La Banda Sinfónica Nacional de Ciegos de Argentina “memoriza” a Gershwin y John Williams

Buenos Aires – El silencio habitual que precede a la música sólo se quiebra por el sonido de la batuta del maestro Darío Domínguez Xodo, que golpea con elegancia su atril para marcar el ritmo a los músicos de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos ‘Pascual Grisolía’ de Argentina, una de las más veteranas del mundo.

Los ensayos de la banda -conformada por músicos parcial o totalmente ciegos, pero también por intérpretes sin ninguna discapacidad visual- son muy distintos a los que suelen afrontar este tipo de conjuntos musicales.

”Trabajamos el repertorio con mucha anticipación”, explica a EFE el maestro Domínguez Xodo.

”Se trabaja con toda la música de memoria. Organizamos un ciclo de ensayos en el cual vamos pautando los fragmentos que se memorizan para cada ensayo y vamos sumando”, relata el director, que afronta este mes de junio su segundo trabajo con la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos.

La ‘Pascual Grisolía’ ofrece en Buenos Aires un repertorio variado, con piezas de conocidos compositores contemporáneos como los estadounidenses George Gershwin y John Williams, o el español Ferrer Ferrán.

«En el trabajo cotidiano trabajamos con referencias sonoras. Establecemos un pulso para empezar la música o para marcar determinados puntos (de las piezas)”, expone el maestro, que reconoce las particularidades de su trabajo con esta orquesta.

Algunos de sus miembros, como el flautista Hernán Ascón, llevan más de dos décadas integrando las filas de la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos, que actuó por primera vez hace 76 años y ha recibido a lo largo de su trayectoria el reconocimiento de instituciones argentinas e internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

«Uno tiene que venir con las obras memorizadas para poder ensamblarlas cuando estamos todos juntos”, cuenta a EFE Ascón, solista de flauta travesera en la banda desde 2001.

El músico habla con pasión sobre su instrumento, y destaca cómo su conocimiento de la flauta llegó antes a través de su característico sonido que por su aspecto.

«Desde muy chico escuchaba el sonido y me atrapó (…) No sabía ni cómo era el instrumento”, detalla.

Durante los ensayos de la ‘Pascual Grisolía’, los músicos cuentan con el apoyo de partituras impresas en sistema braille, pero a la hora de la música, la memorización de las obras completas es imprescindible.

Para Ascón y el resto de los flautistas, clarinetistas, saxofonistas o percusionistas de la banda, a las dificultades técnicas propias de la interpretación musical se le añade la dificultad memorística.

«La música está en la cabeza de todos y muchísimos músicos -no en organismos sinfónicos, pero si en otros géneros- tocan todo de memoria”, considera Ascón.

Según el músico, memorizar una pieza orquestal es muy diferente al proceso de, por ejemplo, memorizar un poema.

En el caso musical, el centro está en «dejarse llevar» y en «fluir», de acuerdo con el intérprete.

Para ello, la ‘Pascual Grisolía’ también lleva a cabo labores de formación con los jóvenes que se quieran acercar a su sistema.

La Dirección Nacional de Elencos Estables de la Secretaría de Cultura del Gobierno de Argentina, encargada de la gestión del conjunto, coordina un Espacio de Formación de Aspirantes en el que llevan a cabo tutorías, acompañamiento y asesoramiento a personas ciegas para explorar su desarrollo musical y profesional. EFE

(vc)

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