Indicó que en la Penitenciaría Nacional “Marco Aurelio Soto”,ubicada en Támara, “hay hombres que están durmiendo en los pasillos, hombres que están durmiendo sentados”, por lo que “hay una tendencia de cerrar la cárcel de Támara porque ya no caben”.
El funcionario relacionó que cuando el centro penal de Comayagua, fue cerrado debido a un fatal incendio que dejó centenares de muertos, los privados de libertad que sobrevivieron fueron enviados a Danlí, Marcala y a la Penitenciaría Nacional.
En ese sentido, indicó que cuando le corresponde enviar a los privados de libertad a Comayagua, se le dificulta enviar reos a las audiencias en Tegucigalpa.
Flores recordó que cuando recibió el cargo en julio del año anterior, habían recluidos alrededor de 12 mil 500 reos, pero a la fecha esa cifra está llegando a los 13 mil 700 privados de libertad en los diferentes centros penales de Honduras. Calificó el aumento de privados de libertad en los últimos días como “enorme”.
El sistema penitenciario hondureño está compuesto por 24 cárceles y una población mayor a los 13 mil internos, lo que genera condiciones de hacinamiento.
Además, esos recintos son considerados escuelas del crimen, desde donde se ordenan asesinatos, asaltos, extorsiones y otro tipo de ilícitos.