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Tegucigalpa llega a 442 años con desafío de no morir de sed

Tegucigalpa – Tegucigalpa, que constituye junto a Comayagüela la capital de Honduras, arriba este martes 29 de septiembre a sus 442 años de fundación con muchos desafíos para no morir de sed y asegurar la convivencia de sus más de 1.6 millones de pobladores.

Fundada en 1578 como un centro minero, la población fue denominada “Real Minas de Tegucigalpa”, obteniendo el título de Villa de San Miguel de Heredia. Hoy, con más de cuatro siglos de existencia, la ciudad urge que se garantice la dotación del recurso agua, así como la construcción de proyectos ingentes que hagan honor a su catadura de capital política de la nación asentada en el centro del continente americano.

Existe una deuda social con la población que compone el Distrito Central, coinciden expertos consultados por Proceso Digital, quienes además acentúan en la urgente necesidad de un plan de desarrollo que ordene la ciudad y la catapulte como la número uno del país.

El tráfico vehicular es uno de los mayores problemas de la ciudad.

Basta con recorrer sus estrechas calles para darse cuenta de algunos de los problemas sociales que la abaten y que no son ajenos a otros que suceden en las demás ciudades importantes de la nación.

Pese a la construcción de imponentes edificios y otras obras de infraestructura que le dan una cara distinta a la ciudad, sin duda tras la pandemia se plantean otras necesidades que deberán ser atendidas para una mejor convivencia de sus pobladores.

Las imponentes torres emergen en una zona de la ciudad capital.

La mendicidad parece se ha multiplicado en las principales calles del Distrito Central, donde se aprecian ejércitos de mujeres y niños que apelan a la solidaridad de los transeúntes.

Retazos de historia

El historiador Edgard Soriano refirió que la historia de Tegucigalpa se torna interesante porque antes de la llegada de los españoles ya habían indígenas establecidos.

El historiador Edgard Soriano.

Dijo que no existe un documento oficial sobre la fundación de la ciudad “porque no fue fundada como ciudad ni como villa, surge como un mineral en el siglo XVI”.

Fue en 1578 que se le otorga como año de fundación a la ciudad, a raíz de un informe del archivo de Guatemala, pero no existe un documento como tal, aseguró el historiador.

A finales del siglo XVI y principios del siglo XVII ya existía toda una estrategia de las autoridades españolas de convertir a Tegucigalpa como un centro administrativo conocido como Alcaldía Mayor, que se usó por los europeos para mejorar las dinámicas de producción y control social de las poblaciones.

Soriano profundizó que “la Alcaldía Mayor era un espacio jurisdiccional que abarcó el sur de Honduras, lo que hoy son los departamentos de Valle y Choluteca, El Paraíso, parte de La Paz y la mayoría del territorio de Francisco Morazán, que tenía su sede en Tegucigalpa”.

Fue en 1762 que Tegucigalpa adquiere el carácter de villa y dos meses después de la independencia de 1821 las autoridades de Guatemala decidieron adjudicarle el título de ciudad, reseñó el investigador.

La Tegucigalpa de hace muchos años.

Entre las historias que se cuentan de la ciudad, citó que luego de las reformas borbónicas y con la abolición de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa en 1788 se generó una resistencia de las élites de la ciudad contra la centralización política de la gobernatura.

“La gobernatura de Comayagua inició un proceso de subordinar a Tegucigalpa administrativa y políticamente, por tanto la caja de rescate construida por los españoles para tratar de llevar un mejor control y eficientar el proceso minero, se traslada de Tegucigalpa a Comayagua”, mencionó.

A punto de una guerra

Marco Aurelio Soto.

