Jartum – Sudán vivió este sábado una de sus peores masacres desde el inicio de la guerra en abril de 2023 cuando un concurrido mercado en la ciudad de Omdurmán, vecina a la capital Jartum, sufrió un ataque que causó al menos 54 muertos y 158 heridos.
Tanto el Gobierno sudanés -liderado por militares- como el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), las partes enfrentadas en la guerra, se acusaron mutuamente de haber lanzado el aaque en una población que está controlada por el Ejército sudanés.
«La milicia (FAR) atacó el mercado de Sabreen de Omdurmán, situado en el distrito de Karari, causando grandes daños, y las instituciones sanitarias recibieron 54 muertos y 158 heridos», informó el Ministerio de Salud sudanés, que apuntó que el Hospital Al Naw recibió a la gran mayoría de las víctimas.
El portavoz del gobierno de Sudán, Jaled al Aiser, indicó que este «acto criminal» se suma al «sangriento historial» de las FAR, que han cometido grandes ataques contra otros puntos de Sudán, como en la ciudad de Al Fasher, capital de Darfur Norte.
Precisó que «el Gobierno del Sudán se solidariza con las familias de las víctimas y todos los afectados por este ataque terrorista, así como por ataques anteriores en otras zonas, y pide a la comunidad internacional y a las organizaciones de derechos humanos que clasifiquen a esta milicia como organización terrorista y responsabilizar a los autores de la matanza y de este crimen atroz, en particular al rebelde fugitivo Mohamed Hamdan Dagalo», alias Hemedti, líder de las FAR.
Las FAR se defienden
Ante la acusación, las FAR salieron en su defensa y anunciaron en un comunicado que «no tuvieron como objetivo ninguna zona poblada de Omdurmán» y negaron su «relación con los bombardeos que tuvieron como objetivo el mercado de Sabreen».
Apuntaron que «todos los proyectiles de artillería sobre la zona de Al Thawrat se lanzan desde plataformas militares del ejército y sus milicias con el objetivo de encubrir sus crímenes».
El Ejército sudanés no ha reaccionado hasta el momento ante esta información.
Los paramilitares dijeron que ellos no lanzan «bombardeos aleatorios» contra civiles en Omdurmán y que este tipo de ataques contra ciudadanos «forman parte de un plan de las milicias» del líder militar, Abdelfatah al Burhan, y «los restos del antiguo régimen».
Asimismo, hicieron un llamamiento a los ciudadanos de Omdurmán y de otros lugares para que estén «alerta y vigilantes contra las artimañas de los grupos terroristas».
Pérdidas de las FAR
Estos ataques se producen después de que los paramilitares continúen perdiendo muchas zonas del estado de Jartum, mientras el Ejército va estrechando el cerco sobre ellos después de que recuperaran esta semana Jartum Norte, también vecina a la capital sudanesa.
Precisamente, Hemedti se pronunció ayer en un inusual vídeo en el que admitió que habían perdido zonas estratégicas de Sudán y que ahora estaban controladas por las tropas sudanesas, entre ellas la ciudad de Jartum Norte, también vecina a Jartum, así como la refinería de Yelei, además del edificio de la comandancia general del Ejército en la capital sudanesa.
Igualmente, quiso mandar un apoyo a sus seguidores para no desanimarles y les prometió que tomarían la revancha y expulsarían a los militares de estas zonas.
Más de 30 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria en Sudán en 2025, la gran mayoría debido a la guerra que asola el país, aseguró esta semana la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
Según la agencia de la ONU, 30,4 millones -casi dos tercios de la población total del país del noreste de África-, se enfrentan al aumento de las tasas de desnutrición e inseguridad alimentaria, en gran parte propiciadas por el conflicto armado.
Entre abril de 2023 y diciembre de 2024, la guerra obligó a cerca de 12 millones de personas a abandonar sus hogares, de los cuales 3,2 millones cruzaron las fronteras hacia países vecinos, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), convirtiendo Sudán en la mayor crisis de desplazados del mundo.
Además, el país figura «entre los cuatro primeros a nivel mundial con mayor prevalencia de malnutrición aguda global (MAG)», con un 13,6 % estimado, entre los cuales se encuentran millones de niños menores de cinco años y mujeres embarazadas y lactantes. EFE
(vc)