El grado de desarrollo de la democracia política, la libertad y los derechos humanos en Taiwán, han sido altamente reconocidos por la comunidad internacional. Hace más de 70 años, Taiwán pasó de ser un país extremadamente pobre, a un país próspero, y alguna vez fue llamado por la comunidad internacional, como un “milagro económico”, convirtiéndose en un modelo de referencia para muchos países en vía de desarrollo económico.
Actualmente, Taiwán suministra más del 60 % de los chips avanzados del mundo y se ha convertido en una importante cadena de suministro para la tecnología global. Mucha gente cree que la industria de semiconductores de Taiwán crea un «Escudo de silicio» para la isla, y que también es una clave importante para defenderse de cualquier amenaza.
Del 2 al 3 de agosto, la Presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, encabezó una delegación que visitó Taiwán, con el fin de ratificar el firme respaldo de Estados Unidos hacia la democracia de Taiwán; capturando la atención de los medios de comunicación internacional.
Después de que la Presidenta Pelosi terminara su visita, la República Popular de China realizó una maniobra militar a gran escala contra Taiwán. Este ejercicio militar ha suscitado preocupación a nivel global, captando una vez más la atención mediática internacional y diversas reacciones en varios sectores. Simultáneamente, algunos medios, también han destacado la actitud de calma, resiliencia y confianza del pueblo, del ejército y del gobierno de Taiwán.
El gobierno de la República de China (Taiwán) siempre se ha adherido a la política de los «Cuatro Principios»: «defender un sistema constitucional liberal y democrático», «defender que la República de China (Taiwán) y la República Popular de China no están subordinadas entre sí», «defender que la soberanía no puede ser invadida ni anexada» , y «defender que el futuro de Taiwán, se debe respetar la voluntad del pueblo taiwanés».
Como país soberano e independiente, la República de China (Taiwán), tiene el derecho absoluto de interactuar con otros países y continúa contribuyendo con los aliados y con la comunidad internacional, a través de una participación significativa. El pueblo de Taiwán también tiene derecho a expresar sus opiniones a través de un sistema democrático, y aún más, no aceptan la coerción por la fuerza de un gobierno autoritario.
Indiscutiblemente, este ejercicio militar ha afectado seriamente el transporte marítimo y el comercio mundial, y ha dañado la paz y la seguridad regional. Taiwán ya ha expresado su severa condena y agradece a los países aliados, a los países con ideas similares y a los amigos internacionales, por su apoyo para que el pueblo de Taiwán sienta la solidaridad mundial, lo cual también es un testimonio para el mundo de que la democracia no puede ser intimidada ni sometida por el autoritarismo.
Con el respaldo de la comunidad internacional, Taiwán seguirá desempeñándose como un firme defensor de la paz, de la democracia y de la estabilidad regional, y con la inquebrantable decisión de contribuir y promover relaciones sustantivas con todos los países, a través de intercambios, cooperaciones integrales y tomando medidas proactivas a fin de generar un beneficio mutuo para todas las partes.