El servicio geológico neozelandés localizó el epicentro a 12 kilómetros de profundidad en el océano Pacífico y a 480 kilómetro al este de Auckland, la principal ciudad en el norte del país.
El 22 de febrero de 2011, 185 personas murieron en un seísmo de 6,3 grados de magnitud que sacudió la ciudad de Christchurch (sur) y que causó daños en 30.000 edificios.
Nueva Zelanda se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra cerca de 14.000 terremotos cada año, de los que entre 100 y 150 tienen la suficiente intensidad como para ser percibidos.