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Túnez se asoma al difícil puzzle de los pactos

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Túnez – Como si de un partido de fútbol se tratara, todos los hombres clavaban anoche sus ojos en el pequeño televisor del salón. Tras unos instantes de silencio contenido, algunos susurros comenzaron a escaparse: «somos terceros». La televisión pública acaba de emitir las primeras estimaciones de las elecciones legislativas.

Gritos y abrazos cercan a Seifeddine Makhlouf, que parece no haber encajado todavía la noticia.

Una segunda oportunidad para quien fuera candidato a las elecciones presidenciales del pasado 15 de septiembre en las que tan sólo obtuvo un 4,3%, un total de 147.000 votos.

Su coalición, Al Karama (Dignidad), creada hace apenas diez meses, toma la revancha y se hace, según los resultados preliminares, con 17 escaños.

«Quienes piensan que esto es una dispersión del voto son aquellos que están acostumbrados a un solo partido de un solo tipo y color. Ahora somos un Estado como cualquier otro. Quien no ve un mosaico parlamentario es que no ha entendido nada de la democracia», explica Makhlouf a Efe.

Con 44 años, conocido como el «abogado de los terroristas», se declara a favor de la aplicación de la sharia (ley islámica) y atrae apoyos desde los círculos más conservadores hasta la derecha más nacionalista.

«Un parlamento integrado por varios bloques es lo mejor para formar un gobierno equilibrado en sintonía con el pueblo tunecino. Es como una boda, una boda democrática, y quien diga lo contrario miente», declara tajante el letrado, que promete reencarnar los objetivos de la revolución de 2011.

Un matrimonio en el que Al Karama ya tiene pretendiente, aunque no sea oficial: el partido conservador religioso Ennahda, que habría gansdo las legislativas de este domingo con 40 escaños.

No lejos de allí, en el este de la capital, cerca de medio millar de simpatizantes se congregaron anoche frente a la sede del partido para celebrar la victoria entre cánticos y bailes.

La hasta ahora primera fuerza parlamentaria (68 diputados), que gobernaba en coalición con el partido laico Nidaa Tunes, ha ido perdiendo apoyo en cada cita electoral.

En 2011, tras su legalización, recopiló 1,5 millones de electores, en las legislativas de 2014 perdió más de medio millón , tras quedarse en 950.000, 550.000 apoyos en las municipales de 2018 y 400.000 en estas legislativas, donde la tasa de participación también ha caído más de 25 puntos respecto a 2014.

Una hemorragia que los analistas diagnostican como voto «de castigo».

Casi los mismos que el partido de nueva creación Qalb Tounes (Corazón de Túnez), creado recientemente por el populista magnate de los medios Nabil Karoui, en prisión preventiva desde el pasado 23 de agosto por un presunto delito de evasión fiscal y blanqueo de dinero

«Tenemos casi 15.000 observadores en todos los colegios electorales y los resultados que nos llegan son superiores a los de Ennahda en varias circunscripciones», explica a Efe Oussama Khelifi, jefe de campaña de la formación, a la que los sondeos colocan sin embargo en segundo lugar con 33 escaños

El ambiente en la sede refleja más preocupación que festejo, reunidos los responsables a puerta cerrada para analizar la situación y decidir los siguientes pasos ante un resultado que no esperaban.

También para preparar la segunda vuelta de las presidenciales, que se celebrará el domingo con Karoui aún en la cárcel y su hermano, que obtuvo este domingo escaño en la ciudad de Bizerta, den paradero desconocido y en busca y captura.

La solicitud de liberación ha sido desestimada hasta en cuatro ocasiones a pesar de las continuas demandas de organizaciones internacionales y de la Instancia Superior Independiente electoral (ISIE), órgano que supervisa la consulta, que reclaman su puesta en libertad en nombre de la igualdad de condiciones.

«Vamos a esperar los resultados oficiales y veremos cómo actuar», responde esquivo Khelifi.

Según la ley, todo diputado goza de inmunidad parlamentaria aunque algunos partidos independientes, que amenazan con llegar a la Asamblea, reclaman terminar con dicho privilegio.

En cuanto a las alianzas, el responsable descarta cualquier acercamiento con Ennahda, al que acusa de haber «empobrecido» al país.

«La situación en la que dejan el país no es muy positiva. No estaríamos aquí si ellos no hubieran fracasado durante estos ocho años», zanja el consejero político.

El próximo domingo, siete millones de tunecinos están llamados de nuevo a las urnas, la tercera vez en apenas un mes, para elegir esta vez al futuro presidente entrel Karoui y el independiente ultraconservador Kais Said.

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