Tegucigalpa – El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha dicho que el diálogo debe posibilitar entendimiento entre los hondureños quienes deben entenderse y resolver los pendientes. Las posibilidades de sustentar la democracia están en manos de los hondureños, subrayó.
– Biehl del Río: Es importante no confundir el diálogo con la imposición
– El secretario Almagro abandonó Honduras el domingo.
-El dialogo comenzará una vez que la mayoría de los sectores quieran sentarse a conversar y que tengamos la ruta de temas prioritarios: Biehl del Río.
Sus declaraciones coinciden con las del enviado especial del organismo continental a Tegucigalpa, John Biehl del Río, quien moderará el gran Diálogo Nacional donde, a iniciativa del gobierno hondureño, todos los sectores sociales están convocados para conversar sobre temas nacionales, especialmente sobre los mecanismos para ponerle un alto a la corrupción e impunidad.
Almagro es del criterio que existe buena fe entre los diferentes sectores hondureños y para ello dijo que la OEA facilitará el entendimiento.
Coincidió con el facilitador del Diálogo Nacional propuesto por ese ente continental, John Biehl del Río, que este proceso debe ser entre hondureños para fortalecer el sistema político, la lucha contra la impunidad y la corrupción en este país centroamericano.
Almagro y Biehl llegaron la noche del viernes a la capital de Honduras y a primeras horas del sábado se reunieron con el presidente Juan Orlando Hernández y representantes de organizaciones de sociedad civil.
Asimismo, de forma inmediata comenzaron a tener acercamientos con dirigencia del grupo de los Indignados, partidos políticos y representantes de organizaciones indígenas.
Para el secretario Almagro, este proceso debe construirse entre todos los sectores, debe ser un acuerdo en el que todos deben encontrarse y dar sustentabilidad al proceso en el cual, a su juicio, surgirán temas vinculantes.
Igualmente, Proceso Digital conversó con el facilitador del diálogo, John Biehl del Río, quien aclaró que este proceso sólo comenzará cuando exista la certeza que la gran mayoría de la gente se va a sentar a conversar y que haya una ruta prioritaria.
“Es generoso, nuestro secretario general (Luis Almagro) inmediatamente dijo que sí podíamos participar y que podíamos ayudar el esfuerzo hondureño porque era en favor de la democracia. Nos sentimos honrados que nos permitan ser parte de un proceso que está en el alma de los hondureños. Estamos contentos, siguiendo el mandato del Presidente y del Secretario general”, expresó el diplomático chileno.
El diálogo entre Proceso Digital y Biehl del Río se desarrolló así:
Proceso Digital: Después de reunirse con el grupo llamado los Indignados, ¿considera que el trabajo de facilitador será complejo o cómo lo prevé?
John Biehl del Río (JBR): El trabajo político siempre es incierto, nunca es fácil porque requiere creatividad de todos los actores, se requiere no confundir jamás el diálogo con la imposición.
El diálogo significa que se van alcanzando posiciones, se van acomodando, se van encontrando los caminos y eso requiere que la gente tenga imaginación y alerta frente a los problemas, cuando se confunde con imposición y polarización es un camino que conduce al fracaso, nosotros esperamos que eso no suceda.
PD: Hay sectores que condicionan reunirse únicamente con la ONU ¿La OEA se siente discriminada en ese sentido?
JBR: No, en absoluto. Yo trabajé en la zona del Aguán con un programa de Naciones Unidas y Banco Mundial y yo fui director, eso me permitió conocer a Honduras muy bien.
Naciones Unidas entiende que ellos son una organización mundial y la OEA es una de las instituciones regionales más importantes, entonces en el protocolo que existe siempre hay preferencias… La organización regional siempre está en el contexto de Naciones Unidas y ellos ayudan. Las últimas noticias que tengo es que ellos van a mandar gente para que se integren (al diálogo), van a mandar algunos expertos y eso es bienvenido y a nosotros nos gustará mucho trabajar con ellos.
PD: ¿Para cuándo se esperan que inicien las reuniones entre sectores?
