Tegucigalpa – El presidente Juan Orlando Hernández no tuvo empacho para decir que tras los últimos golpes dados al crimen organizado, una especie de lucha sórdida de poder por control de plazas y territorio se ha producido a la interno de estos carteles y grupo de transportistas, que tendrían más de alguna relación directa en los últimos hechos violentos que han sacudido el país.
Hernández dijo que sus equipos de investigación y de inteligencia asocian parte de estos hechos a esa lucha, en vista que han sido desmanteladas las principales cabecillas de importantes grupos de transportistas de droga, algunos de los cuales han sido extraditados a Estados Unidos donde les espera un juicio.
En tanto, otros como el caso del empresario José Miguel Handal Pérez, conocido como “Chepe” Handal, está a la espera de un proceso judicial en territorio hondureño por el presunto delito de transportar droga ilícita.
Handal Pérez designado por Estados Unidos como presunto líder de un cartel del narcotráfico, no obstante, no aparece en la lista de presuntos extraditables solicitado por Estados Unidos, confirmó su defensa y la gente del poder judicial.
No han corrido su misma suerte los hermanos Valle Valle, Carlos “El Negro” Lobo, Juving Alexander Peralta, Los Cachiros, así como Héctor Emilio Fernández, conocido como “Don H”, quienes se encuentran en Estados Unidos, unos extraditados y otros optaron por entregarse voluntariamente a Washington.
Disputas por plazas y territorios
Desde que el gobierno del presidente Hernández entró de lleno a la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, los grupos transportistas de droga, que algunos consideran carteles, han empezado a erosionarse en sus estructuras, tal es el caso de los hermanos Valle Valle en occidente, quienes controlaban parte de esa zona y de acuerdo a las incautaciones hechas por la autoridad sus tentáculos se afincaban también en importantes zonas del departamento de Cortés.
En tanto, el llamado cartel de Los Cachiros, cuyos principales cabecillas en las figuras de Leonel y Javier Rivera Maradiaga, se entregaron voluntariamente a los Estados Unidos, operaba en los departamentos de Colón y Atlántida con nexos que desembocaban también en Cortés.
El “Negro” Lobo también operaba en algunos de los sectores que lo hacían Los Cachiros, pero su mayor negocio como transportista estaba en alta mar, aseguran los cuerpos hondureños antidroga. Pero el búnker de Lobo se concentraba principalmente en Cortés desde donde coordinaba sus operaciones, aseguran.
Mientras “Don H” tenía su centro de acopio en Cortés, especialmente en la ciudad de San Pedro Sula, una zona que para muchos especialistas en temas del narcotráfico es considerada como una especie de “zona ejecutiva” del narco hondureño.
Cortés, un departamento asediado
Es precisamente el departamento de Cortés, el sitio en el que al parecer confluían estos grandes grupos del transporte de droga y donde los reacomodos de poder se estarían dando con mayor intensidad, al registrarse en los últimos tres meses un fuerte repunte de la inseguridad.
Gente muerta, hondureños y extranjeros, otros vinculados a maras o pandillas, así como el asesinato de féminas relacionadas directa o indirectamente con hechos asociados a la criminalidad organizada, son algunas de las muertes que han estremecido al país.
Las autoridades en su primera hipótesis asocian los hechos a un “ajuste de cuentas”, disputa de plazas o luchas por control territorial, hechos que solo podrán desvanecerse cuando concluyan las investigaciones que se presume se hacen también de los casos.
En el caso del departamento de Cortés, su envidiable ubicación geográfica por las múltiples salidas que presenta, parece hacer de esta zona un atractivo para el trasiego, almacenaje y comercialización de estupefacientes.
En diciembre de 2014, más de dos mil kilos de cocaína fueron encontrados en varios contenedores procedentes de Cartagena de Indias, Colombia, en la aduana marítima de Puerto Cortés.
La droga venía en al menos 50 paquetes que venían ocultos en varios compartimientos de un contenedor. Luego, siempre en diciembre del año pasado, otra droga supuestamente cocaína es encontrada en un contenedor con madera siempre en la aduana marítima de Puerto Cortés.
En marzo de este año, siempre en regletas de madera fueron encontrados cerca de 47 paquetes de cocaína en un contenedor en la aduana marítima de Puerto Cortés, donde pese a todos los resguardos de seguridad anunciados por sus autoridades, al parecer la criminalidad organizada logra vencer estos obstáculos.
Pero no solo cocaína oculta en regletas o compartimientos falsos han sido detectados en la aduana de Puerto Cortés, sino que también en algunos sectores del departamento de Cortés se han encontrado presuntos narco laboratorios que han sido desmantelados. También se ha seguido el vínculo de la droga hallada en estos contenedores con algunos centros de almacenamiento en bodegas de San Pedro Sula.
Todos estos movimientos y hallazgos concentran en cierta medida el foco de la inseguridad en el norte del país con bandazos en otras zonas en el litoral atlántico y en la capital hondureña.
Cae socio de los Valle
El ex titular de Seguridad, Pompeyo Bonilla, dijo recientemente que este aumento en la percepción de inseguridad era previsible ante los golpes dados al narcotráfico y “probablemente vendrán en aumento, ante la lucha de poder por plazas y control de territorios”, advirtió.
En ese reacomodo del que hablan las autoridades y los expertos en narcoactividad, trasciende la captura en Guatemala de Rubén Arita Rivera, un presunto socio del cartel hondureño de los hermanos Valle Valle, durante un operativo en su aldea natal de Chamaguas, en Esquipulas.
Rivera es asociado a la banda criminal del “Che” y está acusado de lavar un poco más de dos millones de dólares en uno de los casos que le lleva la Fiscalía. Se le asocia con conexiones con el cartel de los hermanos Valle Valle en Ocotepeque.
El cartel de los Valle Valle tenía sus conexiones con importantes grupos de transporte de droga en Guatemala y se le asociaba también con el cartel mexicano de Sinaloa. Muchos de los grupos de droga guatemaltecos asociados a los hermanos Valle Valle también están siendo objeto de importantes golpes por parte de las autoridades guatemaltecas.
Los reacomodos y luchas de poder que afirmara el presidente Hernández no solo podrían tener nido en Honduras, sino que también en algunos países del triángulo norte, cuyas autoridades han anunciado un cerco y un frente común para cerrar el paso a las operaciones de la narcoactividad.