Tras la separación del cohete propulsor, la sonda inició una secuencia de activación para estabilizarse, poner en funcionamiento los sistemas de vuelo y desplegar sus dos paneles solares.
«Bajo mi punto de vista vamos a visitar algunos de los mundos inexplorados del Sistema Solar», dijo Marc Rayman, director de los sistemas de ingeniería del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la agencia espacial estadounidense (NASA) situado en Pasadena (California).
Mediante la exploración del asteroide rocoso Vesta y el helado de Ceres, los científicos confían en que Dawn ofrecerá nuevos datos sobre la formación de los planetas y el desarrollo temprano de los sistemas solares.
Vesta y Ceres son dos de los cuerpos mayores del cinturón de asteroides que rodea al Sistema Solar.
En esa región se encuentran unos cien mil asteroides, que son los escombros que quedaron tras la formación del sistema hace 4.600 millones de años.
La nave, según la NASA, ya ha desplegado sus paneles solares, los más potentes jamás lanzados al espacio, por lo que ahora recibirá la energía necesaria para sus transmisores.
La agencia espacial estadounidense anunció que ya ha recibido la primera de las señales y que se encuentra ahora en fase de análisis de las mismas.
En una conferencia de prensa, tanto Jim Adams, subdirector de proyectos de la NASA, como Keyur Patel, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), calificaron la salida de la sonda como «un lanzamiento casi perfecto».
Ambos revelaron que se había producido una serie de problemas, como, por ejemplo, un sobrecalentamiento de los propulsores, que son «menores» y no les preocupa «ni lo más mínimo», por lo que dijeron estar «extremadamente contentos».
La primera partida de Dawn estaba prevista para ayer, miércoles, pero debió aplazarse un día, debido a problemas para cargar el combustible en el cohete Delta 2.
«La visita a Vesta y Ceres nos permite realizar un estudio de contrastes extraterrestres», señaló Christopher Russell, científico de la Universidad de California y uno de los principales encargados de la investigación de Dawn.
Russell explicó que Vesta es un cuerpo rocoso como los que constituyeron elementos clave en la formación de los planetas del sistema solar interno.
Por otra parte, Ceres es posiblemente un bloque de hielo que representa los planetas exteriores.
Sin embargo, «estos dos cuerpos residen en lo que es esencialmente el mismo vecindario y este es uno de los misterios que Dawn tratará de resolver», manifestó Russell, quien confesó que su mujer lloró al salir la sonda.
Pero más que eso, la sonda buscará descifrar las incógnitas de la formación de los planetas, según David Lindstrom, científico del programa Dawn en las oficinas de la NASA en Washington.
«Los datos científicos que transmita la sonda desde Vesta y Ceres podrían revelar muchos de los misterios sobre la formación de planetas rocosos, como la Tierra», manifestó.
Pero antes de que se reciban las claves de esos misterios, los científicos de JPL tendrán que guiar la nave en un largo viaje.
La sonda tardará cuatro años en llegar a su destino y entrará en la órbita de Vesta entre agosto de 2011 y mayo de 2012, y de Ceres, en febrero de 2015.
Dawn lleva a bordo una cámara óptica y un detector de rayos gamma y neutrones, así como un espectómetro para estudiar Vesta y Ceres.
La NASA ha cifrado en 357,5 millones de dólares el costo de la misión, con la exclusión del valor del cohete de lanzamiento.
La sonda espacial Dawn fue construida por la empresa Orbital Sciences de Virginia y carga 425 kilos de gas Xenon, a los que concede una carga eléctrica para crear iones que luego son catapultadas por los motores a 144 kilómetros por hora.
Los científicos eligieron los asteroides Vesta y Ceres por las diferencias orográficas entre ambas.