecer así se lo habría dejado entrever en su entrevista con Brownfield.

En declaraciones brindadas al periodista Renato Álvarez, director del noticiero TN5 de la Corporación Televicentro, Brownfield intentó aclarar este punto indicando que su preocupación se centra en que al amparo de esa ley, por cualquier error, se derribe a vuelos con gente inocente, poniendo como ejemplo el caso de unos misioneros en Perú ocurrido hace un par de años.

El presidente Hernández desde que tomó el poder ha sido claro en el discurso hacia Washington en cuanto a demandar un mayor apoyo en el combate de la política contra el narcotráfico por considerar que los hondureños ponen los muertos, mientras en Estados Unidos crece y se fomenta el consumo de la droga.

Hernández pide mayor efectividad de USA

Hernández es partidario de que la lucha contra el narcotráfico debe partir de una política compartida, pero diferenciada, y en su discurso de toma de posesión habló de un discurso de una doble moral por parte de Estados Unidos.

Siempre en el tema del derribo de los aviones, el presidente hondureño reiteró horas después de la cita con el zar antidrogas que el derrocamiento de aeronaves vinculadas al narcotráfico «es un derecho soberano en Honduras y es obligación de las Fuerzas Armadas de Honduras proteger el territorio nacional en cualquier otro país».

En su visita este miércoles a la norteña ciudad de San Pedro Sula, el gobernante hondureño dijo que en la reunión con Brownfield fue claro en cuanto a que requieren de Washington una «cooperación más efectiva, que tienda a cortar trazas; habrá un replanteamiento de la estrategia y la táctica que será sumamente favorable para ambos países, pero por seguridad no puedo dar detalles», acotó.

Ese replanteamiento de la estrategia calza con lo expresado por el zar antidrogas en Guatemala, al indicar que se «reanalizan» todas las políticas de lucha contra el narcotráfico, que en el caso hondureño seguramente pasa también por el tema de las extradiciones.

Brownfield dijo que analizaron con el gobierno de Honduras una lista específica con sus particularidades de la gente sujeta a una extradición y que si bien el pueblo hondureño tenía derecho a saber quiénes son esas personas, no le corresponde a él dar esa información.

Habrá solución…pero no pronto

Tanto en Guatemala como en Honduras, el zar antidrogas se reunió con todas las autoridades implicadas en el tema de la seguridad y la gobernabilidad, pero a diferencia de Tegucigalpa, sólo en Guatemala anunció más ayuda.

Los analistas son del criterio que en el caso hondureño Estados Unidos hasta ahora está viendo, con la administración Hernández Alvarado, un interés más marcado en liderar la lucha contra las drogas y quizá por ello su cautela inicial antes de soltar más plata.

En la guerra contra los grupos paralelos de poder, el presidente Hernández parece estar claro que se debe dar un paso más al frente y hasta ahora Washington reconoce los esfuerzos antidrogas al desmantelar laboratorios, invernaderos, arreciar contra la extorsión, así como la incautación de dos toneladas de cocaína en pisos falsos que contenían una láminas de tabla yeso en la aduana de Puerto Cortés, al norte del país.

Así las cosas, la lucha contra las drogas en los dos países en donde se asegura se pasean en sus fronteras los líderes de los principales carteles mexicanos para triangular alianzas con los colombianos, parece que tomará nuevos bríos en el transcurrir del tiempo, ante cierta satisfacción en Washington por el interés de los centroamericanos en coordinar esfuerzos, aunque demanden mayor responsabilidad compartida, pero diferenciada, por parte de Estados Unidos.

Brownfield fue claro en la entrevista dada a la cadena radial América Multimedios, en el sentido que no puede expandir la ayuda, pero sí optimizar los recursos en búsqueda de una solución que aseveró tardará un par de años.

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