Narró que en 1821 cuando llegaron las copias del acta de independencia, las ciudades de Comayagua y Tegucigalpa se  adhieren a la emancipación, pero en forma diferenciada. “El gobernador de Comayagua, José Tinoco Contreras proclama la independencia, pero dice que no quiere ningún vínculo con Guatemala y exigen que Tegucigalpa se subordine a la capital. Mientras, Tegucigalpa proclama la independencia, se adhiere a Guatemala y dice que no quiere tener contactos con Comayagua, lo que generó que la organización de milicias (noviembre de 1821-febrero de 1822) de ambas ciudades estuvieron a punto de irse a la guerra. Esa rivalidad de ambas ciudades siguió existiendo durante la época de la federación y surgimiento del Estado, hasta que Marco Aurelio Soto trasladó la capital hacia Tegucigalpa en 1880”, reforzó.

El cronista Soriano dijo que Tegucigalpa en el siglo XIX era un centro importante en términos económicos porque estaba en el centro de la ruta social transoceánica y no fue casualidad que la primera universidad se fundara en su territorio.

“Aunque la minería no era la principal fuente de dinero, se generó lo que un historiador guatemalteco llamó ‘la ilusión minera’ y a su alrededor se generaron una serie de relaciones económicas que fortalecieron la región de Tegucigalpa y por eso a partir de las Reformas Liberales adquiere el título de capital e inicia un proceso de urbanización, transformación de sus edificios públicos, fundación de nuevas estructuras arquitectónicas, las plazas se convierten en parques, entre otras situaciones”, describió.

Datos de la ciudad

Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2013 del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Distrito Central tiene una extensión territorial aproximada de 1 mil 514 kilómetros cuadrados, y lo conforman 43 aldeas y 538 caseríos.

Pero las estimaciones de la AMDC, indican que la población en la ciudad supera a un millón 600 mil pobladores. Es el dato más referente en cuando a la densidad poblacional de Tegucigalpa y Comayagüela porque no hay registros de estas cifras en el INE. 

Comayagüela es la ciudad gemela de Tegucigalpa. Ambas constituyen la capital de Honduras.

De momento la comuna capitalina construye varios proyectos de recolección de agua, entre ellos la represa San José con capacidad para almacenar más de 13 millones de metros cúbicos de agua y dos reservorios El Picacho y El Hatillo con capacidad para 3.5 millones de metros cúbicos de agua.

“Al concluirse las obras, se podrá contar con agua hasta para apagar incendios”, comentó un funcionario de la alcaldía, al tiempo que agregó que además está bajo análisis la represa Río del Hombre “y Guacerique II está en duda por los altos niveles de contaminación en la zona”, afirmó. 

También se construyen dos embalses o michos en la cuenca Guacerique, ya que el agua de la represa Los Laureles está totalmente azolvada y necesita que se realicen algunas labores de mantenimiento, con estas, microrepresas  se recolectarán al menos 6 millones de metros cúbicos de agua.

Las imponentes montañas arropan el Distrito Central.

En el casco histórico de la ciudad, se han venido desarrollando pequeños proyectos de mantenimiento como el cambio de tubería de aguas negras como de aguas lluvias, además la construcción de un recolector de aguas negras, ya que son proyecciones que no se hacen desde el Huracán Micht en 1998.

De momento ya está listo el estudio y el presupuesto, para la municipalización del agua potable, “no es privatización”, aclaró el funcionario de la comuna y explica que la AMDC busca administrar con eficiencia la distribución del agua a través de la Unidad Metropolitana de Agua y Saneamiento (UMAPS).

“Los pobladores comenzarán a pagar lo que consumen, y no será como ahora que, llegue o no el agua, se tiene que pagar una tarifa por el servicio, esas prácticas terminarán, pues en colonias donde no llega el agua, se compra hasta en 200 lempiras el metro cúbico”, puntualizó.

El agua, problema eterno

Uno de los problemas recurrentes de la ciudad es la falta de agua, especialmente en los últimos años. Los racionamientos han sido duros al grado que las represas casi se vaciaron por los pobres inviernos.

Según el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), la capital tiene un poco más de 720 colonias de las que 650 cuentan con servicios de agua potables, entre otros servicios básicos.

