Es una mexicana a quien atribuyen ser la lideresa de una potente y temida banda de sicarios que se ramifica del cartel de Sinaloa en México, según atribuyen medios locales aztecas e internacionales que han dedicado importantes despliegues a esta mujer y su puesta en la escena del crimen.
Se le atribuye, por ejemplo, ser la sucesora de su presunto novio “El chino ántrax” cuyo nombre de pila es José Rodrigo Aréchiga Gamboa y quien fue capturado en Holanda, a inicios de este año. El “chino ántrax” permanece en ese país europeo a la espera de una potencial extradición.
Las publicaciones periodísticas destacan los excesos de Claudia Ochoa Félix en el mundo del crimen y sus excentricidades y lujos. Le achacan vivir en medio de la violencia y señalan que en ese entorno se desenvuelve como pez en el agua.
Proceso Digital pudo detectar su gran actividad en las redes sociales en las que exhibe sus lujos, da muestras de opulencia y de una vida de armas y excesos.
También medios de prensa dicen que esta mujer ha sobrevivido a atentados, vinculados con su presunta actividad en el bajo mundo.
Como la llamada “emperatriz de los ántrax” otras mujeres figuran en los carteles de la droga en Latinoamérica, algunas han sido llevadas a la literatura como la llamada “Reina del Sur”, cuya vida originó una novela de Arturo Pérez Reverte.
Pese a ello, la presencia de mujeres en el narco sigue siendo escasa si se compara con el empoderamiento casi absoluto de los hombres que han hecho del crimen multinacional una industria que amenaza la seguridad y hunde en el crimen al continente.
En Honduras el involucramiento de mujeres en el crimen ha cobrado un acento en los últimos años, ejemplo de ello es la aparición de mujeres sicarias, involucradas en asesinatos deleznables.