Tegucigalpa – El ganado que maneja la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI) y que es el resultado de confiscaciones a organizaciones ilícitas es aprovechado por pequeños y medianos productores que buscan sacar la mayor rentabilidad a esta actividad ganadera, un sector deprimido en los últimos años en Honduras.
– Este modelo podría ser la génesis para potenciar la producción del hato ganadero del país, siempre y cuando se modifiquen algunos conceptos ganaderos.
– En las últimas horas trascendió por organizaciones campesinas que un lote de ganado donado por Nueva Zelanda “desapareció misteriosamente”.
En los últimos meses y como parte de una política de Estado frente a las actividades de las organizaciones criminales, afloran los aseguramientos de propiedades, dinero en efectivo, cabezas de ganado y otros animales que han pasado a la administración de la OABI, una entidad adscrita al Poder Ejecutivo que se ha convertido en una valiosa fuente de fondos para la prevención del delito.
Datos proporcionados por la OABI dan cuenta que actualmente administran 415 cabezas de ganado en el caso de la familia Valle Valle; 277 cabezas de ganado, 210 gallos, un pony y ocho guaras del caso Arnaldo Urbina Soto; así como 513 cabezas de ganado y 29 caballos del caso Ramón Mata, sin embargo éstos últimos han sido traspasados a una empresa foránea para que las dirijan mientras exista sentencia judicial.
Producto de esta constante de incautaciones nace el proyecto “Escuelas de Campo”, un convenio entre la Universidad Nacional de Agricultura (UNA) y la OABI, con el objetivo de fortalecer las capacidades locales y productivas de los obreros ubicados en las comunidades de Aguaquire, Los Mangos, Las Marías en Dulce Nombre de Culmí y en Patuca, Olancho.
A mediados de este mes, las agencias de seguridad del Estado incautaron mil 200 cabezas de ganado que pasaban por la ciudad capital sin la documentación que acreditara a sus verdaderos dueños.
Fue así como a la velocidad del rayo este millar de reses fueron entregados “en calidad de administración” a pequeños productores de Olancho bajo el proyecto “Escuelas de Campo” que coordina el ingeniero agrónomo Kenny Nájera.
Toretes y vaquillas de engorde fueron adjudicados a estos pequeños ganaderos olanchanos.
Bondades del proyecto
El ingeniero Kenny Nájera, dijo a Proceso Digital que poseen 35 Escuelas de Campo que albergan a mil productores en los departamentos de Lempira, Ocotepeque, Copán y Olancho.
La iniciativa de los actores surge debido a que Honduras es un importante productor de leche y carne. En el departamento de Olancho la ganadería tiene una gran importancia, siendo este rubro el principal generador de ingresos, ya sea por la venta de los productos o como fuente de empleo de manera directa e indirecta.
La ganadería se caracteriza por indicadores bio-económicos muy por debajo de los parámetros ideales de una ganadería rentable y sostenible, estos indicadores son el resultado de la poca adopción de tecnologías en los diferentes aspectos que conforman un sistema de producción.
La UNA realiza asistencia técnica de manera permanente y puntual en cada una de las fincas ganaderas beneficiarias del proyecto, con el propósito de realizar un manejo adecuado y eficiente en los toretes y vaquillas de engorde. Para ello enfatizan en las actividades de manejo como nutrición y alimentación, plan sanitario preventivo y un plan desparasitación.
Génesis para aumentar hato ganadero
“Alimentar toda esta cantidad de ganado es complejo, sobretodo en época de verano en la que se avizora escasez de alimentos. Tomando en cuenta que la producción ganadera en Honduras ha decrecido, este es un importante programa que puede ser la génesis de algo que puede ser significativo en el futuro”, dijo Nájera.
El hato ganadero en Honduras ha decrecido estrepitosamente en los últimos años. Después de estar en tres millones de cabezas de ganado, ahora se habla que el universo es de 1.1 millones.
Nájera explicó que identificaron pequeños productores en las Escuelas de Campo para proceder a asignar las cabezas de ganado, lo que ha permitido que la OABI se ahorre recursos sobre el mantenimiento de este hato ganadero.
Los animales proceden a ser marcados y se les asigna un valor monetario. Luego en el proceso de mantenimiento y la generación de recursos procede a repartirse el 50 a la Universidad Nacional de Agricultura y el otro 50 por ciento le corresponde al productor, quedando únicamente el precio de la res a nombre de la OABI.