“El resto de colonias, que serían unas 700 son las que han venido surgiendo en la periferia de la ciudad en los últimos años, recordemos que con el agua de las represas no alcanza para toda la ciudad”, explicó a Proceso Digital Carlos Hernández, gerente del SANAA.

Sin embargo el funcionario, aseguró que desde el SANAA en conjunto con la Alcaldía Municipal del Distrito Central se hacen esfuerzos para dotar del servicio del vital líquido a unas 90 colonias y barrios, tomando en cuenta que en algunas el agua potable no llega.

Gracias al intenso invierno la represa La Concepción ha logrado casi llenarse.

Para tratar de paliar la crisis del agua en esos sectores, se desarrollan pequeños proyectos como la perforación de al menos cuatro pozos, que benefician a un poco más de dos decenas de colonias o barrios a la vez.

También se construyen más de cuarenta tanques, en ellos se podrá recolectar unos 20 mil galones de agua, los mismos serán surtidos con los escasos camiones repartidores con los que cuenta la Alcaldía Municipal.

Para dotar de agua al menos una vez a la semana a esas colonias donde no llega el servicio, se necesitan repartir un poco más de 176 mil barriles del vital líquido en beneficio de unos 44 mil hogares de Tegucigalpa y Comayagüela.

Hernández, considera que se necesita construir proyectos grandes -construcción de represas-, para que se pueda suplir con la demanda del agua y asegura que el próximo años habrá racionamientos pero nunca comparado como en los últimos dos años.

Crecimiento desigual y anárquico

El arquitecto Dino Rietti.

En conversación con Proceso Digital, el arquitecto Dino Rietti, dijo que la principal deuda del Distrito Central es hacia los pobladores de Comayagüela, donde además está la parte trabajadora de la ciudad.

Aunque reconoció que muchos barrios y colonias de Comayagüela han sido pavimentados en los últimos años, también es cierto que no ha existido un diseño urbano que contemplen construcción de canchas, escuelas y áreas verdes.

“Todas esas entradas hacia Las Ayestas, Torocagua y esas zonas, se aprecian calles pequeñas, donde se mezcla el comercio con las ventas de la calle que se arma un relajo y las aguas negras reventadas, y eso lo vemos ahí donde está urbanizado, pero cuando se cruza el Bulevar de las Fuerzas Armadas, eso se llama la nueva Comayagüela, ahí la realidad es otra”, apuntó.

Aseveró que Elvin Santos -padre- autorizó las primeras ocupaciones en la colonia San Francisco y por cada alcalde que hay en la ciudad les van poniendo su nombre. Por ejemplo, La Ulloa, Miguel Pastor con la Nueva Capital, la Ricardo Álvarez en ciudad Guzmán y ahora hay una que se llama colonia Asfura.

Los mercados de Comayagüela son una parte importante del comercio en la ciudad.

Dijo que existen invasores de oficio que hacen el trabajo de la alcaldía. Primero se inicia con una invasión y a los 10 años ya se levanta un edificio de dos a tres pisos de bloque con la ausencia de aguas negras, lluvias y potable, lo que la convierte en zonas de riesgo.

El reconocido arquitecto mencionó que en la salida de la ciudad capital hacia Danlí, donde se levantaron Los Pinos y La Villanueva se inició como una ocupación de los albañiles que trabajaban en Tegucigalpa y ahora es uno de los sitios más poblados del Distrito Central.

Reprochó que la falta de planificación urbana ha llevado a la población necesitada de una vivienda a interrumpir vertientes, colocar un camino y en los cerros fundar lo que se conoce como asentamientos humanos.

El especialista en Planificación de Desarrollo con Enfoque de Gestión de Riesgo, valoró el rescate que había tenido el centro histórico de la capital con la Casa Quinchon, Museo de Identidad Nacional y otros que reviven la cultura, sin embargo habrá que retomarlo después de la pandemia.

