Tegucigalpa – Las extradiciones de hondureños hacia Estados Unidos, que comenzaron en mayo de 2014 y que ya suman 13, parecen ser una caja de Pandora.
– Por un lado, se prevé nuevas extradiciones, por otro que la Fiscalía hondureña entable acciones penales en Honduras.
La incertidumbre sobre el curso de las mismas se matiza por los acontecimientos que rondan las investigaciones locales e internacionales que desnudan la colusión de criminales con personajes de la vida pública, en una variopinta composición partidaria. Igualmente, empresarios, policías, militares y actores sociales configuran el entorno negro en el que discurre el tráfico de drogas, lavado de dinero, corrupción entre otros delitos.
Cerrada la primera oleada de expatriados hondureños, especialmente por delitos de narcotráfico y criminalidad transnacional, se viene otra, son capos que enfrentan la justicia norteamericana y que fueron detenidos en otras naciones, pero con cargos similares.
Este fin de semana se confirmó la expatriación desde Costa Rica del capo hondureño Arthur Sewinsen Pinnace Collins (45), segundo capo que saldría de ese país forzosamente hacia Estados Unidos, es socio del primer extraditado hondureño a EEUU, Carlos Arnaldo “El Negro” Lobo.
Antes de Arthur Sewinsen Pinnace Collins corrió la misma suerte desde Costa Rica, Wilter Blanco, jefe del cartel de Atlántico de Honduras que era uno de los más buscados de la región.
El mes pasado -marzo-, en Guatemala, se logró la captura de otros dos personajes del narcotráfico. Se trata de los hondureños Víctor Hugo Díaz Morales y/o Víctor Manuel Villegas Castillo, alias “El Rojo”, y Willian Reynieri Medina Escobar, ambos ligados al cartel de Los Valle.
Tanto “El Rojo” como Medina Escobar tienen pedido de extradición por parte de EEUU, por lo que estarían siendo entregados a este país en los próximos días.
Otros pendientes
La oleada de extraditables también enmarca a los anunciados en octubre del año anterior, al menos cuatro hondureños más, solicitados en extradición por el gobierno de Estados Unidos, siempre relacionados al presunto delito de narcotráfico, informó una fuente oficial.
Los pedidos en extradición, ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, son: Marco Antonio Merren Fúnez, Luis Alfredo Escalante Landaverde, Mario Rolando Medina y William Reynieri Medina Escobar.
Además, se ha conocido que Estados Unidos investiga a ocho ciudadanos hondureños por presuntos vínculos con el narcotráfico y la corrupción. Dos de éstos son capitanes activos de la Fuerzas Armadas.
Esas solicitudes de expatriación de nacionales se suman a ocho más que fueron conocidas el pasado 21 de septiembre.
En esa oportunidad se informó que fueron solicitadas las órdenes de captura contra: Erlinda Ramos Bobadilla, alias “Chinda”; Alejandro Montes Bobadilla, alias “Pimpi”; Juan Carlos Montes Bobadilla, alias “Mono”; Noé Montes Bobadilla, alias “Ton”; José del Tránsito García, alias “Pipo”; y Arnulfo Fagot Máximo, alias “El Tío”, todos éstos de un clan familiar. Además de Rafael Eduardo Cáceres Soto y José Mauricio Castillo Zanabria.
Ligues con los narco sobrinos
También está pendiente, desde julio del presente año, el pedido de extradición del hondureño Roberto de Jesús Soto García, quien es señalado de colaborar, para traficar drogas, con los sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Este imputado enfrenta un proceso en el país por portación ilegal de armas, por lo que deberá agotarse este proceso judicial interno.
Un mapa que se extiende
En el mapa del combate a los carteles, que se sustenta parcialmente en las extradiciones, también existen las invisibles líneas de los expatriables que aún no se anuncian oficialmente pero que potencialmente podrían cerrar la oleada de traslados a los Estados Unidos.
Así se deriva del testimonio ofrecido en una corte de Nueva York por “Don Leo” como se conoce en el mundo del hampa a Devis Leonel Rivera Maradiaga, ex líder del cartel de los cachiros y quien ha involucrado a muchos personales públicos y privados en su red operativa y de protección.
