Yeda (Arabia Saudí).– El regreso de Lamine Yamal tras su lesión ha reactivado el ánimo y el juego del Barcelona después del bajón en el que se vio inmerso el cuadro de Hansi Flick en noviembre y diciembre, cuando ofreció una versión endeble que le costó ceder el liderato en LaLiga al Real Madrid.
Después de más de tres semanas sin jugar, Yamal salió en el once frente al Athletic en la semifinal de la Supercopa de anoche y estuvo sobre el césped una hora, en la que metió el segundo gol y puso de relieve que a pesar de sus 17 años, encarna el alma del equipo por su calidad y liderazgo.
Una vez sustituido, el equipo azulgrana volvió a ofrecer una imagen descafeinada y el Athletic gozó de ocasiones para meter presión en el marcador, con dos tantos anulados por el VAR por fuera de juego.
Flick negó que hubiera dos ‘barças’, uno con Yamal y otro sin él, y se mostró feliz con el rendimiento en ambas fases, así como por dejar la puerta a cero por segundo partido seguido tras el de Copa contra el Barbastro.
“Hemos rendido muy bien. Ha sido una actuación bastante redonda”, fue la conclusión del técnico alemán tras la semifinal contra el Athletic en Yeda, en la que consideró justificada la sustitución de Yamal para no exponerle demasiado con vistas a la final del domingo.
A falta de lo que dé de sí la Supercopa y el apretado calendario de enero del Barcelona, las estadísticas parecen constatar una Yamal dependencia.
En noviembre, el extremo de Esplugues de Llobregat se lesionó el día 11 en el tobillo derecho y el cuadro azulgrana empezó a entrar en barrena con la derrota ante la Real Sociedad y el empate con el Celta en Vigo (2-2), al que siguió el traspié ante Las Palmas, donde el canterano entró de suplente la segunda mitad.
A su vuelta al once titular contra el Mallorca en Son Moix, el equipo dio otra cara (1-5) y volvió a cuajar una gran actuación en Sevilla frente al Betis, aunque con empate a dos.
Frente al Leganés, segundo batacazo en casa (0-1), en el que Yamal se retiró lesionado, otra vez en el tobillo derecho, en el minuto 75, y el año se cerró con un nuevo tropiezo en Montjüic ante el Atlético de Madrid (1-2) sin la perla azulgrana.
En LaLiga, con él en el campo, los culés han jugado dieciséis partidos, con doce ganados, uno empatado y tres perdidos.
En la primera derrota del curso en Pamplona (4-2) a finales de septiembre, el joven extremo salió de suplente media hora, en la que marcó un zurdazo que resultó insuficiente.
Además de enderezar el rumbo del equipo, el reto de Yamal pasa por conquistar la Supercopa, que sería su segundo título, puesto que estrenó su palmarés con la Liga de 2023, aunque solo jugó un encuentro, el 29 de abril, en su debut como azulgrana con Xavi Hernández.
“Me han faltado títulos colectivos con el Barça, que es lo que me hace ilusión”, confesó a finales de año al canal del club tras conquistar diversos galardones individuales, como la versión del Balón de Oro (Trofeo Kopa) para menores de 21 años.
Y para completar los deberes pendientes, Yamal confía en ampliar su contrato, que expira el 30 de junio de 2026, para eternizarse en la entidad blaugrana. “No sé cuándo se firmará, pero creo que pronto. El Barça es el club de mi vida”, comentó ayer en una entrevista con CNN Sports. EFE/ir
