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Un diminuto pájaro viaja cada año de Canadá a Puerto Rico sin una sola parada

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San Juan – Un diminuto pájaro cantor viaja cada año de Canadá a Puerto Rico entre septiembre y noviembre sin hacer una sola parada, para completar así una de las mayores proezas migratorias de la naturaleza que acaba de ser demostrada por primera vez por un equipo de científicos.

Esta migración la hacen cada año millones de ejemplares de reinita estriada o chipe gorrinegro (blackpoll warbler), que viajan a lo largo de la costa noreste de Canadá y EEUU para recorrer hasta 2.700 kilómetros en tan sólo tres días.

Hasta ahora únicamente se sospechaba sobre la impresionante travesía desde las zonas heladas de Canadá hasta el Caribe de estos pequeños animales, también conocidos como bijiritas de cabeza negra o cigüitas de casco prieto, de tan solo unos doce centímetros de longitud, sobre las turbulentas aguas del Atlántico.

Sin embargo, esta semana se ha publicado un estudio en la revista Biology Letters que demuestra por primera vez que estos animales son capaces de realizar este largo viaje sin escalas, algo que incluso algunas grandes aerolíneas son incapaces de ofrecer.

«Hemos logrado la primera prueba irrefutable de que la reinita estriada, un pájaro cantor boreal de doce gramos de peso, completa una migración otoñal transoceánica que entraña un vuelo sin paradas de entre 2.270 y 2.770 kilómetros en tres días», resumen los responsables del estudio.

Son un grupo de científicos de Canadá y EE.UU., encabezados por Bill DeLuca, un ecologista de la Universidad de Massachusetts, que en la presentación del estudio aseguran que «se trata de uno de los más largos vuelos sobre aguas abiertas sin paradas jamás registrado para un ave cantora».

Añaden que el trabajo además «confirma la que durante más de cinco décadas se había sospechado que era una de las hazañas migratorias más extraordinarias del planeta».

Estas aves, cuyos machos se distinguen en época reproductiva por su corona negra en la cabeza y una especie de «bigote» del mismo color sobre la cabeza blanca, son muy abundantes en EE.UU., pero se calcula que cada año su población se reduce un 6 %.

Los científicos empezaron a observar más detenidamente sus patrones migratorios para tener más datos que les permitieran saber por qué baja tan rápidamente la población.

Para ello, en verano de 2013 colocaron dispositivos de GPS de tan sólo medio de gramo de peso a casi 40 ejemplares en Nueva Escocia, península al este de Canadá, y Vermont, estado del noreste de EEUU

La dificultad de hacer este seguimiento es que había que recuperar esos dispositivos después de que el animal hubiera emigrado hasta el sur y luego regresado, algo que se cree que sólo logra la mitad.

Es un periplo que resulta casi imposible de creer para un animal tan pequeño y que habita en bosques, según destacan los estudiosos en su trabajo. Los pájaros que realizan largas migraciones sobre el mar suelen ser aves marinas, de gran tamaño y resistencia, que se alimentan de peces.

Con los dispositivos recuperados los investigadores extrajeron todo tipo de datos y concluyeron que los animalillos jamás se detuvieron hasta llegar a tierras de Puerto Rico. Alguno también acabó en La Española y Turcas y Caicos. Tras dos o tres días descanso, siguieron hasta países de Sudamérica.

¿Cómo logran realizar esos larguísimos trayectos? Los científicos apuntan a su gran capacidad para acumular grasa corporal.

Antes de emprender el camino duplican su peso, hasta rondar los 30 gramos; los órganos que no son vitales reducen su tamaño; anulan partes de su cerebro que no van a utilizar, y acumulan gran cantidad de glóbulos rojos para facilitar el transporte de oxígeno a la sangre.

Básicamente, se convierten en un depósito de combustible con alas, según se desprende de un estudio en el que los investigadores se sorprenden incluso de que en un principio los pajarillos puedan llegar a emprender el vuelo.

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