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Cardenal Rodríguez se suma como Embajador de Marca Honduras

Tegucigalpa – La Marca Honduras ha recibido el apoyo de la máxima representación de la iglesia Católica en el país, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien se ha convertido en embajador de la iniciativa que busca promover la buena imagen del país en el exterior.

El convenio que designa al prelado hondureño como Embajador de la Marca País fue suscrito por el propio cardenal Rodríguez Maradiaga y la titular del Despacho de Comunicaciones y Estrategia del Gobierno, Hilda Hernández.

La iniciativa oficial tiene como objetivo fomentar la competitividad nacional y posicionar a Honduras a nivel nacional e internacional como destino para la inversión y el turismo.

El cardenal Rodríguez Maradiaga, quien además ejerce como arzobispo de Tegucigalpa, es un referente importante para la promoción del país por sus destacados logros en la iglesia Católica.

Además, el cardenal es reconocido por su apoyo incansable a la defensa de los derechos humanos y la condonación de la deuda externa de Honduras.

La ingeniera Hernández destacó que en la iglesia hispanoamericana es generalmente reconocida la habilidad del cardenal Rodríguez Maradiaga para conjugar modernidad y tradición, «elementos esenciales para triunfar en la vida».

Añadió que el aporte del religioso hondureño «a la difusión de la Marca Honduras a nivel nacional e internacional resultará de alto impacto» para el país.

«Este proyecto es un esfuerzo del Gobierno y la empresa privada en busca de promover el turismo, las inversiones y la producción nacional bajo una misma marca identificada con el eslogan Honduras, somos para ti», enfatizó Hernández.

Orgullo nacional

Rodríguez Maradiaga es un orgullo hondureño que nació en Tegucigalpa el 29 de diciembre de 1942 y fue nombrado cardenal en febrero de 2001 por el papa Juan Pablo II.

Cursó estudios primarios y secundarios en el Instituto Salesiano San Miguel, en Tegucigalpa. Además, estudió teología y filosofía.

Su formación integral incluye estudios de música clásica y la ejecución de instrumentos como piano, saxofón y armónica. Habla español, inglés, francés, alemán, italiano, portugués, griego y latín.

El purpurado hondureño a los diez años ya era pianista y a los catorce pilotaba avionetas. Tiene licencia de piloto de aeronaves.

A los 28 años, en junio de 1970, recibió la ordenación de sacerdote, y la episcopal en diciembre de 1978. En 1981 asumió como obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copan y en enero de 1993 fue nombrado arzobispo de Tegucigalpa.

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