Tegucigalpa- Los devastadores incendios registrados en este año 2025 ya dejan cuantiosos daños a la fauna y flora de nuestro país, donde 135 incendios han sido combatidos por parte de las Fuerzas Armadas.
El último incendio registrado este mes se suscitó en el Valle de Amarateca, en el cual también se vio afectada el sector de Zambrano y parte de Monte Redondo, consumió más de 1,000 hectáreas, según informó el Capitán Cesar Zuniga.
En Francisco Morazán más de 1,300 hectáreas han sido devoradas por las llamas solo en el mes de marzo y en el año ya se registran más de 1,900 hectáreas dañadas por los imparables incendios forestales.
En Honduras, los incendios forestales representan una grave amenaza ambiental, especialmente durante la temporada seca que coincide con el verano (febrero a mayo).
Históricamente, el país pierde entre 50 mil y 65 mil hectáreas de bosque cada año debido a incendios y tala ilegal, y más del 90 % de estos siniestros son provocados por actividades humanas, como la quema de terrenos para agricultura o acciones intencionales de criminales del bosque.
En 2024, se reportaron más de 3 mil 100 incendios que afectaron unas 223 mil hectáreas, mientras que en 2023 la cifra fue similar, con 3 mil 52 incendios y más de 223 mil hectáreas dañadas.
En este tema, la impunidad sigue siendo el principal problema, con un 97 % de los casos sin judicialización efectiva, lo que agrava la situación ambiental en un país altamente susceptible al cambio climático y los desastres naturales.
Para contrarrestar este flagelo, las autoridades han lanzado campañas de prevención, combate y control de incendios forestales.
Más de cinco mil integrantes de la institución militar, realizan rondas preventivas en los departamentos de: Francisco Morazán, Choluteca, Cortés, El Paraíso, Olancho, Copán y Atlántida.
Lo anterior con el objetivo de evitar que los incendios forestales consuman la menor cantidad de hectáreas de bosque.
Las autoridades hacen un llamado a la población, principalmente aquella que realiza quemas controladas para que las mismas no se salgan de la mano y provoquen una quema descomunal del bosque. IR