JBR: Yo diría que cuando estemos seguros de dos cosas: de que la gran mayoría de la gente se va a sentar al diálogo y de que tengamos una ruta de las cosas prioritarias. Qué es lo que vamos a hacer primero, qué es lo que se debe hacer después y entender que cuando hay una crisis no se trata de cambiarlo todo, hay que transformar la crisis en un consenso que es la forma que se crece en democracia a través del diálogo.
Pareciera que cada crisis debe arreglar todos los problemas, tiene que haber una nueva Constitución, tiene que haber todo nuevo… eso no puede ser, un país puede avanzar de crisis en crisis, de diálogo en diálogo para hacer las instituciones más responsables.
PD: ¿Realmente se podrá salir a través de estos encuentros con una estrategia de combate y la corrupción?
JBR: Creo que sí. El diálogo va a ser por Honduras y si es así es evidente que con los grados y hechos de corrupción que distintos actores nos han contado en sus entrevistas, hay un consenso muy grande que hay que buscar una forma de que esa impunidad termine e incluso algunas cosas que están sin castigar sean castigadas lo antes posible porque es el único modo de ganar credibilidad.
Todavía existe esa credibilidad entre el gobierno y la gente, que se puede ampliar o se puede achicar, pero creo que puede haber buenos resultados tomando medidas prontas y durante el diálogo. No es necesario esperar el término del diálogo para que se comiencen a aplicar otras medidas que ya han sido concordadas.
PD: A pesar de que el gobierno ha convocado a un diálogo abierto y sin condiciones, algunos sectores de la oposición ponen condiciones para participar en el diálogo. ¿Qué opinión le merece esto?
JBR: A nosotros no nos han puesto condiciones, las hemos hablado con mucha franqueza y hemos tenido respuestas muy agradables frente a casos en que nos decían que tal partido político no iba a participar y no ha sido así. De hecho después de conversaciones muy francas, nos dijeron cuáles eran las intenciones, las diferencias y las garantías.
En general, quedamos muy contentos y cansados, pero muy positivamente.
PD: ¿Siente que hay apertura de todos los hondureños al diálogo?
JBR: Hay ganas de solucionar el problema sin que se aumente la polarización de la cual aún hay resabios en el país.
PD: ¿Como facilitador, cuál es el llamado que hace a todos los sectores?
JBR: La herramienta que tiene la democracia, nos guste o no, la encontramos lenta o no lenta, va a ser siempre el diálogo. Todas las personas que han pensado que un país puede progresar más es teniendo una dictadura, haciendo las cosas, ¿por qué se demoran tanto cuando pasa por aquí o pasa por allá? Han terminado en el peor de los fracasos y en violaciones de derechos humanos.
Mientras la democracia se amplíe y más hondureños participen será mejor. Se ve un país que quiere ser parte del futuro y no seguir metido en el pasado como ha sido tradicional en América Latina de que nos quedemos amarrados en cosas del ayer. Se trata de ver cómo entramos al futuro, pero viendo cómo repartimos mejor las oportunidades.
La gente quiere tener un trabajo estable, una vivienda digna, educación para sus hijos. Esa igualdad de oportunidades ya es imposible negarla en ningún país de América Latina. No pueden seguir esas disparidades, ya no es una cosa de ideologías, hay que ser eficientes en el gobierno y participativos, así la democracia se agranda muchísimo.
PD: ¿Ven positiva la disponibilidad que ha mostrado el mandatario hondureño Juan Orlando Hernández al pedir la cooperación de organismos internacionales?
JBR: Es generoso, nuestro secretario general (Luis Almagro) inmediatamente dijo que sí podíamos participar y que podíamos ayudar el esfuerzo hondureño porque era en favor de la democracia. Nos sentimos honrados que nos permitan ser parte de un proceso que está en el alma de los hondureños. Estamos contentos, siguiendo el mandato del Presidente y del Secretario general.
Hemos visto cosas que nos han apenado mucho. Vimos a personas de dos pueblos indígenas y supimos de la persecución que habían tenido, las tierras que les habían usurpado y nuestro Secretario general se conmovió de verdad. Esta gente nos esperó estoicamente en el patio de la OEA mientras estábamos en reuniones. Nosotros los invitamos a participar en el Diálogo y les dijimos que creíamos que tenían que participar en la mesa, fue una instrucción que me dio el secretario de la OEA.