Tegucigalpa.- Unos 7,3 millones de centroamericanos sufren subnutrición, indicó hoy el economista del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Ángel Murillo, quien llamó la atención a los Gobiernos para combatir la pobreza y fortalecer la seguridad alimentaria.
El 16 % (7,3 millones) de la población de Centroamérica «estamos subnutridos» por una ingesta insuficiente de proteínas y de otros alimentos necesarios, subrayó Murillo durante el taller «Energía y Seguridad Alimentaria: Sostenibilidad Ambiental», celebrado en la sede del BCIE en Tegucigalpa.
El experto del banco regional no precisó el porcentaje de personas que padecen subnutrición en cada país centroamericano.
La región ha avanzado en general en reducir los niveles de pobreza aunque siguen altos, pero falta que los Gobiernos inviertan más en la nutrición y en apoyar a los pequeños productores para fortalecer la seguridad alimentaria, agregó el experto del BCIE.
En opinión de Murillo, los Estados regionales tienen la obligación de intervenir para proteger a las poblaciones más necesitadas y asegurarles la alimentación.
Esta carencia de alimentos provoca que las personas tengan «afectaciones morales, sicológicas y físicas», enfatizó, tras llamar la atención a los Gobiernos centroamericanos para combatir el hambre, la pobreza y la subnutrición.
También exhortó a los países regionales a apoyar a las mujeres para que las familias tengan mejores condiciones de vida e insistió en que es necesario fortalecer la seguridad alimentaria.
«Si se relaciona con el concepto de seguridad alimentaria, el hambre es más visible, más urgente de atender», destacó.
Centroamérica requiere un marco de ley de regulación que «priorice» en las carteras de inversión pública el combate a la pobreza y el hambre, añadió Murillo.
En las últimas semanas miles de familias campesinas de la región han perdido sus cultivos y cientos de cabezas de ganado han muerto por la prolongada sequía causada por el fenómeno natural de El Niño.
En el caso particular de Honduras, la falta de lluvias ha provocado que unas 72.000 familias de once departamentos del país perdieran el 70 % de la cosecha de maíz y el 45 % de fríjol, la principal dieta alimenticia de los hondureños.
Para paliar la crisis alimentaria, el Gobierno hondureño comenzó a inicios de este mes a proporcionar alimentos a más de 114.000 familias afectadas por la sequía y prevé invertir cerca de 71 millones de dólares a un plan de reactivación del sector agrícola.
El BCIE destinó entre 2011 y 2013 unos 166 millones de dólares para diversos proyectos orientados a reducir la pobreza y fortalecer la seguridad alimentaria en la región, según cifras de ese organismo.