Tegucigalpa – El movimiento obrero hondureño sale a las calles este Primero de Mayo con pocas cosas que celebrar y muchos retos a sus espaldas. El crecimiento de la informalidad, falta de liderazgos, ausencia de propuestas y déficit de empleos son algunas de causas que se ensañan con los trabajadores por estos tiempos.
– El maridaje entre el movimiento sindical y los gobiernos ha contribuido a la decadencia de las organizaciones que velan por los obreros, estima el sociólogo Pablo Carías.
– Se prevé mucha participación en las calles este 1 de mayo, pero con ausencia de propuestas a los problemas estructurales del país.
Este Primero de Mayo, que se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, las centrales obreras hondureñas salen a las calles a protestar guiadas por una lista repetida de demandas que no suelen renovarse pese al paso de los años.
Distintos actores consultados por Proceso Digital convergen en la marcada debilidad de un movimiento obrero que se ve cooptado por la política partidaria, así como la falta de renovación de cuadros para enfrentar los retos de un mundo cada vez más globalizado.
Un punto de vista a destacar es la reciente aprobación de la Ley de Inspección Laboral, que permitirá evitar los excesos y violaciones que sufren los empleados formales tanto públicos como privados.
La falta de oportunidades es una agravante que orilla a más de 100 mil compatriotas cada año a que busquen la denominada ruta migratoria.
Aunque existe muestras de políticas gubernamentales para crear miles de empleos mediante novedosos programas como el Plan 20/20, la deuda histórica del país hace que hasta el más optimistas se vuelva escéptico.
Sin duda miles de obreros coparán este lunes las calles, arropados de consignas marcadas de carencia sobre eventuales soluciones.
La debilidad económica
confluye en informalidad
El exministro de Trabajo y experto en derecho laboral, Germán Leitzelar, manifestó que cuando un país tiene una economía afectada eso también repercute en las relaciones formales.
“La debilidad de la economía del país conlleva a que haya un alto volumen de trabajo informal. El país está entre un 52 a 54 por ciento del sector informal, en tanto el restante 48 por ciento es formal, con el agravante que en el mismo sector formal por la debilidad del sistema no hay la aplicación total de las leyes de protección laboral”, estimó.
Leitzelar coincidió que el movimiento obrero hondureño está altamente disminuido.
De acuerdo al también exdiputado, el principal reto del sector obrero es modernizarse e integrarse a los procesos, buscar el fortalecimiento del mercado de trabajo. “Con una economía fortalecida gana mucho el sector obrero del país, caso contrario crece el sector informal. La base está en que tanto el patrono como los trabajadores sean más propositivos que confrontativos”.
Cambios de las
relaciones de trabajo
Mientras el sociólogo Pablo Carías rememoró que la lucha obrera, a través de la historia en Honduras, evitó confrontaciones que ocurrieron en Guatemala, El Salvador y Nicaragua. “No ha existido necesidad que el pueblo y los trabajadores pongan en precario la paz social y eso es bueno. 1954 es una fecha clave para el movimiento sindical”, citó.
Ejemplificó que los obreros hondureños, mediante sus principales centrales -CTH la más histórica-, participaba en la solución de los grandes problemas en el orden político, además aportó su contribución para hilvanar el sistema político que había sido diezmado con los golpes de Estado de los años 50, 60 y 70.
“En Honduras el movimiento sindical ha ido mermando, los trabajadores organizados representan una mínima expresión de la población económicamente activa. Los sindicatos han ido desapareciendo en la Secretaría de Trabajo, hay una gran cantidad de personerías jurídicas de organizaciones que ya solo están inscritas en la Secretaría, pero que en la práctica ya no existe”, apostilló.
Carías desglosó que los cambios tecnológicos han contribuido a cambiar las relaciones de trabajo del sector fabril. “Hoy sobre todo en los países desarrollados hay un proceso de robotización que ha ido sustituyendo la mano de obra que en el pasado se utilizaba en la época industrial”.
