Tegucigalpa – Un brote de tuberculosis se ha extendido por varios centros de detención del sistema penitenciario, lo que ha provocado alarmas en las autoridades carcelarias, así como en los epidemiólogos, ya que la misma es de fácil transmisión y ante ello las autoridades ejercen medidas de control.
– Expertos consideran que antes de la reforma en las cárceles, la tuberculosis afectaba a la población penitenciaria pero los brotes no eran detectados porque el sistema de salud al interior de los recintos carcelarios no funcionaba.
Se han registrado de parte de las autoridades penales 135 casos de enfermos que están contagiados de tuberculosis, de los cuales casi la mitad se concentran en las cárceles de máxima seguridad de Ilama y Morocelí, conocidos popularmente como el “Pozo” y el Pozo II” respectivamente.
“Actualmente registramos 135 casos a nivel nacional, de las cuales contamos con 42 privados de libertad con tuberculosis en la cárcel de máxima seguridad en Ilama, 15 en Morocelí”, confirmó el subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), German McNeil.
Personeros del Conadeh visitan frecuentemente a los reos en las cárceles.Tanto las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario como las de Salud Pública han señalado que los privados de libertad se encuentran bajo control médico y que están tratando de implementar medidas para evitar la expansión de la enfermedad, por ello implementan medidas de prevención y curativas.
“Iniciamos con el procedimiento del aislamiento de la persona, luego una dieta balanceada por un nutricionista y proporcionarles el medicamento”, agregó el funcionario.
El 6 de marzo del 2018, el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes (Conaprev), denunció un brote de tuberculosis en decenas de reos en la cárcel de máxima seguridad El Pozo.
El subdirector del INP, German McNeil.McNeil afirmó que en el centro penitenciario El Pozo hubo una reducción de 30 casos de reclusos con tuberculosis.
Desde que Conaprev denunció decenas de convictos contagiados, la Secretaría de Salud ha estado en monitoreo y seguimiento permanente de los casos para reducirlos, externó.
Los primeros casos que se registraron en presos con tuberculosis ocurrieron en las cárceles de máxima seguridad de Ilama y Morocelí fue el 13 de septiembre del 2017 según el titular de Conaprev, Orle Solís.
Debido al brote de tuberculosis en los encarcelados se han tenido que suspender juicios orales y públicos, impidiendo que se siga con el proceso judicial.
Las autoridades de la Secretaría de Salud reportaron que en 2018 se detectaron 241 casos de tuberculosis, lo que equivaldría que más del 50% de personas contagiadas son privados de libertad.
Por su parte, la epidemióloga Roxana Araujo, indicó que la tuberculosis por ser una enfermedad pulmonar se transmite con mayor facilidad que otras enfermedades.
La doctora Roxana Araujo.“Cuando hay un espacio cerrado, más las condiciones de hacinamiento en la que conviven más de seis personas en un mismo espacio, la transmisión es mucho más rápida, ya que es un contacto de persona a persona”, explicó la doctora.
La extitular de Salud recomendó que las autoridades de la Secretaría deban de asegurarse que los privados de libertad enfermos reciban su tratamiento completo de seis meses.
Araujo reconoció que antes era difícil tener acceso para diagnosticar a los presos que estaban contagiados con tuberculosis, pero que en los últimos años el manejo ha cambiado ya que las clínicas que existen en los centros penitenciarios son funcionales.
“Era más difícil tener acceso a los privados de libertad para poder diagnosticarles de manera pronta pero ahora con las clínicas que hay en los centros penitenciarios y con los laboratorios de las regiones se hace más fácil hacer diagnósticos”, destacó.
McNeil reiteró que el INP está haciendo las cosas bien, que le da importancia al tema, da el tratamiento adecuado a los reclusos de acuerdo con las recomendaciones que les da la Secretaría de Salud siendo, según él, la prueba la reducción de privados de libertad con tuberculosis.
Se han registrado de parte de las autoridades penales 135 casos de enfermos que están contagiados de tuberculosis.La población penitenciaria de Honduras está compuesta por un poco más de 19 mil reos, de acuerdo con datos oficiales.
La tuberculosis es una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones. Es curable y prevenible.
La Secretaría de Salud ha estado en monitoreo y seguimiento permanente de los casos de tuberculosis, aunque los familiares de los privados de libertad denuncian lo contrario.La enfermedad se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta enero del 2018, la tuberculosis es una de las 10 principales causas de muerte en el mundo.