“Bajo este modelo ganamos tres sectores: La OABI porque no tiene que estar gastando dinero en sostener a los animales; La UNA gana recursos económicos y nuestros estudiantes conocen ‘in situ’ un modelo aplicable para desarrollar la ganadería; y gana el productor especialmente en estos momentos que el sector está deprimido. Muchas veces ellos tienen el dinero, pero no disponen del ganado porque se han encarecido”, indicó el ingeniero.
En caso que un animal de estos muera, entre la UNA y los productores deben pagar a la OABI el valor que se le dio desde un principio.
“Queremos demostrarle al gobierno y la banca que existen en el país productores honestos que no quieren que les digan si no me da de garantía su casa en el área urbana no le puedo dar un préstamo para emprender sus proyectos ganaderos”, criticó.
Nájera lamentó que los recursos anunciados por el gobierno para los productores del campo, únicamente están disponibles para los grandes ganaderos; “Es mentira que están disponibles para todos, sólo los grandes (ganaderos) pueden acceder a estos recursos”, denunció.
Alabó la gestión del director de la OABI, Francisco Zavala, en la administración de los bienes incautados, especialmente el ganado. “Antes cuando se confiscaban estos animales iban directamente a los presidios o batallones y nadie daba cuenta sobre su destino”, apuntó.
Capacidad para administrar más ganado
El encargado de las Escuelas de Campo mencionó que luego del último decomiso de mil 208 cabezas de ganado, apenas 28 productores fueron beneficiados en la repartición (1 mil 108) para su administración.
Agregó que en total hay mil productores que esperan que este proyecto los beneficie. “Se me han resentido algunos… en primera instancia escogimos a la gente con mayores capacidades porque no queremos generar dudas.
Algo terrible que sucede en nuestro país es que cuando ponemos las cosas bajo la administración estatal, la “vox populi” es: eso se perdió, se lo robaron o fue mal manejado… queremos cambiar esa mística y demostrar que los recursos del Estado pueden ser adecuadamente manejados”.
El ingeniero agrónomo refirió que en caso de otras incautaciones que ha hecho el Estado y que tienen que ver con animales también pueden ser turnados a esa Universidad del oriente del país, ya que cuentan con buenos veterinarios especializados en rescate.
Sueñan con un proyecto de reses hembras
El entrevistado expresó que a futuro sueñan con un proyecto de ganado de hembras para poder multiplicar el hato ganadero.
“Imagínese con mil hembras, en 18 meses podríamos reproducir esta cantidad en un 100 por ciento. También generaríamos leche y otro tipo de alimentos”, ejemplificó.
Dijo que han sostenido pláticas con la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) para que los fondos anunciados por el gobierno para impulsar a los pequeños productores, de verdad lleguen a este sector deprimido de la economía nacional.
Mencionó que el 82 por ciento de la producción ganadera del país es impulsada por pequeños productores, es decir los que poseen menos de 50 hectáreas y que viven en el área rural, por lo que no entiende porque la banca pide hipotecas de casas en la zona urbana.
“Este dinero no está llegando a los pequeños productores que son los que sostienen el aparato productivo. Tenemos que montar un programa de repoblación bovina”, indicó.
No politizar los proyectos Nájera pidió no politizar este tipo de programas e insistió en llegar a la gente que verdaderamente lo necesita que son los pequeños productores. Consultado sobre la petición del diputado Rafael Alegría para que las cabezas de ganado y haciendas incautadas a organizaciones ilícitas, sean aprovechadas “para fines de reforma agraria”, el ingeniero Nájera calificó esa solicitud como “populismo vivo” que no tiene el ingrediente de justicia social. “Lo regalado no se cuida, no se maneja adecuadamente y finalmente se pierde”, dijo al tiempo que citó: “Díganme dónde están los 100 tractores que donó Venezuela, qué impacto tuvieron en el desarrollo agrícola del país. Creo en acciones de justicia social y a mí me gustaría que el diputado Alegría legislara para establecer un plan de capacitación a nivel nacional para el sector reformado”, propuso. Puntualizó que “es necesario incentivar a los productores, no regalar, eso es un pecado. Hay que ponerle la materia prima a este sector, pero con el compromiso de pagar, además hay que capacitar a estos grupos en el tema productivo, bio-diversificación y comercial”. Mientras grupos campesinos pidieron investigar el paradero de un lote de ganado donado por Nueva Zelanda y del cual no se tiene conocimiento de su paradero. Los campesinos reclaman que de conocerse donde se encuentra el ganado que sea entregado a grupos pequeños de trabajadores del campo. |