Justificó que la reducción de plazas de empleo también se debe a la tercerización de servicios. “En el caso de la enorme empresa de la Cervecería Hondureñas ha existido un desplazamiento, lo mismo pasó con las compañías bananeras, cuyos sindicatos fueron pioneros en la organización de la CTH”.
“El Sitraterco y Sutrasco, organizaciones que eran la columna vertebral del sindicalismo, han reducido significativamente su membrecía porque las empresas hoy en día prefieren dar la producción a particulares y encargarse de la parte comercial”, arguyó.
Puntualizó que el maridaje entre organizaciones sindicales y el gobierno han contribuido a la decadencia del movimiento obrero. Asimismo, criticó la corrupción de líderes gremiales que se han aprovechado para politizar la lucha. “Los compromisos con el gobierno y la corrupción han evitado una promoción de líderes. En la actualidad los líderes más calificados son los que han estado por muchos años en las organizaciones, no hay relevo de cuadros y se constituyen en caudillos”.
Empleados desprotegidos
El representante de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), José Luis Baquedano, lamentó que el sector formal de la economía no crece y más bien tiende a disminuir.
El sector informal representa el 74 por ciento de la clase obrera contra el 26 por ciento de la formal, apuntó el dirigente obrero. “Eso quiere decir que hay más de dos millones de hondureños en las calles vendiendo cualquier cantidad de productos. Todo lo anterior incluye a personas de la tercera edad, mujeres y hasta niños que ejercen como trabajadores”.
Criticó que actualmente no hay condiciones para generar inversión pública y con ello plazas de empleos para atacar la pobreza.
Mencionó que al 74 por ciento de los que trabajan en el sector informal “están desprotegidos, no hay alguna ley que los abarque hasta este momento porque el Código del Trabajo se aplica a los empleados del sector formal, ya sea de ámbito privado o público”.
Baquedano refirió que uno de los principales problemas que enfrenta el país es el denominado empleo precario. “Esto nos lleva a decir que de alguna manera se violenta uno u otro derecho, ya sea porque no le pagan salario mínimo, décimo tercer o décimo cuarto mes de salario, tampoco se pagan vacaciones o incluso las prestaciones”.
“Vemos que una enorme masa de trabajadores está desprotegida y de alguna manera corren algún tipo de riesgo”, remarcó el viejo líder.
Entre empleo abierto, subempleo y empleo invisible existe en el país un déficit de un millón 600 mil plazas, de acuerdo a los datos que maneja la dirigencia obrera. “Esta masa de la población vive condiciones precarias porque no tiene condiciones para llevar dinero a sus casas y proveer sus necesidades básicas”, fustigó.
Mientras, el 64 por ciento de los empresarios no cumplen con el pago al salario mínimo, o sea que la responsabilidad que debe asumir el Ministerio de Trabajo es determinante para reducir esta brecha.
El dirigente gremialista mencionó que la Ley de Inspección Laborar debe ser la herramienta para atacar esta problemática, ya que cuenta con dientes y colmillos. “Si no muero, o no aruña o no se hace lo que se tiene que hacer ya sería un tema de irresponsabilidad”, estimó.
Valoró que las multas comprendidas en la nueva Ley de Inspección Laboral van desde 100 mil hasta 300 mil lempiras, e incluso sanciones más severas.
Crisis de liderazgo
De su lado, el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Sitratel), Orlando Mejía Tercero, reconoció que existe una crisis en el liderazgo del movimiento obrero provocado por el descuido en la formación de nuevas caras.
“Desde 2009 a la fecha el movimiento obrero ha venido con una cultura de temor. Los gremios siempre han salido a las calles a protestar y no a proponer alternativas de solución para el desarrollo del país”, reflexionó.
Mejía indicó que muchas veces se producen violaciones a los derechos de los empleados por parte de los patronos porque no existía una herramienta que lo castigara drásticamente, como ahora que ya está en vigencia la Ley de Inspección Laboral.
El dirigente sindical calificó la situación actual de los obreros como precaria, en vista que muchos no tienen oportunidades de empleo y los que sí disponen de una plaza no los protegen las leyes labores, puntualizó.