Miami, (EEUU) – El presidente norteamericano, Donald Trump, se dispone a militarizar la frontera con México, a impedir la entrada de la caravana de migrantes centroamericanos y a suspender las solicitudes de asilo.
Estas medidas, según la prensa, como ”The Washington Post”, tienen fines electorales para ayudar a los republicanos en las elecciones parciales del Congreso de 6 de noviembre.
Están dirigidas también, según el diario, a meter miedo en su electorado fiel (clase trabajadora blanca) para que vayan a votar y a tratar de convencer a los indecisos del peligro, según él, que representa la caravana de cerca de 7,000 centroamericanos, en su mayoría hondureños.
La caravana, que se ha reducido a unos 3,000, se encuentra en el sureste de México con el objetivo de llegar, caminando a pie, a McAllen (Texas), a una distancia de unos 1,600 kilómetros.
Las deserciones de la caravana se deben a la fatiga exhausta de los caminantes, a las llagas en los pies, hambre, deshidratación y a las ofertas tentadoras de las autoridades mexicanas, que les ofrecen buses gratis para regresar a sus países de origen.
Trump ha estado siguiendo la marcha de la caravana en su canal de televisión favorito “Fox News” (odia a CNN, a la que llama “canal de noticias falsas” (fake news”).
Y está furioso con Guatemala, Honduras y México por dejar pasar la caravana por sus territorios, amenazando con suspenderles la ayuda económica de Estados Unidos.
La orden ejecutiva que se dispone a firmar Trump le dará amplios poderes en la frontera, ante una “emergencia y una amenaza a la seguridad nacional”.
Eso implica autoridad para enviar 800 soldados a la frontera que se unirán a los 2,100 de la Guardia Nacional que ya están estacionados desde hace varios días, solo en funciones de apoyo a la Patrulla Fronteriza (“Border Patrol”).
La secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, dijo hoy que los soldados no van a disparar a nadie, “por ahora”.
Pero que se van a defender si hay incidentes y son agredidos, como sucedió, según ella, cuando la caravana trató de pasar por el puesto fronterizo entre Guatemala y México.
Además, Trump va a suspender las solicitudes de asilo, en caso que algunos migrantes se entreguen voluntariamente al “Border Patrol”, como suele ocurrir. Y que pidan asilo, alegando que en sus países de origen sufren persecución, maltrato o peligro.
Estas nuevas medidas, especialmente la suspensión del asilo, se espera que sean impugnadas en los tribunales por las organizaciones de los derechos humanos y civiles.
Ante esta nueva imposibilidad de entrar a Estados Unidos, como es su propósito, no se sabe qué decisión van a tomar los líderes de la caravana.
Es posible que la única opción viable que tienen ahora es la de intentar llegar hasta la capital mexicana para una mayor repercusión mediática y protestar ante la embajada norteamericana.
Para eso, tienen que seguir caminado, unos 700 kilómetros más.