Ginebra – La guerra arancelaria y los duros recortes a la ayuda internacional -dos dinámicas encabezadas por EEUU- son graves amenazas para los derechos humanos en el mundo, advirtió el alto comisionado Volker Türk en su tradicional repaso de mediados de año a la situación global de las libertades fundamentales.
En referencia a los recortes, «los que sufre mi oficina y en general el ecosistema de derechos humanos son una ayuda para dictadores y autócratas», denunció Türk en la apertura de la 59ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que será más breve que ediciones anteriores (menos de cuatro semanas, cuando la de principios de año duró cinco) precisamente para abaratar costes.
El alto comisionado austríaco señaló en este sentido que tres cuartas partes de las organizaciones asociadas a su oficina temen perder más del 40 % de su financiación por la pérdida de muchas contribuciones.
«Esto significará un descenso en la prevención, en la defensa de personas erróneamente condenadas, o menores investigaciones de abusos y violaciones, y por tanto un retroceso en la rendición de cuentas», lamentó Türk ante las delegaciones de los Estados miembros de la ONU.
Respecto a los conflictos comerciales, Türk aseguró que «golpearán a los países menos desarrollados con la fuerza de un tsunami», y citó el ejemplo de economías con un importante sector dedicado a la exportación, como Bangladés, Vietnam, Sri Lanka o Camboya.
«Aranceles más altos pueden provocar que muchas personas no puedan acceder a sanidad, educación o alimentos, así como retrocesos en igualdad de género, ya que el efecto negativo recae en las mujeres de forma desproporcionada», advirtió Türk.
En este marco de retrocesos, señaló, «populistas y autócratas están trabajando duro en supuestas ‘guerras culturales’ para distraer a la gente de los problemas reales».
Al mismo tiempo, aumentan los ataques a instituciones internacionales para la protección de los derechos, criticó Türk, poniendo como ejemplo las sanciones impuestas a la Corte Penal Internacional (CPI) por parte de países como Estados Unidos, Israel o Rusia.
Zonas críticas: Gaza, Ucrania, Sudán…
En su repaso global a las principales crisis de derechos humanos, Türk mencionó el «insoportable sufrimiento» de la población de Gaza, o la escalada del conflicto en Ucrania, mientras se estancan las negociaciones de paz con Rusia.
Por otro lado, «Sudán se hunde cada vez más en el caos y la anarquía», una situación semejante a la de Haití, donde al menos 2.680 personas han muerto y 957 han resultado heridas en lo que va de año mientras amplias zonas del país siguen controladas por bandas armadas violentas.
El alto comisionado también recordó que en Birmania (Myanmar) la Junta Militar aprovechó la confusión generada por el terremoto del pasado mes de marzo para arreciar los ataques a los civiles, mientras restringía aún más la llegada de asistencia humanitaria.
Sobre la situación en Siria tras la caída del régimen de Bachar al Asad en diciembre, el jefe de derechos humanos recomendó que se apruebe una presencia significativa de su oficina en el país para sostener el proceso de transicional, perturbado en los últimos meses por ataques a distintas comunidades del país.
En breves menciones a la situación en varios países latinoamericanos, Türk expresó su preocupación por las continuadas detenciones arbitrarias e intmidaciones a la oposición en Venezuela, o los obstáculos al ejercicio de la libertad de reunión y otros derechos en el contexto de procesos electorales en países como Honduras, Perú o Bolivia.
Türk también mencionó nuevas leyes en El Salvador que «pueden dificultar a ONG y medios independientes acceder a financiación extranjera», y expresó su preocupación por la persecución de voces disidentes en Rusia, o las restricciones al espacio cívico en regiones de China como Tíbet, Xinjiang o Hong Kong. JS