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Trump y China mantienen el pulso comercial con los bonos de deuda de EE.UU. bajo la lupa

Washington – El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha demostrado estar dispuesto a llevar a la economía del país al límite en su intento por transformar el comercio global, pero las turbulencias en los mercados de deuda lo han obligado a revertir gran parte de sus draconianos aranceles, que se mantienen en el caso de China.

La escalada entre las dos principales economías del mundo ha persistido después de que Pekín anunciara el viernes que aumentará del 84 % al 125 % los gravámenes sobre todos los productos importados desde Estados Unidos en respuesta a las últimas tasas que ha aprobado Washington, que hacen que el porcentaje sobre bienes chinos se eleve en total al 145 %.

La medida, que entró en vigor este sábado, ha sido confirmada por el Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado chino, que condena la política comercial estadounidense por «violar gravemente las normas del comercio internacional».

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, insistió en la víspera en el mensaje que Trump lleva repitiendo en los últimos días, advirtiendo a China sobre los peligros de responder a los aranceles que la ha impuesto y mostrándose «optimista» ante la posibilidad de llegar a un acuerdo con Pekín.

En medio de las desavenencias entre los dos países se sitúa también el futuro de la plataforma de videos TikTok en EE.UU., una de las bazas con las que contaría el Gobierno chino en posibles negociaciones.

La Administración de Trump ha reconocido el enorme valor en términos de comunicación que le supone una aplicación que consumen con avidez millones de jóvenes, pero a su vez ha exigido que por motivos de «seguridad nacional» opere en suelo estadounidense desligada de su matriz (la china ByteDance), y por ende de servidores situados en el país asiático.

A la espera de que Pekín y Washington rebajen la tensión, el parqué estadounidense logró darse el viernes un respiro tras un reguero de cierres mixtos en Europa y Asia que reflejó la incertidumbre actual.

La situación de los bonos estadounidense en los mercados es aún peor y no ha virado significativamente de rumbo tras el anuncio de Trump del pasado miércoles, cuando decidió recular y desactivar la mayor parte de los aranceles que presentó el 2 abril, jornada que había bautizado como «día de la liberación».

Desde el pasado lunes, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años ha subido en torno a medio punto porcentual pese a la pausa arancelaria, su mayor ganancia semanal desde 2021, mientras que el interés que paga el título a 30 años ha alcanzado niveles que no se veían desde 2007.

La espantada preocupa justamente por tratarse de un activo que suele servir de refugio en momentos de inestabilidad económica y parece apuntar a las malas expectativas de inflación de los mercados para los próximos meses por un enquistamiento de la guerra comercial: las subidas agudas de precios devalúan lo que paga el bono.

A la espera de que se detecten señales sobre un acercamiento entre Pekín y Washington, o la confirmación de que ambas partes están ya negociando entre bambalinas, en los próximos días el foco seguirá en los títulos del Tesoro estadounidense.

También lo estará en los posibles avances de otras negociaciones arancelarias entre el Gobierno de Trump y actores de peso, como Japón, Corea del Sur o la Unión Europea, cuyo comisario de Comercio, Maros Sefcovic, visitará Washington el lunes para mantener conversaciones con sus contrapartes estadounidenses. EFE

(vc)

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