Devis Leonel Rivera Maradiaga, junto a su hermano Javier, con los mismos apellidos, se entregaron a la justicia estadounidense con la que colaboraban desde 2013 a fin de acogerse a un sistema de protección para ellos y sus familias.
De esas declaraciones y testimonios, la relevancia que los mismas puedan adquirir para los órganos fiscales y de justicia en los Estados Unidos, dependerán más e inusitados pedios de extradición de personajes que en su actuar delincuencial hayan afectado a esa potencia del norte del continente.
Prevén amplia actividad de la justicia
Frente a todos estos acotamientos el Ministerio Público y la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad (MACCIH), han anunciado una amplio accionar para poner un alto a la impunidad y alcanzar con la justicia a todos los actores de la cadena del delito.
El trabajo de estos órganos podría derivar juicios locales para los presuntos involucrados.
Pero, basado en el entramado anteriormente expuesto, Proceso Digital consultó la opinión del exjuez y litigante de los tribunales, Félix Ávila, quien auguró que este año será de mucha actividad tanto de las autoridades de Estados Unidos como de las hondureñas.
“Es posible que, dadas las circunstancias por las declaraciones en esos tribunales, el gobierno de Estados Unidos pueda pedir en extradición a algunas personas mencionadas, en otras instancias el Ministerio Público puede proceder a realizar investigaciones”, desglosó Ávila.
Agregó que “era de esperarse que estas personas tenían información y con el hecho de entregarse voluntariamente era porque tenían que compartirla y esperan recibir beneficio procesal”.
El exjuez aseguró que en el presente año habrá mucha actividad en los tribunales de justicia. “Se cree que habrá muchos requerimientos fiscales y solicitudes de extradiciones, será un año de mucho agite”, declaró.
Saldrán nuevos actores
De su lado, la criminóloga hondureña, Arabesca Sánchez, prevé un año con muchas extradiciones y de investigaciones en Honduras por el tema de narcotráfico. Considera que saldrán a la luz más nombres que tienen vínculo con estas redes criminales.
“Hemos visto un proceso natural de depuración en la clase política hondureña, porque está saliendo a la luz mucha gente que está haciendo gobierno. Es extraño que no haya salido los nombres de los que han estado lavando dinero, ellos montan empresas y por fuerza tienen que empezar a salir sus nombres o de testaferros”, analizó Sánchez.
Enfatizó que “hasta el momento hemos visto nombres de narcos, políticos y narcopolicías pero hacen falta los de los lavadores y van a salir porque son parte de la cadena del crimen organizado, del narcotráfico y lavado de activos”.
La criminóloga además cree que en el país habrá muchas líneas de investigación en temas de corrupción por el vínculo de los narcos y políticos. Aquí el MP tendrá mucho por hacer, apostilló.
“Ya empezaron a salir redes de corrupción entre políticos y narcotraficantes, eso genera corrupción con contratos del Estado, así que no solo veremos pedidos de extradición, también investigación de corrupción por parte de la MACCIH y el Ministerio Público”, cerró.
Lo fuerte no ha iniciado
Finalmente, el analista político, Raúl Pineda Alvarado, consideró que con lo que han revelado los capos de la droga en New York y que han implicado a personas de la política en Honduras, representan que lo fuerte de los involucramientos aún no ha iniciado.
“Los juicios contra los detenidos de la familia Rivera Maradiaga y los que habrá de la familia Valle, que todavía no han empezado, nos hace presagiar que habrá otras declaraciones que van a involucrar a personas del mundo político y de la Policía y Fuerzas Armadas”, dijo Pineda.
Agregó que “en términos concretos, esto no ha empezado y esperamos que a mediados del año se den testimonios claros y precisos donde habrá elementos para extraditar a hondureños involucrados en el crimen organizado”.
Para Pineda siempre ha existido una relación entre los políticos y la narcoactividad, pero ésta ha sido un secreto que ahora si tiene impacto en la sociedad.
“Honduras está afrontando escenarios complicados porque esto afectará todo el proceso electoral hondureño”, cerró.
De tal suerte que los hondureños tienen frente a sí, la siguiente ola de extraditables, cuyos nombres podrían estar por escapar de una especie de caja, que al igual que la de Pandora, permita que se escapen los males, pero que en su asiento se guarde la esperanza.