Salidas al crecimiento de Tegucigalpa

Desmenuzó que la zona sur de la ciudad ha tenido un crecimiento, pero sin tomar en cuenta la dotación del recurso agua.

“Esa zona puede ser dotada de agua mediante la represa La Concepción, pero hay que hacer un buen estudio y evitar la pelea de tierras que se ha vuelto usual”, externó.

También dijo que una zona que deberá crecer en los próximos años es la salida hacia el departamento de Olancho, donde además se construirá la represa del Río El Hombre, lo que garantiza el suministro del agua.

La salida de la capital hacia el departamento de Olancho.

“Perfectamente en esa zona podría crecer fácilmente otra Tegucigalpa con un millón de habitantes. Irá a pegar a Talanga y es un sitio apropiado que se puede usar como salida al problema del crecimiento desordenado de la ciudad”, esbozó.

Resumió que hay proyectos trascendentales y urgentes para la ciudad que no pueden esperar como: sistema articulado de recolección de basura, dotación de agua potable y proyecto moderno de transporte público.

Finalizó que urge la elaboración de un plan de desarrollo de la ciudad, un sueño largamente acariciado por todos los gobiernos edilicios del Distrito Central.

Nuevo ordenamiento territorial

Para el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Rolando Sierra, la ciudad de Tegucigalpa ocupa un nuevo ordenamiento territorial ante el crecimiento poblacional y de comercios.

“Tegucigalpa tiene el desafío de tener un nuevo ordenamiento territorial en el que se defina cuáles son los espacios para vivienda, para comercio y para áreas industriales ante el crecimiento”, dijo a Proceso Digital.

Indicó que Tegucigalpa concentra alrededor de 120 asentamientos urbanos, lugares donde vive la gente más pobre y carece de agua potable y energía eléctrica.

En ese sentido, consideró que esos lugares son de alto riesgo por su precariedad y vulnerabilidad.

EFE
La ciudad urge de un plan de reordenamiento.

El también historiador, comentó que Tegucigalpa ha tenido un desarrollo urbano de manera anárquica y no planificado en los últimos años.

Igualmente, mencionó que Tegucigalpa tiene el reto de recuperar espacios de recreación como parques debido a la falta de control de la violencia en algunas zonas y nuevas obras de infraestructura.

Concluyó su análisis conque Tegucigalpa requiere de un gobierno que genere mayores espacios de participación en la población capitalina.

Garantizar agua potable y viabilidad

De su lado, el sociólogo Julio Navarro consideró que los enormes desafíos que se requieren mejorar en Tegucigalpa es garantizar el servicio de agua potable y mejorar la viabilidad.

“El gran desafío que tiene actualmente Tegucigalpa es garantizarle agua potable a la población y el otro desafío es mejorar la viabilidad”, manifestó.

Explicó ha habido aumento de vehículos circulando por las mismas calles de Tegucigalpa que conlleva a un embotellamiento en las principales vías de transporte.

Señaló que los puentes a desnivel solo sirven “para saltar 50 metros y caer nuevamente en la misma calle, no hay calles que tienen tres o cuatro kilómetros”.

Esacasez de agua 7
El agua potable es uno de los mayores problemas de la capital.

Por otro lado, alegó que no existe compromiso y de pertenencia por parte de sus pobladores con la ciudad, argumentando que el 75 por ciento de los orígenes de sus habitantes son del interior.

“El sentido de pertenencia es sumamente escaso, por eso, con facilidad el ciudadano de Tegucigalpa elige cualquier tipo de autoridad municipal sin exigir rendición de cuentas”, conjeturó.

Anheló por la creación de una nueva estructura que descontamine los ríos y quebradas para impedir que con cada lluvia se inunden las calles con basura.

Con este rosario de problemas y desafíos, Tegucigalpa celebra sus 442 años de fundación y aunque no habrá carnaval por la pandemia, sus pobladores se inflan el pecho para gritar que tienen una gran ciudad que merece mejor suerte. JS

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