Tegucigalpa. – Las amenazas del nuevo presidente estadounidense Donald Trump, quien insiste en proceder a deportaciones masivas y establecer aranceles para todo el mundo, en cuanto tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero, coloca a los países de la región ante varios dilemas: ¿Realmente podrá implementar su anunciada política exterior? ¿Cuál será el ritmo de las deportaciones? ¿Cuál será el porcentaje de los aranceles? ¿Qué hacer frente a las amenazas de Trump? ¿Conviene reaccionar hasta que Trump ocupe la presidencia?.
Aunque algunos analistas se inclinan por cuestionar la certeza y viabilidad de las amenazas aludidas, lo cierto es que la situación es grave. Así, de acuerdo con el mexicano Luis Miguel González, las amenazas de Trump: “No son palabras al viento. Una razón por la que podemos pensar que va en serio es la selección de sus colaboradores. En un artículo en el medio mexicano El Economista, de inicios de este año, Gonzáles indica que Trump “escogió halcones en temas migratorios, política exterior y asuntos comerciales, personas que representan una línea dura, en algunos casos con posiciones más radicales que las del propio Trump”.
Según el autor, “Es el caso de Tom Homan, que será el Zar de la frontera; Marco Rubio, nominado para ocupar la Secretaría de Estado, y Ronald Johnson, quien será el embajador en México. Él trabajo en la CIA y fue boina verde. Se desempeñó como embajador en El Salvador y fue clave para apuntalar a Bukele. Para la oficina de Comercio, el elegido es Jamieson Greer, quien participó en la negociación del T-MEC, como jefe de Oficina de Robert Lighthizer. Él estará a cargo de la revisión del T-MEC, que en la práctica empezará en 2025. Sabemos poco de Greer, pero en unas declaraciones al New York Times dejó claro que suscribe la visión de Trump: “Se trata de emparejar el terreno de juego, de tal manera que los [norte]americanos no tengan que competir en desventaja” (Ídem).
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), ante el anuncio del nuevo presidente estadounidense de devolver migrantes a Honduras, ha advertido lo siguiente: “Si esta medida se materializa en 2025, el impacto sobre las comunidades y las instituciones hondureñas podría ser profundo, especialmente considerando las actuales limitaciones en la generación de empleos y oportunidades que permitan absorber a estos compatriotas en retorno”. Así lo dijo en su mensaje a la Nación el 6 de enero de 2025.
En el mensaje del COHEP no se alude a la amenaza de Trump relativa a los aranceles, pero los mismos pueden dañar seriamente tanto la economía nacional como la misma economía estadounidense, porque en ambas naciones el precio de muchos productos se elevaría, deteriorando el poder adquisitivo de los consumidores y ralentizando el crecimiento y el comercio en ambas direcciones.
Según el autor del artículo mencionado, Luis Miguel González: “La imposición de aranceles representaría un golpe muy fuerte a la economía mexicana, porque dos tercios del PIB mexicano dependen del comercio con Estados Unidos. Estamos tan integrados que es imposible imaginar un escenario de divorcio, pero está claro que este matrimonio se puede convertir en algo tremendamente disfuncional. El tamaño de la afectación dependerá de los aranceles que se impongan. ¿Qué tarifa y por cuánto tiempo? Trump ha mencionado 10 y 20%, pero también ha hablado de porcentajes más altos.
Ha dicho que usaría los aranceles para presionar a México y Canadá para que detengan el envío de drogas y el paso de migrantes. También ha mencionado que son una forma de compensar a Estados Unidos por los abusos de sus socios comerciales. En teoría, la imposición de los aranceles se daría en el primer día de gobierno de Trump con una orden ejecutiva. Podrían durar en vigor unas cuantas semanas o varios meses, dependiendo del ánimo del presidente de Estados Unidos” (Ídem).
En Honduras un 35% de sus exportaciones se dirigen hacia los Estados Unidos, y de esa economía, se importa el 45% de los bienes que necesita el país para la producción y el consumo; adicionalmente, del monto global de US$ 9,627.9 millones recibidos en remesas familiares durante el 2024, casi el 90% de las mismas se originaron en esa rica nación norteña, lo cual indicaría que al igual que México, Honduras también dependemos en gran medida de las relaciones comerciales y de cooperación brindada por los norteamericanos a nuestro país.
¿Qué dice González acerca de las deportación de mexicanos? “Las deportaciones masivas impactarían en México porque hay más de 10 millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos. Ellos envían 5,000 millones de dólares mensuales de remesas, que llegan a 4.9 millones de familias. En más de un sentido, equivalen a un programa social, porque 12% de las personas adultas en México reciben remesas. Los mexicanos migrantes son fundamentales en el funcionamiento de algunos sectores de la economía de Estados Unidos: construcción, hotelería, restaurantes, cuidados personales y agricultura.
¿Cuánto caerían las remesas y qué pasaría con el mercado laboral mexicano, en caso de que regresaran miles o cientos de miles de connacionales? No será fácil instrumentar un programa de deportaciones masivas, advierten los expertos. Costaría 88,000 millones de dólares, por año, según el American Immigration Council. No hay el personal ni la infraestructura para hacerlo en el corto plazo. Si la historia reciente nos sirve como referencia, hay que tomar en cuenta que el máximo de personas expulsadas por Estados Unidos no rebasa el medio millón de personas en un año. El récord lo tiene la administración de Barack Obama” (Ídem).
Honduras tiene aproximadamente 1.5 millones de migrantes que residen en los Estados Unidos, la mayor parte de los cuales son residentes; sin embargo, también hay unos 65,000 hondureños que están acogidos al Estatus de Protección Temporal (TPS), el cual les permite vivir y trabajar legalmente en esa gran nación; a los mismos deben sumarse 263,000 hondureños que residen en Estados Unidos de forma ilegal.
¿Ante el dilema de deportaciones y aranceles, cuál sería el más dañino para Honduras? Dar una clara respuesta exigiría disponer de suficiente información, sin embargo, se puede afirmar con alguna certidumbre que durante los tres primeros meses del gobierno de Donald Trump, los hondureños experimentaremos una mayor cantidad de ciudadanos deportados, por lo cual urge diseñar programas de atención a los mismos.
Para terminar vale la pena citar la parte final del Mensaje a la Nación 2025 del COHEP: “Honduras tiene todo lo necesario para salir adelante: recursos naturales, una ubicación estratégica y, sobre todo, una población trabajadora que no se rinde ante la adversidad. El 2025 debe ser un año de unión, esfuerzo compartido y esperanza renovada. ¡Es tiempo de poner a Honduras primero y trabajar juntos para construir un país más justo, competitivo y próspero!” Resumiendo: ¡Honduras con su gente SI puede!.